La jueza Makintach, integrante del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°2 de San Isidro, presentó su descargo a través de su abogado, Darío Saldaño, ante la Comisión Bicameral de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios de la Provincia de Buenos Aires.
En el escrito Makintach sostuvo que los tres jueces del tribunal y los presentes en las grabaciones conocían la existencia de la cámara. Además, afirmó haber comunicado la situación por “vías informales” a sus superiores y que las tomas no revelaron “ninguna cuestión propia del debate”, defendiendo la difusión de actos públicos como parte del sistema republicano.
Las denuncias contra Makintach fueron impulsadas por figuras como Julio César Coria, Fernando Míguez, Florencia Retamoso, Agustín Romo, María Florencia Arietto y Fernando Burlando, así como por la Procuración. Los denunciantes alegan “mal desempeño de sus funciones”, “incumplimiento de sus deberes” y “posibles comisiones de delitos”. Específicamente, se la acusa de:
- Participar activamente en grabaciones no autorizadas.
- Utilizar recursos públicos para un proyecto con fines comerciales.
- Faltar a la imparcialidad que requiere su cargo.
Aunque hubo un “cierto alivio” en el entorno de la jueza ya que las acusaciones no tuvieron la gravedad que se había rumoreado inicialmente.
El documental “Justicia Divina” en el centro de la polémica
El epicentro del escándalo es el documental titulado “Justicia Divina”, una producción que pretendía mostrar el juicio de Maradona “desde la perspectiva de un juez”. La idea surgió de una conversación entre el guionista Juan Manuel “Chavo” D’Emilio y María Lia Vidal Alemán, íntima de la jueza. Ambos registraron el nombre y la idea en la Dirección Nacional del Derecho de Autor el 21 de febrero.
Las grabaciones se iniciaron el 9 de marzo en el Palacio de Tribunales, 48 horas antes del inicio del juicio, mostrando a la jueza en pasillos y en el hall central. Posteriormente, se realizaron tomas en su despacho.
El guionista D’Emilio afirmó en su descargo que “siempre tuvo la certeza de que todo estaba permitido”. Juan Arnal, dueño de la productora “La Doble”, calificó la cámara utilizada como “imposible de disimular, esconder o camuflar” en plena audiencia.
El proyecto de seis capítulos, con títulos como “La justicia y los dioses” o “La justicia y la sentencia”, se basaba en un “guion vivo” que se iría escribiendo a medida que avanzaran las audiencias. La polémica estalló el 15 de mayo, cuando Julio Rivas, defensor de Leopoldo Luque, solicitó la identificación de D’Emilio y Vidal Alemán. Esta revelación llevó a Fernando Burlando y Mario Baudry a presentar la denuncia que dio origen a la causa penal, resultando en la anulación del juicio por la muerte de Maradona.
Situación actual y próximos pasos
Makintach fue suspendida preventivamente por la Suprema Corte de Justicia por tres meses a fines de mayo, y luego el jurado de enjuiciamiento dispuso su apartamiento por tiempo indeterminado, aplicándole un descuento del 40% de su salario. Su abogado calificó esta medida de “excesiva e injustificada”.
A pesar de haber presentado su renuncia hace dos meses, el gobernador Axel Kicillof aún no se la aceptó. Si el gobernador no la acepta en las próximas dos semanas, el jury avanzará hacia una posible destitución.
La presidenta de la Corte, Hilda Kogan, debe convocar a una reunión para la admisibilidad de la prueba. Una vez que esto ocurra, la jueza ya no podrá renunciar y deberá someterse al jury.
Además del jury, Makintach enfrenta un juicio penal en San Isidro, donde cambió de estudio jurídico y ahora es defendida por Nicolás Urrutia. En el jury, sigue siendo representada por Darío Saldaño.
La Comisión Bicameral de Enjuiciamiento resolvió asumir el rol de acusadora en las denuncias contra Makintach. En cuanto a los otros jueces del caso Maradona, Verónica Di Tommaso y Maximiliano Savarino, la Comisión decidió no expedirse sobre ellos hasta que avancen las investigaciones penales.