La nota fue transmitida este martes, a las 20, en Telenoche, por El Trece. Máximo Thomsen busca, según el entrevistador Rolando Barbano, desprenderse de sus amigos para que la justicia le baje la condena.
Antes de comenzar Barbano aclaró que desde el noticiero y el canal están el lado de la familia de Fernando Báez Sosa, quienes estaban esperando que alguno de los 8 condenados rompiera el silencio.
“La violencia no tiene nada que ver con el rugby, es social. La violencia siempre lleva a más violencia”, aclaró Thomsen al ser preguntado si la práctica del deporte había tenido algo que ver.
Según Máximo Thomsen, la violencia a la salida de los boliches en Zárate era moneda corriente pero que nunca pensó que “con las manos” se podía llegar a matar a alguien: “Uno no siente que puede matar a alguien con las manos”.
Sobre el viaje a Villa Gesell contó que el plan inicial de las vacaciones era “tomar hasta tarde y salir”. En la segunda noche cometieron el crimen.
Antes de ir al boliche fueron a la playa a donde los jóvenes se juntaban a hacer la “previa”. Comenzaron a tomar a las 3 de la tarde y a las 7 recién compraron las entradas para ir a bailar: “Tomamos mucho en la playa. Yo llegué borracho al boliche”.
Dentro del boliche Máximo asegura que estaba de espalada a la pista cuando uno de los chicos lo choca agarrándose la cara. Era Matías Benicelli quién aseguró que le habían pegado.
“Fernando Báez Sosa le pegó una piña a Matías Benicelli”, aseguró mientras afirmó que él nunca se peleó en el boliche y que la seña que se tomó durante el juicio como una “amenaza” había sido solo un intento de sacarse la mano del patovica del cuello.
“Nunca hablamos de ir a buscar a Fernando”, según el condenado Enzo Comelli pegó la primera trompada porque Fernando le había pegado a Benicelli.
Y continuó: “Después me enteré que le había pegado a Fernando. Fue algo que pasó. Desde el primer día quise contar todo pero no me dieron la oportunidad”.
“No tuve la intención de que pasara eso. Yo entré en una pelea. Yo no le pegué la patada en la cabeza, fue Ciro pero se comprobó que no le pegó”, dijo.
Thomsen aseguró que no tiene mucho recuerdo de cómo comenzó todo: “Que nos culpen por lo que pasó, no por lo que dicen que pasó”.
“Yo estuve ahí, participé, le pegué, pero nunca quise que terminara así”, dijo entre lágrimas y prosiguió: “Nadie es quien para quitarle la vida a otra persona”.
“Cargar con la conciencia de que sí, fue por culpa de nosotros, mía también. Pero nadie lo quiso así. Estoy seguro. Es algo que jamás en la cabeza se nos puede cruzar. Podés ser buena o mala persona pero estoy seguro de que ninguno de nosotros quiso que esto terminara como terminó. Pero no por estar acá adentro sino porque es una vida. Nadie es quién para quitarle la vida a otra persona“, aseguró notablemente quebrado.
“Jamás se me habría ocurrido que estaba muerto. Jamás. Nunca pensé que íbamos a matar a Fernando”, aseguró.
Sin embargo, en el juicio se presentó un audio en donde se escuchaba decir a uno de los condenados “Caducó”.
En el momento, según lo confesado en la entrevista, nunca pensó que lo iban a matar: “Me enteré al otro día cuando nos hicieron el allanamiento, nos tiraron al piso y nos preguntaban si sabíamos por qué estaban haciendo eso”.
“En mi cabeza empecé a entrar en conciencia cuando dormí en la comisaría esa noche porque yo sentía que estaba viviendo una pesadilla”, le aseguró al entrevistador.
“No me siento asesino. Es una palabra muy fuerte, la vi muchas veces en todos lados. Pensar que te están comparando con gente que mata por matar. Acá adentro (por la cárcel), te encontrás con gente que lo cuenta como algo normal y se da a los dos años. A mí me nombran de la misma manera y yo no quería que pasara esto.”, dijo.
Y continuó: “Lo único que quisiera es volver el tiempo atrás para que nadie tenga que perder una vida”.
