Una mujer de Bahía Blanca fue víctima de una violenta agresión a bordo de un colectivo de la línea 518. Se trata de Mayra Coronel, quien fue golpeada en la cabeza con un caño por un grupo de jóvenes que la atacó debido a que no habían sido invitadas a la fiesta de 15 años de su hija.
El incidente ocurrió en un contexto de amenazas previas por parte de las mismas agresoras, situación que Mayra Coronel había denunciado reiteradamente sin obtener respuesta del sistema judicial.
Producto del ataque, Coronel sufrió una fractura de cráneo y terminó con la nariz fisurada. El brutal suceso fue presenciado por otros pasajeros, incluyendo a su hijo de seis años y un nieto de siete, quienes la vieron ensangrentada.
La víctima manifestó su frustración por la carátula de la causa, que califica el hecho como “lesiones leves”, a pesar de la gravedad de sus heridas, declarando: “Me rompieron la cabeza con un caño”. Con preocupación, Mayra se cuestionó la inacción judicial expresando: “¿Esperan que me apuñalen o me baleen la casa?”.
El conflicto con las agresoras, algunas de las cuales son menores de edad, se originó cuando la hija de Mayra cumplió sus 15 años y decidió no invitarlas a la celebración.
Desde ese momento, las amenazas comenzaron a ser una constante, lo cual Mayra reportó a la justicia sin obtener una respuesta efectiva. Las agresoras viven cerca de su casa, lo que incrementa la vulnerabilidad de la víctima y la mantiene en constante preocupación.
Mayra lamentó la situación: “Viven a cuatro cuadras de mi casa, en Villa Talleres y no sé qué espera la justicia que pase para actuar”.
Tras el incidente, la mujer recibió atención médica en el Hospital Municipal y continúa siendo examinada por un médico forense en la Policía Científica. Su principal objetivo no es perpetuar el conflicto, sino urgir a la justicia a intervenir para evitar que las amenazas escalen a un nivel aún más grave.
Con desesperación, la mujer quiso dejar claro su carácter pacífico, concluyendo: “Pueden preguntar en el barrio quién es Mayra Coronel… vendo rosquitas en la calle y no molesto absolutamente a nadie”.