Un excompañero de colegio es el principal sospechoso del crimen de Diego Fernández (16) cuyos huesos fueron hallados en mayo último durante la construcción de una medianera entre dos casas de la Avenida Congreso al 3700, en Coghlan, Buenos Aires.
Un caso de película
El cuerpo de la víctima estuvo enterrado 41 años en el jardín de un chalet perteneciente a la familia Graf. Lo que este miércoles confirmó el fiscal Martín López Perrando es que Cristian Graf (hoy, de 56 años) había sido compañero de Colegio de Diego en el Enet N° 36.
El dato lo aportó un antiguo compañero de estudios que vive en el exterior. Este hombre, que los conocía a ambos, llamó a la fiscalía y contó que “El Gaita” Fernández y “El Jirafa” Graf eran amigos y que en el chat de los egresados de esa promoción causó impacto la noticia de la identificación de los restos de Diego en la casa de Cristian.
El testigo, que este jueves declarará en la causa por Zoom, podría aportar la pieza que le venía faltando al fiscal para llamar a Graf a indagatoria por el cargo de “homicidio” aunque por el tiempo transcurrido la causa seguramente será declarada prescripta.
Aunque nunca fueron a declarar ni como testigos ni como imputados los Graf siempre estuvieron en la mira por el simple hecho de que los restos humanos estaban en su jardín y de que ellos viven ahí desde los años 70.
Actualmente, en el chalet de dos pisos vive la madre de Cristian. Su hija y su hijo hace años que hicieron su propia familia y partieron. Su hija al sur del país, su hijo se quedo en el barrio.
En Coghlan Cristian era conocido por sus habilidades de electricista y por su pasión para arreglar motos. Este es otro punto de contacto con Diego quien tenía una moto que adoraba.