La “banda de los recitales” empezó a “perder” en el último show que el grupo Los Piojos ofreció en el estacionamiento norte del estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba.
La denuncia por un I-Phone 16, que emitió señal, fue la pista que siguieron los investigadores policiales y que acabó con cinco detenidos por una causa de celulares robados.
Durante las últimas tres semanas, pesquisas de la Policía cordobesa, en colaboración con agentes de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, desarrollaron una investigación que derivó en la desarticulación, al menos parcial, de toda la patota.
El grupo se dedicaba al robo de celulares en eventos masivos, como el mencionado recital, fiestas electrónicas y bailes de cuarteto.

El caso, que quedó bajo la órbita del fiscal cordobés Horacio Vázquez, involucra a un grupo organizado de cordobeses que viajaban especialmente a Capital Federal para sustraer celulares en recitales y fiestas electrónicas.
Hasta el momento se recuperaron 42 dispositivos móviles, pero los investigadores creen que a medida de que se reciban nuevas denuncias podrían lograr el hallazgo de muchos otros equipos.
Celulares robados: así operaba la banda
La modalidad utilizada por esta organización delictiva era precisa y efectiva.
Según fuentes de la investigación, sus integrantes adquirían entradas a recitales y eventos masivos a través de portales oficiales, igual que cualquier otro espectador.
Una vez dentro del evento, se distribuían estratégicamente entre la multitud y comenzaban a operar.
El robo se realizaba en grupo: uno sustraía el celular –generalmente de una riñonera o bolsillo trasero– y lo pasaba inmediatamente a otro miembro.
De este modo, la víctima encontraba una gran dificultad para identificar al autor del hecho.
Esta técnica del “pasamanos” les permitió cometer múltiples robos sin ser detectados en el momento. Los damnificados solían notar la pérdida varios minutos después.

El teléfono ya había pasado de mano varias veces o incluso había sido ocultado con métodos para bloquear la geolocalización.
Uno de los métodos más efectivos, según detallaron los pesquisas, consistía en una mochila forrada con papel aluminio. De este modo, los oportunistas evitaban que los equipos emitieran señales.
La geolocalización y el hallazgo de los celulares robados
El elemento que permitió a los investigadores avanzar con éxito fue el seguimiento de las señales de los celulares robados.
A pesar de los intentos del grupo por ocultar los dispositivos o inutilizar la función de rastreo, varios aparatos seguían emitiendo geolocalización.
Esto permitió ubicar una serie de domicilios en Córdoba Capital que coincidían con la presencia de los teléfonos sustraídos en Buenos Aires.
“Gracias a las denuncias de los damnificados y al aporte del IMEI de los aparatos, pudimos seguir las señales. Eso nos llevó a realizar 15 allanamientos positivos”, explicaron fuentes con acceso a la causa.
Entre los barrios donde se realizaron procedimientos figuran Villa Urquiza, Villa El Libertador, Santa Isabel y Argüello.
Los procedimientos tras los celulares robados
Este miércoles 21 de mayo se concretó el último operativo, que contó nuevamente con la participación de agentes porteños en territorio cordobés.
La intervención se sumó a otros allanamientos realizados durante las semanas previas. En total, se secuestraron 42 celulares, varios de ellos en banda negativa –lo que implica que fueron denunciados como robados– y una gran cantidad de elementos utilizados por la banda.
Entre lo secuestrado, había herramientas para manipular dispositivos, una notebook con software específico, armas de fuego, dinero en efectivo, una entrada al recital de Los Piojos (que sirvió como evidencia clave) y otros elementos destinados a ocultar los teléfonos y bloquear sus señales.
Uno de los detalles que llamó la atención fue la incautación de una “snorkel”, una herramienta utilizada para esconder teléfonos u otros dispositivos bajo tierra o en compartimentos reducidos, evitando que emitan señales.
Celulares robados: de Córdoba a Buenos Aires
Los cinco detenidos son todos oriundos de Córdoba.
Sin embargo, la investigación confirmó que viajaron al menos tres veces a Buenos Aires en un lapso de tres semanas.
Las fechas coincidieron con grandes eventos musicales y fiestas electrónicas, lo que refuerza la hipótesis de que el grupo elegía esos momentos de alta concentración de público para operar.

“La banda no solo actuó en el recital de Los Piojos, también fue vista en otros eventos importantes. Se desplazaban como cualquier espectador y aprovechaban el tumulto para robar sin ser detectados”, señalaron fuentes judiciales.
Los investigadores todavía no pudieron establecer si hay un líder claramente definido dentro de la banda.
En los allanamientos también se incautaron los teléfonos personales de los detenidos, que serán peritados en busca de comunicaciones internas que permitan reconstruir la estructura jerárquica del grupo.
Tanto la Policía como los investigadores insistieron en un mensaje claro: “Es fundamental que las víctimas hagan la denuncia, aporten el IMEI y permitan así el rastreo de los aparatos robados. Esa es la única forma de recuperar sus bienes y ayudarnos a desarticular este tipo de organizaciones”.
De hecho, muchos de los operativos pudieron concretarse gracias a la colaboración ciudadana. A través de la denuncia formal, se logró el rastreo inicial de los dispositivos, lo que luego derivó en los allanamientos positivos.