La fiscalía pidió este viernes prisión perpetua para Soledad Paniagua, la empleada doméstica de 36 años que confesó haber asesinado al ingeniero Roberto Wolfenson, de 71, en su casa del country La Delfina de Pilar el 22 de febrero de 2024.
Fue en la última jornada del juicio oral, cuyo veredicto se conocerá el 20 de noviembre. Paniagua escuchó el alegato con la mirada baja y dijo estar “decepcionada” por la difusión en medios del video y los audios de la audiencia previa, en los que admitió su culpabilidad y describió la secuencia del crimen.
También expresó temor por la situación de sus hijos y afirmó que la filtración afectó a su familia. Su defensora oficial, María Dolores Gómez, pidió la nulidad del debate por esa publicación, pero el Tribunal Oral en lo Criminal N° 4 de San Isidro rechazó el planteo.
La acusada había reconocido el homicidio, pero negó haber querido robar, con el objetivo de evitar el agravante de criminis causa. En su declaración señaló a la viuda de Wolfenson, Graciela Orlandi, a quien acusó de pedirle que revisara el teléfono del ingeniero. Esa versión fue desmentida por el abogado de Orlandi, Alejandro Broitman, quien además fue sancionado por la filtración del material audiovisual.
De qué se acusa a la empleada
La fiscal Laura Capra imputó a Paniagua por “robo calificado y homicidio criminis causa” y sostuvo que la víctima murió por asfixia con lazo, tras presentar heridas defensivas y un escenario compatible con la sustracción del celular, publicó el diario Clarín.
Recordó que una primera intervención policial había adjudicado la muerte a causas naturales, pero la autopsia, ordenada tras insistencia de otros fiscales, confirmó el asesinato. El abogado de los hijos de la víctima, Tomás Farini Duggan, acompañó el pedido de perpetua y pidió agregar el agravante de alevosía.
La defensa planteó que Paniagua actuó sin intención de matar y solicitó una condena por “homicidio en ocasión de robo”, que prevé una pena de 8 a 25 años.
El caso se inició el 23 de febrero de 2024, cuando Wolfenson fue hallado muerto en su vivienda.
Aunque inicialmente se informó que había sufrido un infarto o un ACV, la autopsia detectó una muerte violenta por estrangulamiento. No había signos de ingreso forzado y faltaban objetos personales, por lo que la pesquisa apuntó a alguien cercano.
Paniagua fue detenida el 23 de marzo: tenía pertenencias del ingeniero, había sido registrada manipulando su teléfono tras el crimen y presentaba lesiones compatibles con un forcejeo.
El ADN hallado debajo de las uñas de la víctima y cabellos compatibles en la escena reforzaron la acusación.























