A tres meses del crimen brutal de Guillermo Ríos, familiares y amigos de la víctima marcharon por justicia en la comuna transerrana de Las Rabonas. Por el episodio, que trascendió como “el crimen del enfermero”, se detuvo a poco de Año Nuevo a dos jóvenes: un joven de 21 años y una chica de 20. La presunción de un triángulo afectivo rodea las hipótesis del caso.
“Hace casi tres meses que no sabemos más nada de la muerte de mi hermano, no conozco a los detenidos, pero creo que hay alguien más detrás de su muerte”, dijo Verónica Ríos, hermana de la víctima, a radio Juntos de Villa Dolores.
El cadáver de Ríos (41) fue encontrado en el patio de su casa en la mañana del 26 de diciembre.
El cuerpo presentaba signos evidentes de golpes. La muerte databa de varios días.
El Ministerio Público Fiscal informó que la causa efectiva del deceso había sido un golpe en la cabeza con un elemento contundente.
La Policía comenzó una intensa investigación bajo las órdenes de la fiscala de Villa Cura Brochero, Analía Gallaratto. El 30 de diciembre detuvieron en la localidad santiagueña de Ojo de Agua a un joven que, en los últimos meses, habría convivido con Ríos. El hombre de 21 años había llegado hasta la vecina provincia en la motocicleta Honda Tornado que era de propiedad de la víctima.
Ya el 5 de enero, en la cercana localidad de Arroyo de los Patos, se detuvo a una joven vecina del lugar.
Se estima que la chica tenía una relación afectiva con el joven santiagueño y que habría estado presente en el momento de la agresión a Ríos.
Fuentes policiales revelaron después que la noche del 22 de diciembre la pareja de jóvenes fue demorada en un control por conducción peligrosa.
“Anduvieron alcoholizados y a alta velocidad por todo el valle en la camioneta de mi hermano. Si la Policía hubiese averiguado, quizá mi hermano se hubiese salvado, ahora queremos que se sepa toda la verdad y que caiga quien tenga que caer”, contó Verónica Ríos.
Se presume que ese procedimiento policial se produjo poco rato después del ataque a la víctima.
Desde la Departamental San Alberto de la Policía provincial se aclaró que el procedimiento, destinado a hacer cesar la conducción peligrosa, se había realizado bajo las normas pertinentes.
Ríos, chofer de la ambulancia del dispensario de Las Rabonas, era uno de los vecinos más conocidos del pueblo.
Había tenido una intensa actuación durante la pandemia y muchos rescatan su actividad social.
