A las 3.59 de la madrugada del 23 de diciembre pasado, un grupo de personas “copó” a la fuerza un terreno de barrio San Ignacio -al noroeste de la ciudad de Córdoba- que estaba cercado con paredes y un portón con candado. El propietario que reside al frente contempló atónito a través de las cámaras que tiene instaladas frente a su casa cómo los intrusos rompían el cerrojo y comenzaban a ingresar materiales de a pie y con un automóvil.
Las imágenes exhiben cómo se hizo, en cuestión de minutos, una “mudanza” de materiales en un trayecto de unos 40 metros. Yendo y volviendo, el grupo de hombres llevó materiales al terreno ocupado, hasta que cerraron de vuelta el acceso.
Video: así fue la usurpación en minutos
Minutos después, del lado de adentro trabaron el portón con el auto e impidieron que nadie pudiera entrar. Mientras tanto, comenzó el montaje de una precaria “vivienda” con troncos y paneles de madera.
La Policía concurrió en respuesta al llamado pero no tomaron ninguna determinación. Los materiales de la nueva vivienda habían sido trasladados desde una casa vecina cuyos dueños serían allegados a los ocupantes. Así lo refieren otros moradores de la zona.
El dueño de la propiedad, que presentó los títulos de propiedad en la Justicia, es Paulo Madina, quien denunció que le habían “usurpado” el terreno cerrado que se ubica en Ramón Figueroa esquina Javier del Signo al 5.312.
Desde aquella fecha, con diversos fiscales, de turno y de feria, no ha conseguido “revertir los efectos del delito”. El abogado Marcos Rojas Moresi lo asiste y ha intentado en diversas fiscalías que durante los días de feria se desalojara a los ocupantes.
Por lo pronto, se realizó un allanamiento y la Unidad Judicial 22 (correspondiente a la zona) secuestró el vehículo con el que se perpetró la ocupación, un Chevrolet Aveo que está a disposición de la Justicia.
Además, fueron imputados por “usurpación” los dos integrantes de la pareja que se considera son los ocupantes del terreno. Ellos fueron identificados como Lucas Alejandro Castellanos y Blanca Esther Campos.
Madina y su abogado Rojas Moresi comentaron a La Voz que a fines de diciembre consiguieron se dicte la medida “de no innovar” en la propiedad ocupada, pese a lo cual los ocupantes -aseguran- hicieron modificaciones como pedir los servicios de agua, electricidad e Internet. De igual modo, afirmaron que los ocupantes avanzaron en la construcción.
Ordenan medidas
Mientras tanto, finalizada la feria judicial, el fiscal a cargo de las actuaciones Horacio Vázquez confirmó a La Voz las imputaciones y anunció que dictó medidas para avanzar en la investigación. En el cierre de esta semana, se apreció la realización de una encuesta ambiental ordenada por Vázquez. La investigación consultó a vecinos sobre la situación en torno a esta ocupación.
Sobre la posibilidad de un lanzamiento (desalojo) en los próximos días, fueron cautos en la fiscalía. Señalaron que son procesos que deben adquirir un grado de certeza avanzado para llegar a esa medida. En principio, la Cámara de Acusación fijó jurisprudencia señalando que para concretar el desalojo debe arribarse a un estado probatorio cercano al de una elevación a juicio.
Rojas Moresi comentó que la pretensión del propietario del terreno es que se revierta la ocupación y que la discusión respecto de la propiedad se realice en el fuero civil, donde podrán presentar sus títulos de propiedad.
Otras ocupaciones
Al parecer, la zona se ha convertido en un sector en el cual las usurpaciones se están tornando frecuentes. El viernes 2 de febrero, al caer la tarde, también fue ocupada una casa deshabitada y que estaba en alquiler (o venta), en Figueroa al 263.
Al lugar, llegó un “camioncito” cargado de muebles, con varios hombres que bajaron y pronto comenzaron a descargar en la propiedad violentada. Así se aprecia en otras grabaciones de cámara de la vía pública.
Alertada por los vecinos, la propietaria consiguió llegar y contempló atónita que le habían ocupado su casa a la fuerza. Mientras la Policía permanecía en la zona sin actuar, comentaron los vecinos, la mujer aprovechó un descuido de los usurpadores y consiguió sacar a la calle los muebles que habían metido en su propiedad.
Esos materiales fueron rescatados por quienes los habían descargado. Los trasladaron a una casa vecina, donde luego pasó el mismo “camioncito” a retirarlos.
Días después hubo otro intento de ocupación de un terreno ubicado en la misma zona de barrio San Ignacio, pero el propietario consiguió evitar la usurpación.
Preocupados, los vecinos de ese sector de San Ignacio señalan que hay “una bandita” que está presente en estas ocupaciones y que se ocupa de hacer los “traslados” para copar los inmuebles en cuestión de segundos.
