En muchas circunstancias puede ser sumamente efectivo, y hasta como disparador de confianza, tener acceso directo a la cara visible de un emprendimiento comercial o edilicio. Sobre todo, si se busca depositar inversiones en manos ajenas por valores millonarios.
“Había descubierto que resultaba aconsejable impresionar a los clientes con cierta sensación de poder”, se ufanaba el célebre detective británico Sherlock Holmes en su relato La aventura del soldado pálido (1927). A casi 100 años de esa máxima de Arthur Conan Doyle, aquel concepto parece haber resultado altamente eficaz en algunas de las víctimas del presunto estafador serial de Córdoba, Oscar Alberto Othaheguy (49).
Bajo diversos nombres falsos se presentó como el dueño de una inexistente empresa constructora, con la finalidad de persuadir a los clientes de invertir sus fondos para, luego, apropiarse de ellos.
El fiscal del Distrito 4, Turno 3, Juan Pablo Klinger, lo envió a juicio junto al policía Fredy Damián Ullua Rivero (42) -que se suma a la innumerable cantidad de efectivos sospechados por múltiples delitos y corrupción- y a Damián Ignacio Ocaño. A Othaheguy, con residencia en Mendiolaza, le endilgó la mayor responsabilidad penal por estafa reiterada, circunvención de incapaces y coacción.
Desde hace años, el nombre de Othaheguy aparece vinculado con defraudaciones en Córdoba y en otros puntos del país. Tras varios meses prófugo, cayó en 2023 cuando intentó ingresar al estadio Kempes para ver la semifinal de la Copa Argentina entre Talleres y Boca.
Extrema crueldad y estafa
En 2017, Othaheguy, un hombre morocho, alto y corpulento, se habría hecho pasar por “Oscar Hassan” para engañar de modo cruel e inmoral a un hombre con graves trastornos mentales y con carencias económicas y afectivas. Así, se habría quedado con un Fiat Uno de la víctima, a cambio de unos $ 1.000 mensuales en concepto de “canon” por “alquilarle” el auto. Pero nunca se lo devolvió.
Con una vileza despiadada, habría ido más allá en su afán delictivo, al quitarle incluso su único lugar donde vivir. Al parecer, aprovechándose del problema neurocognitivo de la víctima y valiéndose de su confianza, Othaheguy lo indujo a firmar un poder especial de administración y disposición de bienes a favor de él. Lo habría hecho con el pretexto de constituirse como fiador de un contrato de locación.
Claramente, la maniobra no habría tenido otro fin que poder disponer de los derechos reales que la víctima (había conocido a “Hassan” por medio de otro supuesto estafador) tenía sobre su propia casa en Villa Carlos Paz.
En la operatoria apareció en escena el policía Ullúa Rivero (está libre). En una escribanía, “Hassan”, como apoderado (fraudulento) de la víctima habría simulado la venta de la casa al policía. El jubilado se quedó sin casa ni auto, enfermo, sin recursos económicos ni trabajo. Literalmente quedó en la calle y estado de indigencia. La casa era el único bien que le habían heredado sus padres antes de morir para asegurarse de que no pasara necesidad.
La víctima logró percatarse de la estafa y 72 horas después volvió a su vivienda con un cerrajero. Logró ingresar y, para su triste sorpresa, ya no quedaba nada. De madrugada, un camión de mudanza llegó y arrasó con todo: desde electrodomésticos y dinero hasta los muebles.
En un acuerdo entre el policía (no se precisó oficialmente si ejerce aún como funcionario público) y el hermano del jubilado, se acordó la restitución de la casa y lo sustraído a cambio de que el damnificado desistiera de la denuncia contra el efectivo. Pero el policía incumplió, según la acusación, y no devolvió todo. Y lo poco que sí regresó lo hizo en mal estado.
“Alberto”, “Oscar”, las varias caras del estafador serial
Dos años después de aquella estafa, Othaheguy, en supuesta complicidad con Oscar Gustavo Franco (tiene orden de paradero), habrían orquestado un plan para estafar a diversas personas. Publicitaron en Facebook la compra de planes de autos “caídos”, para quedarse con los vehículos.
Aparentando ser de la firma, Othaheguy se presentó falsamente como “Alberto” (sin dar su apellido). Habría acordado que la titular del autoplan le entregaría su Renault Sandero Stepway a cambio de $ 475 mil y la asunción de la deuda prendaria. La mujer le firmó el formulario 08 en blanco y le entregó la posesión a “Alberto”.
El presunto estafador le dio sólo $ 30 mil como “seña” y la promesa de cancelar la prenda y abonarle el saldo. Una semana después, “Alberto” se presentó “alterado” con Franco (su supuesto “socio”) en una escribanía y este último firmó como comprador el boleto de compraventa del vehículo.
La víctima nunca obtuvo la confirmación de la cancelación de la prenda y perdió el auto y el dinero prometido, de acuerdo a la investigación judicial. En internet encontró que “Alberto” en realidad era Othaheguy y que desde 2015 arrastraba centenares de denuncias por estafas por la construcción de viviendas. Incluso, había sido multado por manejar borracho en la Sandero de la víctima y que Othaheguy había vendido el auto a un sanjuanino por $ 450 mil, estafándolo.
Con el tiempo, Othaheguy cambió de “rubro”. En 2022, en supuesta complicidad con el imputado Ocaño habrían puesto en marcha otra falsa empresa: Transformar Grupo Constructor. Con publicidad engañosa difundida por Instagram, Facebook y WhatsApp, ofrecían la construcción de casas.
Entusiasmada de contar con su casa propia, una mujer se comunicó con la “compañía” para edificar en San Luis. Un empleado (se comprobó que todos los trabajadores administrativos desconocían la ilicitud de las maniobras) le mostró un catálogo de construcciones y valores que eran muy tentadores.
Al día siguiente, “Oscar” (Othaheguy) llamó a la mujer (que cursaba un embarazo) y se presentó como el dueño de la empresa. Le prometió falsamente que le iba a hacer precio y colocar materiales premium.
La damnificada denunció que Othaheguy comenzó a presionarla para cerrar la operación: “Más vale que transfiera ya, porque si no, no le voy a mantener los precios”. Para no perder la oportunidad, con su novio transfirieron $ 50 mil a la cuenta de Mercado Pago a nombre del presunto “gerente”, Ocaño. Pero la mujer empezó a notar irregularidades en el presupuesto.
Cuando fue hasta la oficina en la intersección de Rumiñahui y Ricardo Rojas, en Argüello, para firmar el contrato, dijo que Othaheguy la siguió hostigando para que le entregara el dinero de inmediato y para que fueran a una escribanía a cerrar el convenio. Contó que presionó a tal punto que no le dio tiempo para leer ni analizar detenidamente la documentación de la operación. “¡Vamos, vamos!”, habría empezado a apurarla.
En presencia de Ocaño, la damnificada firmó el contrato y le entregó a Othaheguy U$S 7.900. Luego le solicitó más y más dinero. Estresada, le reclamó incumplimientos, le solicitó que le devolviera U$S 2 mil por un “error muy grosero” en las cuentas y que rompieran el contrato. La mujer perdió todo sus ahorros y su sueño de la vivienda propia.
Otra víctima de Transformar consultó para construir un complejo de cabañas en Estancia Vieja. Y en paralelo preguntó a la “empresa” Alma de Acero Constructora, que le respondió a nombre de Transformar, aclarándole que Alma y Transformar eran parte del mismo emprendimiento o grupo. Promocionaban “viviendas para toda la vida” y eslóganes básicos e inespecíficos como “construimos en todo el país”.
De acuerdo con la acusación, “Oscar Hassan” u “Oscar”, como se presentaba Othaheguy, citó a la víctima a la oficina. Ocaño simuló ser el representante legal y Othaheguy, el dueño. El interesado entregó $ 150 mil como “seña” del valor total ($ 2,3 millones) por la construcción de una casa.
Ocaño le hizo suscribir un contrato y el interesado abonó $ 800 mil. Luego Othaheguy le hizo firmar un pagaré en blanco, con la excusa de que si no lo hacía, la obra no comenzaría. La víctima abonó finalmente otros $ 220 mil.
Pero le llamó la atención que “Oscar” le pusiera excusas para reunirse, que la web de la constructora estuviera fuera de servicio y que no encontrara el Cuit de la “constructora”.
Como en otros casos, Othaheguy se ofendió por la “desconfianza” y le dijo que si rescindían el contrato, perdería el dinero. También le advirtió que si se hacía eco de un hombre que sostenía haber sido estafado y difundía ese caso, lo denunciaría.
La situación se volvió insostenible: la “empresa” había cerrado la oficina y comenzaron a “llover” reclamos. “Oscar” le comentó que iba a dejar de comercializar esas viviendas para pasar a vender otras, y que necesitaba un garante para alquilar un galpón. De esta forma, le propuso a la víctima pagarle el valor de la cuota mensual de su vivienda ($ 60 mil) por ser su garante. Pero el damnificado no aceptó. En total, entregó $ 1.020.000 y jamás accedió a su vivienda.
Otro de los denunciantes contactó a Transformar para edificar en un terreno en Potrero de Garay. Seducido por la publicidad de la firma, “Oscar Hassan” (Othaheguy) le brindó las tipologías y los precios de las viviendas (inexistentes). Lo llevó a un barrio cerrado de Córdoba, donde, haciéndose pasar por constructor de unas obras, se las exhibió para que observara lo que supuestamente estaba construyendo, según la acusación.
La BMW y el increíble video de la casa
Cautivado, la víctima firmó un contrato para la edificación. Le entregó a Othaheguy U$S 20 mil y una camioneta BMW X4 (por U$S 50 mil) bajo la falsa promesa de que sería enajenada y de que, con el dinero de la venta, se cancelaría la operación.
Le entregó la BMW con un 08 firmado. Cuando le consultó por unos mensajes negativos en contra suya, “Oscar” le respondió que era porque “lo querían cag…” y que su “socio” Ocaño era un estafador, entre otras excusas. La víctima terminó por creerle.
Cuando empleados de la “constructora” visitaron el terreno de la víctima de Potrero de Garay, filmaron el lugar y subieron las imágenes a la web de la “firma” como un futuro proyecto de construcción. Luego, Othaheguy concurrió a la casa del damnificado en Jesús María para hablar sobre el proyecto. En ese marco, el imputado pidió a un colaborador que filmara el interior de su casa para tener una idea de cómo “proyectar” la que iban a construir.
Lo increíble llegó después: con asombro, el denunciante descubrió que habían subido el video en la cuenta de Instagram de Transformar como si la suya fuese una casa que la “empresa” había construido. “Estamos construyendo”, rezaba el video.
Descubrió que “Hassan” no era Hassan sino Othaheguy y que tenía denuncias por fraude. Ocaño le dijo que Othaheguy lo había estafado (es decir, lo inverso a lo que “Oscar” había dicho de aquel) y que se había a San Martín de los Andes a esquiar en la BMW.
Todo cambió cuando lo intimó a devolverle el rodado y lo denunció penalmente. Anoticiado de la denuncia, “Oscar” le dijo: “Si me querés perjudicar, vas a salir perjudicado. Quiero pensar que vas a recapacitar y te vas a llamar a la cordura. Quedar envuelto en un escándalo... (…) No te hagas el mafioso conmigo; ya te dije que tenía de sobra…”.
Para el fiscal, Othaheguy buscó amedrentarlo para obligarlo a desactivar la denuncia. Le indicó que mientras no “levantara la denuncia”, no le iba a regresar la camioneta. “Si llego a ir preso, a la camioneta no la vas a ver. Y vas a pagar las consecuencias cuando salga. Tengo un abogado”, le dijo.
