Comenzaron a juzgar en Villa María a quien era la jefa de la brigada local de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA), acusada junto a su pareja, también policía, de cultivar y comercializar marihuana.
Hay un tercer implicado, que no es policía, pero que formaba parte de esta organización que fue desbaratada a partir de sospechas de infidelidad de parte de la esposa del tercer implicado.
El caso tomó trascendencia nacional a mediados de 2021, cuando se descubrió que quienes estaban detrás de un departamento en el que se había montado un “vivero” productor de madrugada eran nada menos que la por entonces jefa de los policías que debían combatir el narcomenudeo en la ciudad.
La acusación más grave es contra Jessica Peña y Luciano Andrada, ambos ex integrantes de la Fuerza Policial Antinarcotráfico. En principio se los acusaba de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, agravada por ser funcionarios policiales.
Durante el juicio, que comenzó este jueves y podría terminar este viernes, el fiscal de Cámara, Francisco Márquez, los acusó también montar un sistema de cultivo de marihuana en un departamento que habían alquilado en barrio Lamadrid.
La banda que cayó por una sospecha de infidelidad
Este inmueble había sido rentado por Cristian Gudiño, un civil que formaba parte del grupo que cultivaba y vendía marihuana, según la acusación.
Cómo operaba la banda de la jefa Antinarcotráfico detenida por vender drogas en Villa María
La esposa de este hombre fue quien, sin quererlo, dio el puntapié para el desbaratamiento de la banda. Ella descubrió un recibo de alquiler a nombre de su marido Cristian. Le resultó inexplicable. Pensó que lo engañaba con otra mujer y que usaba ese lugar para encontrarse.
Fue hasta allí y lo encontró. En la vereda, él trataba de explicarle que no le era infiel, pero la discusión llamó la atención de vecinos, que a su vez dieron aviso a a la Policía.
Todo esto derivó luego en que aparecieran los expolicías antinarcotráfico, tratando que la situación no se les fuera de las manos, y no se descubriera el verdadero motivo de porqué tenían alquilado el departamento.
La garantía del contrato era Andrada, pareja de la jefa Peña.
Finalmente, todo llegó a manos de la Justicia, el domicilio fue allanado, y se encontraron varios elementos que terminaron implicando a los tres acusados.
En la primera audiencia del juicio, los expolicías y su cómplice reconocieron la culpabilidad de los hechos y el fiscal de Cámara pidió seis años de prisión para cada uno.
Para este viernes se espera la sentencia.
