El joven abogado Marcelino Leonel Gómez (30) pudo celebrar la Navidad en su casa. Horas antes, había perdido bastante sustento la acusación en su contra como uno de los principales miembros de la asociación ilícita que habría cometido cientos de defraudaciones a una aseguradora de riesgos del trabajo (ART) nacional.
La madrugada del viernes 12 de diciembre, el fiscal del 1° Turno de Delitos Complejos, Enrique Gavier, les había caído encima a 10 supuestos integrantes de una organización delictiva creada para hacer reclamos apócrifos a la ART con la utilización de certificados médicos falsos, presuntamente con trabajadores del Sindicato de Recolectores de Basura (Surrbac).
Por esa maniobra quedaron detenidos cinco abogados, tres médicos y dos actores que pertenecerían o serían afiliados al Surrbac.
Ellos son los abogados Juan José Paz, Andrés Ceballos Garip, Jonatan Nahuel Ponte, Carlos Nicolás Domínguez y el hoy liberado Gómez; los médicos Raúl Hilario Mamani, Luis Tomás Campillo y Guillermo Aldo Marcón, más los actores Lucas Tapia y Ezequiel Adrian Yedro.
A los abogados Paz, Garip y Mamani, y a los médicos Campillo y Marcón, el fiscal les adjudica los peores cargos: asociación ilícita, estafa procesal reiterada, estafa procesal reiterada en grado de tentativa, uso de certificado médico falso, en calidad de coautores y partícipes necesarios de falsa pericia.
Les sigue Yedro, sobre el cual pesa la imputación de asociación Ilícita, estafa procesal reiterada, estafa procesal en grado de tentativa y uso de certificado médico falso.
También están sindicados como jefes de asociación ilícita a los abogados Ponte, Domínguez y el propio Gómez (ahora liberado). Más aliviado está el actor Tapia, como miembro de la asociación.
Una semana después de las detenciones, comenzaron a recibirse las declaraciones indagatorias de los 10 detenidos. Sin imponerse de los hechos y de modo espontáneo, trascendió que Gómez eligió declarar señalando que no tenía más que alguna relación con alguno de los acusados, pero que jamás tramitó un reclamo en la ART ni realizó trámite alguno con afiliados al Surrbac.
Asesorado por sus defensores, los abogados Jorge Sánchez del Bianco y Ricardo Moreno, negó su participación en hechos irregulares. Sin estar enterado de cuál era la acusación, Gómez aceptó responder preguntas de la fiscalía el viernes 20 de diciembre.
Tras ese interrogatorio, se “debilitó” la acusación inicial. El comisionado policial realizó averiguaciones a partir de lo declarado por el acusado de ser “jefe y organizador” de asociación ilícita, y comprobó que sus dichos eran ciertos.
Libre
Entonces, un día antes de la Nochebuena, el lunes 23, Gavier firmó la libertad de Gómez. En un breve escrito de dos páginas, el fiscal sostiene que “se pudo establecer que, si bien en un comienzo de la investigación existieron motivos para sostener la participación de Gómez en este hecho atribuido, la prueba a la fecha incorporada indica que los extremos que justificaron aquella medida dispuesta en su contra se han visto debilitados, por lo que no existe mérito para justificar el dictado de su prisión preventiva”.
“En consecuencia –dice Gavier–, corresponde ordenar su inmediata libertad, sin perjuicio de que con posterioridad y el avance de la investigación mediante la incorporación y valoración de nuevos elementos de prueba, pueda hacer variar el presente decisorio”.
La estrategia defensiva de declarar “sin conocer la prueba” rindió sus frutos y todo lo que dijo se corroboró como cierto.
Horas después, el abogado Marcelino Gómez recuperó la libertad y pudo sentarse en la mesa de Nochebuena junto con sus familiares.
Consultado sobre la liberación, Sánchez del Bianco sostuvo que ahora se ocuparán de demostrar la inocencia y trabajarán para pedir más adelante el sobreseimiento de su cliente en la causa, “a la mayor brevedad posible”.
