Zoe Robledo, la niña de 7 años que el pasado jueves había recibido un disparo en la cabeza mientras jugaba en el patio de su casa en el barrio San Cayetano, falleció este viernes por la noche a causa de la grave herida de bala sufrida.
La muerte fue confirmada a La Gaceta por la madre de la víctima, Claudia, luego de que las autoridades se lo comunicaran en el Hospital de Niños provincial.
“Mi hija acaba de fallecer. Que se haga justicia y que los asesinos paguen,” reclamó Claudia, añadiendo que la niña “tenía 7 años y toda su vida por delante”.
La mujer también pidió que el mayor de los detenidos sea alojado en un penal y no en una comisaría para evitar que “tenga un celular y se burle”.
Balazos y muerte en Tucumán
El trágico incidente ocurrió a las 16 horas del jueves, en la calle Ricardo Rojas, cuando la menor jugaba junto a otros niños en el frente de su domicilio.
Dos de los acusados, junto a otros dos cómplices (incluido el apodado “Chueco”), se presentaron en la vereda. Según la reconstrucción de la Fiscalía, “Chueco” extrajo un arma de fuego y comenzó a disparar mientras los otros actuaban en forma coordinada, insultando y arengando al tirador.
Uno de los disparos impactó en la cabeza de Zoe, causándole un orificio de entrada y salida.
La Policía logró detener a dos sospechosos: un joven de 19 años (alias “Menor”) y un adolescente de 16 (conocido como “Ratón”).
La Unidad de Homicidios I del Ministerio Fiscal, que conduce Pedro Gallo, había acusado a ambos por el delito de homicidio doblemente agravado en grado de tentativa, pero tras el deceso, los cargos se reformularán.
La jueza hizo lugar a la solicitud de la Fiscalía de prisión preventiva por cuatro meses para el mayor, y disposiciones provisorias por igual término para el menor. El tirador, “Chueco”, y otro cómplice se encuentran prófugos.
Tras confirmarse la muerte de Zoe, la consternación se tornó violenta: vecinos, familiares y amigos de la víctima incendiaron la casa de los presuntos asesinos.
Una hipótesis sobre el móvil del crimen apunta a que podría estar vinculado a cuestiones de drogas, dado que parejas de la madre de la víctima estuvieron presas, y el barrio San Cayetano es conocido por conflictos familiares y ser una zona peligrosa.
