“Los vecinos tienen miedo de salir a la calle. Los robos son constantes. Y ahora no se salvan ni las escuelas del sector”.
Casi como si estuvieran anestesiados, un grupo de 15 vecinos e integrantes de la comunidad educativa de la escuela Gobernador Emilio Olmos y del Instituto Nuestra Señora de Loreto de barrio Los Naranjos, franja sudoeste de la ciudad de Córdoba, hablaron con La Voz sobre los últimos robos registrados en la zona.
Un grupo de ladrones, contaron, ingresaron el lunes por la noche a la escuela Olmos.
En los techos, rompieron los equipos de aire acondicionado para robar los motores. Junto con estos componentes casi irreemplazables por su alto valor económico, se llevaron también una consola de luces.
Además, pudieron acarrear una antigua campana que poseía la escuela. Los equipamientos de aire acondicionado, dijeron desde el grupo de vecinos, habían sido comprados con el esfuerzo de los padres, las docentes y los directivos de la escuela.
“Nadie quiere denunciar a pesar de que los vieron. Son los mismos que andan robando por todas las escuelas de la zona de barrio Los Naranjos. Los vecinos tienen miedo de salir a la calle, porque si no están en los techos de alguna escuela están arrebatando celulares”, aseguró un vecino.
A su vez, otro vecino aseguró que la misma banda había intentado ingresar al Instituto Nuestra Señora del Loreto, ubicado en la calle Manuel Gómez Carrillo, al frente de la plaza del barrio.
“No pudieron hacerlo pero estamos seguros de que e cualquier momento pueden regresar”, sostuvo.
Juan Pablo Rodríguez, reconocido por su obra solidaria “Un tatuaje por una sonrisa”, es otro referente del sector, que actualmente responde las consultas del centro vecinal del barrio (acéfalo). Consultado sobre la ola de inseguridad que golpea al barrio, comentó que a todos estos robos mencionados por sus vecinos se le sumó un nuevo hecho delictivo en un taller mecánico.
“Robaron la escuela Olmos, intentaron entrar al Loreto, y en la madrugada del martes robaron en un taller mecánico del barrio”, dijo Rodríguez, quien no dio crédito de las versiones vecinales sobre la existencia de una sola banda detrás de estos episodios.
Robo en la escuela: hechos que preocupan
La zona se muestra conmocionada. El grupo de 15 vecinos, que dice integrar numerosos canales de comunicación a través de WhatsApp, comentó que lo que más duele es que los chicos que van al colegio tengan que soportar los días de calor sin las comodidades que se merecen.
“Se había trabajado mucho para instalar esos equipamientos. Y qué pueden sacar ellos por esos motores, que los venden por chatarra. El drama es que nadie los denuncia. Todos saben quiénes son”, disparó una vecina.
En cuanto a la presencia policial, el grupo no se mostró disconforme: “Hay patrullaje a menudo, pero los chicos que se dedican a esto son más vivos que todos los demás. Aparecen cuando el patrullero dobla hacia otra dirección y en cuestión de minutos se llevan todo lo que pueden”, advirtió un comerciante de la zona del colegio.
A él le habrían llegado versiones sobre el robo. Dice que un grupo de tres o cuatro chicos de no más de 20 años se pasó varias horas en la noche del lunes subidos a los techos.
“Me aseguraron que los vieron, que eran tres y que hacían fuerza para arrancar los motores. Dos estaban arriba del tejado que tiene la escuela y un tercero estaba abajo. Adentro había uno más”, dijo.
El que estaba adentro del edificio escolar, según contó la misma fuente, entraba y salía de las aulas. Al parecer, contó, en varias ocasiones intentó abrir los armarios.
Lo cierto es que algunos padres ya decidieron no enviar a sus hijos al colegio que se encuentra ubicado en avenida Fuerza Aérea al 2229 los días de extremo calor.
