La historia de Priscila Sand, oriunda de Campana, Buenos Aires, comenzó en julio de 2023 en un restaurante de la Ciudad de México, donde conoció a Salvador Zubirán Rabay. Lo que inició con amabilidad y atenciones, se convirtió en una pesadilla cuando Priscila expresó su deseo de regresar a Argentina y, según su relato, fue arrastrada del pelo y golpeada por Zubirán Rabay.
Durante casi 24 meses, Priscila afirma haber vivido encerrada en una casa, bajo una vigilancia constante con cámaras, micrófonos y sensores de movimiento. Denunció estar controlada por nueve custodios armados, no poder comunicarse sin supervisión, recibir golpes, ser medicada contra su voluntad e incluso ser obligada a tatuarse el nombre de su captor en varias partes del cuerpo.
Según lo informado por Infobae, la situación se extremó tras el nacimiento de su hijo, de apenas nueve meses, a quien se le prohibía llevar al médico sin la presencia de Zubirán Rabay.
La casa era una prisión: Priscila no podía trabajar ni salir sola, siempre bajo la supervisión de escoltas. Se comunicaba a escondidas con su familia, especialmente con su hermana gemela, quien fue clave para el plan de escape.
En abril de este año, Priscila estudió los movimientos de sus captores y, aprovechando un descuido, huyó con su bebé en brazos y un bolso con lo esencial. El impulso final para escapar fue la construcción de un “cuarto de pánico” dentro de la casa, donde temía ser encerrada. Tras su huida, Priscila se resguardó y presentó la denuncia en la Fiscalía Antisecuestro de la Ciudad de México.
Liberaron a un hombre acusado de secuestrar a su esposa
A finales de mayo, Salvador Zubirán Rabay fue detenido. Sin embargo, Priscila había advertido sobre los presuntos “vínculos con la Justicia” de su esposo. Su temor se hizo realidad: en las últimas horas, Zubirán Rabay recuperó su libertad. La excarcelación fue ordenada por el magistrado Javier Raúl Ayala Casillas, quien, según Priscila, “le ha dado la espalda” a su caso.
En un video cargado de angustia, Priscila expresó: “Lo hago responsable al juez y a Salvador de cualquier cosa que nos pase a mí, a mi hijo y a mi equipo legal”. Siente que el sistema de justicia la condenó a seguir viviendo con miedo, atrapada en México debido a una denuncia de “sustracción de menores” interpuesta por Zubirán Rabay en su contra, lo que implica una Alerta Ámber sobre su hijo y la posibilidad de ser detenida si intenta volver a Argentina.
Priscila describe a Zubirán Rabay como una persona con “mucho poder” en el distrito, quien se jacta de mover dinero, portar armas sin permiso y tener protección judicial. Asegura que él mismo afirmaba haber “comprado jueces, policías, ministerios públicos” y que ella lo vio manipular denuncias e inventar pruebas.
El caso de Priscila no sería el único. La actriz Laura Vignatti también denunció públicamente a Zubirán Rabay en julio de 2024, compartiendo fotos y videos de agresiones y amenazas. Vignatti, al igual que Priscila, afirmó que su expareja posee conexiones con la Justicia y que, a pesar de las pruebas, la fiscalía le habría perdonado muchas acciones.
En medio de esta oscuridad, Priscila reafirma su convicción: “Aunque la justicia hoy me haya fallado, mi verdad no se calla y esa nadie me la puede arrebatar”.
