–Escuchame, ¿los puedo seguir drogando?
–Pero por supuesto. Ya les dije a los pibes. Cuatro ya te conocen… ¿Me podrás conseguir unas “pepas”?
–Sí, sí, sí, tengo acá como cinco “planchas”, así que te llevo…
La situación judicial de Daiana Soledad Palomeque se complicó por estas horas en la causa en la que está procesada por presunto intento agravado de contrabando de drogas a México y tenencia de estupefacientes para la venta.
La Sala A de la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba confirmó la resolución dictada en agosto pasado por el juez N° 2, Alejandro Sánchez Freytes. Así, rechazó los cuestionamientos defensivos.
Encomiendas internacionales
La investigación comenzó en 2021, luego de que Aduana detectó en Buenos Aires una irregularidad en una encomienda despachada por Palomeque en Córdoba.
El 22 de abril de ese año, la mujer se presentó en la sucursal de DHL Express en esta capital y envió un paquete hacia la localidad de Puerto Aventura, estado de Quintana Roo, México.
Palomeque habría camuflado la droga en el interior de la revista para niños Dino, pintar por Números. La sustancia –unos 120 gramos de efedrina o metanfetamina u ocho dosis umbrales– habría estado oculta en un envoltorio de papel carbónico recubierto en una bolsa plástica.
Firmó una declaración jurada en la que afirmó que el envío no contenía sustancias narcóticas o alucinógenas ni otras peligrosas. Sin embargo, la maniobra “saltó” cuando la Aduana descubrió la droga en la sede porteña de DHL y frustró el contrabando.
De acuerdo con los registros fílmicos de DHL en Córdoba, la mujer fue captada cuando despachaba la encomienda. El paquete tenía en su interior una imagen infantil con una inscripción a mano (“Para mi tío favorito, Bianca”) y la revista Dino. El despacho quedó rotulado como “magazine” en su contenido.
El Registro Nacional de las Personas confirmó que los registros fílmicos y los datos contenidos en la copia de DNI secuestrada a nombre de la mujer (al enviar el paquete) eran coincidentes. Eso llevó a los investigadores a presumir que habría enviado otras encomiendas de similares características.
Más droga en su departamento
En el allanamiento de su departamento ubicado en Cofico, los efectivos encontraron pruebas de la tenencia para comercialización. Estimaron que habría montado un negocio ilegal desde abril hasta diciembre de 2021 para traficar drogas a través del envío y la recepción de encomiendas por correo.
Además de “estoquearse” de estupefacientes del exterior, habría vendido las sustancias –en su mayoría sintéticas– a diferentes “clientes”. La modalidad habría sido doble: en su departamento y como “delivery”, ya que al parecer utilizaba su Peugeot 308 Sport para entregar los “productos”.
En el inmueble tenía 212 gramos de cannabis sativa, 79 troqueles de LSD, goteros, “porros”, casi cuatro gramos de cocaína, una balanza de precisión, jeringas y botellas de plástico (elementos usualmente utilizados para pesaje, dosificación, corte y acondicionamiento de drogas). En el auto, asimismo, hallaron frascos con la etiqueta “Pura Química”, anfetaminas y más troqueles de LSD.
Los policías observaron que en una caja de cartón conservaba –llamativamente– comprobantes de envíos postales nacionales e internacionales, y de compra de botellas.
Mensajes elocuentes
Al intervenir su teléfono, los investigadores encontraron datos que configurarían su modus operandi como “delivery”. “Escuchame, abrí el oído: ¿los puedo seguir drogando?”, preguntó sin filtros Palomeque a un “NN”.
“Pero por supuesto. Ya les dije a los pibes... Cuatro ya te conocen”, le respondió. “Ah, bueno bien ahí. ¿Van esos mismos cuatro y otros más?”, consultó interesada.
“‘Me podrás conseguir unas ‘pepas’?”, preguntó, y Palomeque confirmó con suficiencia: “Sí, sí, sí, yo tengo acá como cinco ‘planchas’, así que te llevo, te llevo una para que tengas”.
“¡A la mier…!”, dijo impresionado por el stock. “Te llevo una y llevo ‘faso’ (al parecer marihuana) también… Si no, pregúntale a (no se alcanzó a comprender) que le llevé a la fiesta, cómo estaban esos chicos, qué hermoso”. Del diálogo se puede inferir que la mujer le recomendaba a “NN” que consultase con otra persona sobre un evento anterior al que Palomeque habría llevado estupefacientes a otros jóvenes.
Para evitar quedar expuesta, habría usado con sus “clientes” términos elusivos a las drogas como “esencias” y “perfumes”, que habría llevado a diversos lugares en su auto. “¿Cuántas necesitás?”, preguntó a otro “NN” por mensaje, al parecer refiriéndose a pastillas. ”Te doy por mi ventanilla. Peugeot blanco… 9.2 en total”, le detalló luego.
En otra conversación por WhatsApp, la imputada habría dejado claro que manejaba con precisión las cantidades de drogas:
–NN: No tengo balanza pa’ separar. ¿Lo hacés en tu casa o al ojillo?
–Palomeque: No hay drama, en casa tengo balanza. Una balanzota. ATR.
Los pesquisas detectaron que Palomeque utilizaba también otra aplicación denominada “Sure”, que encriptaba toda la información que enviaba o recibía a través de ella para, presuntamente, ocultar la ilegalidad de sus acciones.
Sin embargo, lograron extraer una sugestiva conversación:
–NN: ¿Qué onda negrita? (enviándole un emoticón de una nariz, lo cual permite deducir que también comercializaba cocaína).
–Palomeque: Perfumes, sí.
–NN: A pleno, avísame por dónde lo busco y cuánto”.
Confirmación de la Cámara
Los camaristas Graciela Montesi y Eduardo Ávalos confirmaron el procesamiento. “Coincido con los fundamentos exteriorizados en la resolución apelada en cuanto a que la prueba colectada hasta el momento permite demostrar, con el grado de probabilidad exigido a esta altura del proceso, la existencia del hecho, como así también la participación penalmente responsable de la imputada en el ilícito”, dijo Montesi.
“Tengo en cuenta el hallazgo de la droga en el domicilio de Palomeque, las conversaciones telefónicas y chats de WhatsApp mantenidos con distintas personas que serían sus ‘clientes’, sumado al material fotográfico y peritajes químicos llevados a cabo en las actuaciones junto con las demás circunstancias apuntadas por el juez”, agregó.
