La Justicia provincial no suele tener el mejor tacto para cuestiones delicadas. Las noticias de la prensa llegaron primero y los familiares de la víctima tuvieron que enterarse de ese modo. Soledad Laciar, la mamá de Valentino Blas Correas (17), supo por los medios lo que ella y su abogado deberían haber conocido antes que nadie: fue confirmado el juicio por el homicidio y las maniobras de encubrimiento y falsos testimonios que involucran a 13 policías cordobeses.
Pero, más allá de la forma, ella es consciente más que nadie de que se trata de una novedad “positiva” para la dilucidación de la verdad en torno a un crimen tan absurdo. “Es un paso más para llegar al juicio en el que pretendemos que se demuestre que no solamente son 13 los involucrados. Por eso es importante llegar al juicio”, expresó Soledad a La Voz.
La mujer sostiene que hay que ver las otras responsabilidades, “no para que vayan más presos”, sino para que se conozcan quiénes son los que hicieron determinadas acciones que constituyeron irregularidades. “Espero que esto se demuestre en el juicio, que se demuestre que es un sistema que no funciona”, completó.
“La lucha recién empieza, porque hasta el día de hoy no cambió nada. Si creen que me van a callar, no lo van a conseguir. No me van a cansar porque cada vez tengo más fuerzas”, agregó la mamá de Blas.
Confirmación y a juicio
Este miércoles, pasado el mediodía, los medios recibieron la noticia de la elevación a juicio de la causa por el asesinato de Valentino Blas Correas, con los dos principales imputados por el crimen, los cabos primeros Lucas Damián Gómez (36) y Javier Catriel Alarcón (32), más otros 11 uniformados de diversas jerarquías que el 6 de agosto de 2020 habrían montado un operativo de encubrimiento para disfrazar una escena de “gatillo fácil”.
El juez de Control N° 5, César Lescano, confirmó en pleno lo actuado por el fiscal de Instrucción del Distrito 1, Turno 3, José Mana, quien el 4 de agosto pasado elevó el expediente a juicio. Las oposiciones de cuatro defensores –que no fueron los de los dos principales acusados– fueron rechazadas por el juez de Control, que, de este modo, dispuso que se realizara el debate.
De esta manera, si no median nuevas oposiciones, el expediente será sorteado en breve para la asignación de una cámara del crimen que el año próximo realice el juicio. No obstante, algunos defensores que no triunfaron en este recurso anticiparon en la tarde del miércoles que apelarán ante la Cámara de Acusación.
Si quedara firme y se confirma el juicio, el cuadro acusatorio confirmado involucra como principales imputados, por el crimen, a los cabos primeros Alarcón y Gómez como coautores de “homicidio doblemente calificado por el uso de arma y por haber sido cometido en abuso de su función de policías”, por la muerte de Blas Correas. Pero, además, también deben responder por los disparos que cruzaron el habitáculo del Fiat Argo en el que viajaban otros cuatro jóvenes –amigos de Blas– que salieron ilesos. Por esto, Alarcón y Gómez también serán juzgados por tentativa de homicidio con los mismos calificantes, por cuatro hechos.
En lo que respecta a las maniobras posteriores al crimen en sí mismp, también deben concurrir a juicio el subcomisario Sergio Alejandro González (43), la agente Wanda Micaela Esquivel (33), la oficial ayudante Yamila Florencia Martínez (24), el comisario inspector Walter Eduardo Soria (44), el subcomisario Enzo Gustavo Quiroga (35) y el comisario inspector Jorge Ariel Galleguillo (45), todos los cuales deben responder por “encubrimiento por favorecimiento personal y real agravado por la calidad funcional y por la gravedad del hecho precedente y como autores del delito de omisión de deberes de funcionario público respectivamente, en concurso ideal”.
Por otra parte, el cabo Leonardo Alejandro Martínez (28) y el agente Rodrigo Emanuel Toloza (26) se sentarán entre los acusados bajo los cargos de “falso testimonio” y de “encubrimiento por favorecimiento personal agravado por la calidad funcional y por la gravedad del hecho precedente, en concurso ideal”. La misma acusación soportan, por otro hecho, el oficial ayudante Ezequiel Agustín Vélez (25) y el cabo Leandro Alexis Quevedo (30).
Finalmente, el comisario Juan Antonio Gatica (45) será acusado en debate oral por “encubrimiento por favorecimiento personal agravado por la calidad funcional”.
El delicado arte de notificar
Los periodistas que pugnan por una primicia tropiezan a diario en los Tribunales con la necesidad de que los imputados, las víctimas o sus familiares sean debidamente notificados para que recién después ellos puedan publicar la noticia.
Eso es algo en que las fuentes judiciales, actoras en la etapa penal preparatoria, insisten a la hora de soltar el más mínimo detalle para que los comunicadores ejerzan su tarea.
Pero muchas veces se ignora cuáles pueden ser las consecuencias de que no se cumpla con esa regla que se respeta como un “código”. Lo que relata Soledad Laciar puede servir para entender de qué se trata cuando una persona afectada por el contenido de un expediente recibe alguna noticia de esos folios, de una manera inesperada o indebida.
“Es vergonzoso, porque se murió Blas, lo mataron a Blas, y no me avisó nadie. Hoy, tampoco me avisó nadie”. Así comenzó el diálogo con este diario la mamá del joven asesinado por la fuerza policial.
La mujer cuenta de qué modo se enteró, de boca de su abogado, Alejandro Pérez Moreno, quien le comentó: “Mirá, Sole, está en todas las noticias, pero yo no tengo ninguna notificación”.
Aún incrédula por algo de lo que no estaba segura, segundos más tarde Laciar comenzó a recibir llamadas de canales de televisión para preguntarle su impresión sobre “la novedad”. Después, le llegó el link de un portal de noticias en el que la “notificaban” de la elevación de la causa por el asesinato de su hijo.
“Alejandro (Pérez Moreno) siempre ha sido muy cuidadoso de tratar de preservar ciertas cuestiones”, destacó la mamá de Blas sobre el letrado toda vez que debe comunicarles alguna novedad de la causa. Eso les fue privado en esta ocasión.
Disgustada por una “interna” que sufriría su abogado en Tribunales, Soledad suplica un mejor trato de parte de la Justicia. Con resignación, confiesa: “Es muy sensible lo que para mí significa esto... que mi hijo que está en el exterior me llame para saber qué pasa es feo. Soy yo la que se lo tiene que decir”.
