Los investigadores coinciden en una misma calificación: están frente a una pesquisa compleja. Los niveles de violencia que se desataron desde la madrugada del pasado jueves en la villa El Nailon, al norte de la ciudad de Córdoba, hacen prever que no será fácil ni juntar las pruebas ni dar con los responsables del asesinato de los dos hermanastros, uno fusilado ese mismo jueves y otro al día siguiente.
Detrás de los hechos de sangre se escondería una interna entre facciones de la barrabrava de un club de fútbol local.
Altas fuentes del Ministerio de Seguridad advirtieron en diálogo con La Voz que investigan con atención una serie de amenazas detectadas en los últimos días entre facciones de barras de dos clubes de fútbol diferentes.
En ambas tribunas, reconocieron, existen enfrentamientos de larga data entre facciones que se disputan la comandancia de los paravalanchas.
La diferencia con el escenario actual –siempre según la descripción de voces autorizadas de esa cartera– es que este fenómeno trascendería las fronteras provinciales. Hablan de un problema nacional que se replica en las tribunas de varios clubes nacionales y, según Seguridad, la pelea entre los desconocidos que infunden la violencia en las tribunas podría recrudecer en las próximas horas. Lo relacionan con la necesidad de obtener ingresos económicos que fueron perdiendo en los últimos meses.
De todos modos, resta esperar confirmación judicial de la causa.
A pesar del difícil panorama, la fiscal Claudia Palacios avanza con paso seguro, ordenando múltiples procedimientos para recolectar las pruebas que necesita.
Palacios está a cargo de investigar las muertes de los hermanastros Maximiliano Ezequiel Gómez, baleado el jueves por la madrugada en El Nailon, y Tomas Misael Moyano, fusilado el viernes en la misma barriada cuando se realizaba el velorio.
La fiscal ordenó a los pesquisas la continuidad del rastrillaje de la zona donde se produjeron ambas balaceras. Pidió especial énfasis en la recolección de imágenes y de testimonios. Fuentes allegadas a su oficina aseguran que su tarea está dando resultados. Sin embargo, la fiscal mantiene silencio.
Identificados y prófugos
Lo cierto es que este medio supo que por la causa fueron imputados Mariano Andrés Cabanillas, Santiago Benjamín Aguilar y David Leandro Aguilar, a quienes se le atribuyen los delitos de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
Hasta el momento, están prófugos.
Ninguno de los múltiples allanamientos que se realizaron resultó positivo.
Sin embargo, la fiscal continúa ganando terreno con cada paso que da.
Quienes tienen acceso a los detalles de la investigación aseguran que los pesquisas tienen diálogos avanzados con el entorno de los sospechosos. Y también afirman que se intenta convencerlos, a través de terceros, para que se entreguen.
Pesquisa en pausa
Otra decisión tomada recientemente por la fiscal fue dejar, por el momento, sin efecto la investigación que pesaba sobre los uniformados que intervinieron en el primer operativo disuasivo, cuando el jueves por la madrugada se produjo una balacera presuntamente entre dos sectores enfrentados por el control de las tribunas de un club de fútbol.
No obstante, desde la oficina de la fiscal aclararon que los uniformados fueron exceptuados sólo por ahora. Esto quiere decir que las pistas más firmes se consolidan en otra dirección y todo haría pensar que no hubo una bala policial durante el fusilamiento, por la espalda, de Gómez.
Los hechos
En la madrugada del jueves se registró un enfrentamiento a balazos en villa El Nailon.
La Policía de Córdoba recibió un alerta al 911. Al llegar los oficiales al lugar, fueron repelidos a balazos.
En medio de este episodio se produjo el fallecimiento de Gómez, quien había resultado atravesado por una bala 9 milímetros que le pegó en su espalda.
Al comienzo, las dudas se centraron en la posibilidad de que el tiro hubiera provenido desde las filas de los policías. Con el paso de las horas, esa versión comenzó a perder peso.
En la mañana del jueves apareció un video en el que se pudo ver a jóvenes de la zona fuertemente armados con escopetas y pistolas. Salían de distintas casillas.
Luego, a la tarde de ese mismo día, se produjo el incendio de una vivienda ubicada en bulevar Los Andes. No hubo que lamentar heridos.
En el barrio se especula que el ataque tendría relación directa con la filmación de ese video, como una suerte de represalia.
El viernes a la madrugada, otra escalada de violencia acabó con la vida del hermano de Gómez, Tomás Ismael Moyano (19). Lo mataron mientras se estaba produciendo el velorio de su hermanastro.
En el barrio temen que las represalias continúen.
Dan por descontado que el drama se originó por un conflicto entre las facciones de una barra de fútbol. La tensión no cede.
