Durante un allanamiento realizado en barrio Cabildo, al sur de la ciudad de Córdoba, se incautaron 25 teléfonos celulares robados el pasado sábado en el recital de Los Piojos en el Estadio Kempes de Córdoba. Entre esos aparatos sobresalía un costoso I-phone 13.
Ese operativo terminó con un joven detenido por la Policía. El sospechoso habría utilizado una bolsa con papel de aluminio para bloquear las señales de los dispositivos y evitar su rastreo.
La investigación está a cargo del fiscal Horacio Vázquez, que sigue en marcha para determinar si el acusado formaba parte de una estructura criminal más amplia, especializada en el robo de pertenencias en recitales y fiestas masivas.
En sí, el procedimiento comenzó luego de que varias víctimas realizaron denuncias en la comisaría 2° tras el recital.
Gracias a la geo localización del dispositivo, uno de los teléfonos robados pudo ser ubicado por las autoridades, que dieron con una vivienda emplazada en barrio Cabildo.
Allí se realizó el allanamiento durante la madrugada del lunes.
Al llegar a la vivienda, la Policía encontró una bolsa y “bolsines” revestidos con papel aluminio que contenían celulares, varios de alta gama.
Los dispositivos que fueron hallados fueron incautados de inmediato y los técnicos especializados de la fuerza fueron encendiendo los equipos al extraerlos de las bolsas. En ese mismísimo momento, al menos cuatro comenzaron a sonar.
Este procedimiento de rutina permitió identificar a algunos dueños, que ya comenzaron sus trámites para recuperar sus pertenencias.
Es decir, el presunto ladrón había tomado la precaución de “aislar” los equipos –y en algunos casos, también de apagarlos– para que cuando sus dueños comenzaran a buscarlos no tuvieran éxito.
El detenido fue puesto a disposición de la fiscalía bajo la figura de encubrimiento, aunque se investiga su posible participación en una red más grande.
“Córdoba exporta ladrones”
Fuentes cercanas a la investigación señalaron que existe un patrón delictivo que se repite en grandes eventos: bandas cordobesas viajan a otras provincias para robar celulares y luego regresan con los botines.
De hecho, en un operativo separado realizado días antes por la Policía Federal, se detuvo a tres personas en barrio Argüello, franja norte de la ciudad de Córdoba, vinculadas a robos en una fiesta electrónica en Buenos Aires.
En ese caso, se incautaron cerca de 30 teléfonos.
“Córdoba exporta ladrones que durante años se especializaron en robar celulares en grandes eventos”, reconoció una fuente con acceso a la causa. “Se trataría de una banda organizada que conoce el paño, tiene funciones preasignadas y actúa en cuanto show masivo se realice, con una agenda bien marcada”.
La misma dinámica se repite en los show con locación local, desde hace largo tiempo.
El robo de celulares en eventos masivos no es nuevo en Córdoba. Los recitales de rock y, en especial, los bailes de cuarteto suelen ser blancos frecuentes de las bandas.
Las autoridades aseguran que los ladrones suelen moverse en bloque, entre la multitud, con mochilas o bolsos para guardar los objetos robados.
En tanto, tratan de distraer a las víctimas o aprovechar el tumulto para cortar riñoneras y arrebatar carteras.
Una vez que logran obtener los celulares, de inmediato bloquean las señales con bolsas de aluminio para evitar el rastreo.
En el caso del recital de Los Piojos, testigos reportaron la presencia de varias personas sospechosas merodeando en el estacionamiento norte del Kempes, antes y durante el show.
Algunas víctimas intentaron perseguirlos, pero los delincuentes lograron escabullirse.
La investigación
Luego del último arresto, las autoridades se concentran en la reposición de los equipos celulares. Los dueños de los equipos robados en el recital, pueden contactarse con la comisaría donde se radicó la primera denuncia.
En paralelo, los pesquisas trabajan en identificar a más involucrados, ya que se cree que el detenido no actuaba solo.
Para hacerlo, buscan determinar el destino final de los celulares robados. Se trabaja para rastrear si el domicilio allanado era un paso intermedio en la red de “reducción” de equipos. Por lo general, los celulares robados suelen ser llevados a talleres clandestinos para su desbloqueo y reventa.
Además, los investigadores se encuentran realizando testeos en los equipos. De este modo, intentan establecer vínculos entre el último robo registrado, con otros casos, como los robos en Buenos Aires.
El “laboratorio del ingeniero”
Semanas atrás, en un operativo separado, cayó en Alto Alberdi un hombre identificado como Américo G. (39), un técnico electrónico universitario con conocimientos avanzados en desbloqueo de celulares.
De acuerdo a lo que pudo establecer el fiscal Guillermo González, vivía en el mismo monoambiente donde la Policía halló alrededor de 700 teléfonos, muchos de ellos robados, además de equipos sofisticados para reactivarlos.
Según las fuentes consultadas, el detenido –conocido como “el Ingeniero”– era un eslabón clave en la cadena de comercialización ilegal de dispositivos sustraídos.
“El tipo vivía en un monoambiente rodeado de celulares, cientos de celulares. Y también había computadoras y aparatos muy, muy sofisticados para arreglar teléfonos, desarmarlos, armarlos y volver a activarlos”, reveló una fuente de la investigación.
Américo fue imputado por encubrimiento agravado, pero se sospecha que su rol era mucho más relevante: habría sido el encargado de “lavar” los teléfonos robados para su posterior venta en el mercado negro.