Mientras la Justicia penal investiga las circunstancias que rodean la muerte de un detenido en la comisaría de La Falda, el pasado domingo, el Ministerio de Seguridad de la Provincia desplazó de la fuerza a tres altos comisarios.
En paralelo, el Tribunal de Conducta de las Fuerzas de Seguridad ya puso poner en situación pasiva a seis uniformados que se desempeñaban en la dependencia cuando sucedió todo.
La investigación penal la tiene el fiscal de instrucción Raúl Ramírez.
El funcionario judicial espera los resultados de la autopsia para confirmar cómo murió el preso y si hubo o no golpiza por parte de los uniformados.
Los jefes desplazados por orden del ministro de Seguridad, Alfonso Mosquera, son:
- El director de la Unidad Regional Departamental Punilla Norte, comisario inspector Diego Alejandro Bracamonte.
- El director general de Recursos Humanos y Entrenamiento de la Policía, comisario general Julio César Faría.
- El director de Entrenamiento Profesional Permanente (el segundo de Faría), comisario inspector Marcos Germán Manrique.
Mientras Bracamonte fue “desplazado”, Faría y Manrique fueron pasados a “retiro obligatorio”. Es decir, fueron enviados sus hogares.
“Es inadmisible que una persona que estaba alterada y con un visible trastorno mental, sea llevada a una comisaría y muera allí a poco de ser ingresada. Esa persona no fue llevada a un hospital o a un centro de salud. Se actuó mal. No menos serio es que hay que esperar qué indica la autopsia. Para eso, está la investigación de la Justicia”, expresaron a La Voz altas fuentes de Gobierno.
La persona fallecida es Jonathan Romo, quien tenía 34 años. Vivía en La Falda con su familia.
El caso se inició el pasado domingo, cuando Romo sufrió una crisis en una despensa de La Falda.
Según testigos, se tornó irascible y violento, y tomó una botella y la rompió.
En esas circunstancias, mantuvo un fuerte entredicho con otras personas y todo se trasladó a un predio cercano, donde volaron cascotes.
Hubo varios llamados al 911 y acudieron patrullas.
Unos policías lograron controlarlo y lo detuvieron.
Muerte en la comisaría
Acto seguido, lo trasladaron a la comisaría de La Falda.
Esa misma noche, mientras era “requisado en un vestíbulo” y “se le quitaban elementos como cordones” (según voceros), Romo se descompuso.
Acudió al rato, un servicio de emergencia y el cuerpo médico constató la muerte.
Se hicieron tareas de reanimación que fueron infructuosas.
No murió en una celda.
La noche del domingo, la fiscal Paula Kelm llegó a la dependencia y ordenó las primeras medidas. Como salió de feria (vacaciones), la instrucción recayó en su par, Raúl Ramírez.
Causa abierta
En el marco de la investigación judicial se ordenaron peritajes y testimoniales, además del secuestro de libro de guardia y de celulares.
Se esperan los resultados de la autopsia.
En la fiscalía se intenta determinar, confirmar o descartar si presentaba lesiones externas o internas. Y si es así, cómo fueron causadas.
“Hubo una falla gravísima en el protocolo. No se puede morir una persona en una dependencia policial. La dependencia policial debe resguardar la integridad y no ser escenario de una muerte. Por eso, se han tomado las medidas que se tomaron”, expresaron desde el Ministerio de Seguridad.
Temblor
Los retiros forzosos dispuestos contra Faría y Manrique repercuten directamente en la Jefatura.
Faría era de la Plana Mayor. Su dirección tiene a cargo la formación y entrenamiento de todas y todos los uniformados de la Policía en la provincia.
En la página oficial de la fuerza se señala que la Dirección de Recursos Humanos tiene como objetivo: “la selección de policías competentes, productivos y motivados, a través de la planeación, organización, dirección y control de sus recursos”.
(Noticia en desarrollo).
