El cuerpo de Milagros Micaela Bastos, una joven de 22 años que se encontraba desaparecida desde agosto de 2024, fue hallado sin vida el pasado 5 de julio.
El espeluznante descubrimiento ocurrió dentro de un departamento en calle Buenos Aires al 300, en pleno centro de Córdoba, donde el cuerpo de Milagros fue encontrado en un placard tapiado y sellado con cemento.
El inmueble pertenece a Horacio Grasso, un ex policía con un oscuro historial, condenado hace 16 años por el asesinato del niño Facundo Novillo Cancinos.
Al momento del macabro hallazgo, Grasso ya había sido trasladado a la cárcel de Bouwer por haber violado las condiciones de su prisión domiciliaria. La familia de Milagros, que había vivido un año de calvario buscándola, expresó un profundo dolor y sorpresa ante este trágico desenlace.
Un año de búsqueda y dolor: “Nunca imaginamos este final”
Isaías, uno de los hermanos de Milagros Micaela Bastos, habló públicamente este viernes, compartiendo el inmenso dolor que atraviesa a toda la familia.
Conmovido, expresó que “no era la forma de que se vaya una persona de este mundo”. Relató que durante un año incansablemente buscaron a Milagros, denunciando cada pista o dato que llegaba a sus oídos.
“Nunca nos imaginamos que la historia iba a terminar así”, lamentó Isaías, señalando que, aunque escuchaban muchas versiones sobre su paradero, nunca encontraron nada concreto.
El joven asegurós al programa El Show del Lagarto, por El Doce, además que no conocían a Grasso y que recién supieron de sus antecedentes por el caso de Novillo Cancinos, vinculado a Colonia Lola.
Aunque Milagros atravesaba problemas de consumo, su hermano enfatizó que “eso ahora no es importante” y que ella “estaba bien” cuando se fue con el acusado. El hijo de Milagros, añadió Isaías, se encuentra actualmente con la familia, en medio de esta difícil situación.
Quién era Milagros Micaela Bastos y desde cuándo la buscaban
La incertidumbre llegó a su fin. Los restos humanos encontrados en el placard del departamento del expolicía Horacio Grasso fueron oficialmente identificados como los de Milagros Micaela Bastos, una joven de 22 años que estaba desaparecida desde agosto de 2024. La confirmación, que surge de un cotejo de ADN, marca un punto de inflexión en una investigación que ahora se centrará en desentrañar las circunstancias de su muerte.
Milagros, conocida cariñosamente como “Pitu” por su entorno cercano, era oriunda de barrio Renacimiento. Fue vista por última vez el 6 de agosto en Bajo Pueyrredón, un sector de Córdoba conocido por ser afectado por la delincuencia y el narcotráfico.

Fuentes judiciales indicaron que Milagros enfrentaba problemas de consumo de drogas y se encontraba en situación de calle, lo que la había llevado a distanciarse de su familia. A pesar de su situación, mantenía contacto con sus parientes para visitar a su hijo, hasta que un día simplemente dejó de aparecer, lo que generó alarma.
La búsqueda de la joven se inició de manera intensa por parte de su círculo íntimo. En noviembre de 2024, su entorno comenzó a publicar sobre su desaparición en redes sociales, una acción que repitieron constantemente. El 5 de diciembre del mismo año, encabezaron una marcha pidiendo por su aparición con vida y en ese momento, cuestionaron la falta de apoyo de la prensa. Sin embargo, al día siguiente, los medios se hicieron eco de la convocatoria tras una publicación de pedido de paradero del Ministerio Público Fiscal.

La Fiscalía de Instrucción Distrito 3 Turno 3 había difundido detalles sobre Milagros en su publicación oficial, que ahora lamentablemente sirven para la identificación de sus restos. La joven tenía el pelo corto, a la altura de los hombros, de color rojizo bien oscuro, ojos verdes y un piercing en el lado izquierdo de la nariz.
Entre sus señas particulares destacaban un tatuaje de una víbora de unos cinco centímetros en su antebrazo izquierdo, otros tatuajes con apariencia de peces en su estómago, debajo del ombligo del lado derecho, y frases escritas en su antebrazo.
El hallazgo del cadáver en el departamento de Horacio Grasso, un expolicía que ya había sido condenado por el crimen de Facundo Novillo en 2007 en Colonia Lola, en el contexto de un tiroteo narco, añade una capa de complejidad al caso. Grasso, junto a su hermano Javier, están actualmente imputados en relación con este nuevo y macabro descubrimiento.
Con la identificación confirmada, la investigación, a cargo de la fiscalía de distrito uno turno seis bajo la dirección de José Bringas, se adentra en una nueva etapa. Los próximos pasos cruciales se centrarán en establecer cómo y cuándo ocurrió el crimen, y cuál fue la relación de Milagros Bastos con el expolicía Horacio Grasso.