El juez de Garantías de La Matanza, Roberto Ochipinti, ordenó la liberación inmediata del oficial Facundo Daniel Aguilar Fajardo. El magistrado modificó la imputación de “homicidio agravado con dolo eventual” por la de “homicidio culposo”, considerando que el policía no tuvo intención de matar al niño de 7 años, quien falleció tras ser alcanzado por un disparo durante un intento de robo.
Aguilar Fajardo, que llevaba apenas cuatro meses en el Cuerpo de la Policía Montada, había sido previamente imputado por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego y lesiones” en perjuicio de cuatro ladrones, uno de los cuales murió.
Además, el fiscal Rulli, de la Fiscalía de Homicidios de La Matanza, había solicitado su prisión preventiva bajo la carátula de “homicidio simple con dolo eventual” u “homicidio agravado con dolo eventual” de Thiago Correa. Esta imputación implicaba una responsabilidad directa en la muerte del menor y una pena más alta. La defensa, por su parte, había solicitado directamente el sobreseimiento, según lo informado por Clarín.
En un fallo de 96 páginas, el juez Ochipinti decidió cambiar la calificación, atribuyéndole el delito de “homicidio culposo”, lo que significa que el oficial no tuvo la intención de matar al niño.
Cómo fue el tiroteo en el que murió Thiago
El hecho ocurrió el pasado 4 de junio en Ciudad Evita, La Matanza. El oficial Aguilar Fajardo fue interceptado por delincuentes mientras esperaba el colectivo junto a su madre. Tres de los asaltantes fueron identificados como Brandon Corpus Antelo (18), quien murió en el lugar, Uriel Montenovo (21) y Uriel Leiva (21), y un cuarto joven fue detenido días después.
Las imágenes del hecho muestran a dos de los asaltantes acercándose al policía, mientras los otros permanecen con su madre. El oficial se desprendió de los delincuentes, retrocedió unos pasos y sacó su arma reglamentaria. Uno de los ladrones también portaba un arma, aunque esta no funcionaba.
En solo 9 segundos, Aguilar Fajardo efectuó 11 disparos. Uno de estos disparos impactó en la cabeza de Thiago Correa, quien se encontraba con su padre en una parada de colectivo a casi 200 metros del lugar del tiroteo. Thiago falleció un día después en el Hospital de Niños de San Justo.
El policía declaró en su indagatoria: “Pensé que a mi mamá la mataban ahí mismo”. Explicó que un asaltante lo amenazó apuntándole a la cara y su madre también fue agredida y apuntada con un arma.
Los argumentos del juez para la liberación del policía
El magistrado fundamentó su decisión en varios puntos clave. Consideró que los peligros procesales, como riesgo de fuga u obstaculización de la investigación, son “moderados y controlables” con el policía en libertad. Por ello, le impuso “obligaciones especiales”, como fijar un domicilio, no ausentarse por más de 24 horas sin notificar al juzgado y la prohibición absoluta de portar o usar armas de fuego.
El juez valoró la “voluntad de preservar la vida” que exhibió el oficial. A pesar del trágico desenlace, Aguilar Fajardo regresó a su casa para verificar el estado de su madre, y luego salió a la calle para constatar la presencia de uno de los agresores heridos. Posteriormente, cruzó la avenida Crovara para identificarse ante un patrullero y “lo primero que les pidió fue ayuda para que asistan al herido”.
Además, la autopsia del delincuente fallecido “no evidenció signos de disparos a corta distancia”, y la pericia planimétrica determinó que el oficial dejó de disparar cuando los delincuentes doblaron la esquina, a 50 metros de distancia del lugar.
Inicialmente, el fiscal Rulli había solicitado la detención del policía por “exceso de la legítima defensa”. Tras la confirmación de la muerte de Thiago, la carátula se modificó a “homicidio por dolo eventual”.
Por su parte, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, defendió públicamente el accionar de Aguilar Fajardo. Afirmó que “los responsables directos son los delincuentes”, quienes “generaron la acción delictiva” y “salieron a la calle a matar, en banda”.