Mientras la Justicia investiga quién es la mujer cuyo cuerpo fue hallado semanas atrás en el placar del departamento donde vivía el expolicía Horacio Grasso, quien permanece preso por violar la prisión domiciliaria, ahora se conoce un grave antecedente en su contra.
La fiscala Ingrid Vago, del fuero Delitos Contra la Integridad Sexual, lo investiga por una denuncia de abuso realizada por una mujer que forma parte del círculo familiar más cercano del expolicía.

El 12 de octubre de 2022, la mujer se presentó como víctima en la Unidad Judicial de Delitos contra la Integridad Sexual de Córdoba, según pudo establecer La Voz.
Según el testimonio de la denunciante, los hechos habrían ocurrido en el mismo lugar donde Grasso cumplía prisión domiciliaria, en el departamento del 3° B, de la calle Buenos Aires al 315, a pocas cuadras de la plaza San Martín, pleno centro de la ciudad de Córdoba.
Todo habría ocurrido a metros del placar donde semanas atrás la Policía halló los restos humanos de una mujer, aún no identificada, y en avanzado estado de descomposición.
El hallazgo generó conmoción en el ámbito judicial y volvió a poner el foco en las condiciones de control de las prisiones domiciliarias en la provincia.
Aún no pesa una imputación contra Grasso a raíz de esta denuncia por presunto abuso sexual. Tampoco está imputado por el cuerpo en el mueble.
La denuncia por abuso sexual que complica a Horacio Grasso
De acuerdo a la denuncia, la víctima había cortado contacto con el presunto agresor luego de que fuera condenado por haber matado al pequeño Facundo Novillo en 2007. Por ese crimen, sería condenado a 27 años de cárcel.
Sin embargo, tiempo después de la condena, el expolicía logró restablecer el vínculo con ella, convenciéndola de que él era “inocente” y que la versión oficial sobre el homicidio estaba “manipulada” por los jueces, las víctimas y los medios de comunicación.
A partir de este contacto –que habría logrado establecer mediante una abogada– habrían comenzado una serie de visitas al departamento en el que Grasso cumplía el régimen de arresto domiciliario.
Inicialmente, las reuniones habrían ocurrido durante el día, pero luego –y según sostiene la denunciante, a pedido de Grasso– pasaron a realizarse también por la noche.
En una de esas ocasiones, según consta en la denuncia, Grasso habría utilizado algún tipo de sustancia para dopar y luego someter sexualmente a la mujer.
A los pocos días del supuesto ataque, la víctima se presentó a denunciar todo.
Pero luego de ese 12 de octubre de 2022, no obtuvo respuesta por parte de la Justicia, según su abogado Carlos Nayi.
La joven esperó “meses”. Su vida, según pudo saberse, se volvió un calvario. A pesar de todos sus temores, volvió a acudir a la Unidad Judicial de Delitos contra la Integridad Sexual a realizar una ampliación de la denuncia.
Fue el 29 de diciembre de 2023. En esa instancia –y siempre según la damnificada– aportó nuevos elementos probatorios.
No obstante, afirmó no haber recibido ninguna notificación ni convocatoria de la Justicia.
La postura de la querella
Según el abogado Nayi, a la mujer no se le realizaron peritajes ni fue citada por la fiscalía desde que realizó la denuncia hasta que él mismo se presentó con su caso.

Eso ocurrió en plena feria judicial, el 11 de julio de este año, cuando la mujer decidió contactar al letrado tras conocer que Grasso había sido trasladado nuevamente a la cárcel de Bouwer.
El letrado solicitó ser incorporado como querellante particular en la causa, situación que la fiscala Vago habilitó días más tarde.
La querella planteó que, de haberse actuado con celeridad frente a la denuncia de abuso, el desenlace del hallazgo del cuerpo podría haber sido distinto.
En el entorno de la denunciante se remarcó que la causa por abuso sexual fue “ignorada por las autoridades” durante años.
En el marco de su presentación como querellante, la mujer subrayó la gravedad del hecho y cuestionó la falta de respuesta.
Además, en el entorno de la víctima creen que “podrían existir otras víctimas” que no aún no hicieron públicas sus situaciones. “Así como le pasó a ella, o eventualmente a la mujer que fue hallada sin vida en el placar de Grasso, cualquier otra mujer u otra persona podría haber padecido un ataque en manos de este hombre”, sostuvieron.
El cadáver en el placar de Horacio Grasso
La trascendencia de esta ya vieja denuncia se vuelve central para el abogado querellante, a la luz de la aparición del cadáver en el placar del acusado.
En la fiscalía de José Bringas se investiga el descubrimiento de los restos ocurrido en el mismo departamento donde la mujer dijo haber sido abusada.
El cadáver pertenecería a una mujer de aproximadamente 30 años y fue encontrado por la Policía luego de que dos albañiles hicieran la denuncia. Los hombres habían sido contratados por Javier Grasso, hermano del expolicía, para limpiar todo.

Los trabajadores dijeron que forzaron una puerta interna del placar y encontraron huesos envueltos en mantas, atados con cables y cubiertos con cal.
Según se pudo saber, el departamento se encontraba en condiciones de abandono, con basura acumulada, olor fétido y signos de presencia de insectos y descomposición.
La víctima no ha sido identificada hasta el momento y se desconoce con certeza la fecha de su muerte. Los investigadores estiman que podrían haber transcurrido varios meses desde su fallecimiento.
Los esfuerzos de la fiscalía de Bringas están orientados a determinar a quién pertenecen los restos. El ritmo de trabajo es frenético y se echa mano a todos los recursos de los que dispone la fiscalía para lograr ese propósito.
Además se investiga si Javier Grasso, quien no fue imputado por el momento, conocía la existencia del cuerpo antes de que fuera encontrado.
Por ello se realizaron allanamientos en su domicilio y en el de la madre de ambos, donde se buscó recolectar elementos probatorios para esclarecer ese aspecto.
La condena contra Horacio Grasso
Horacio Grasso ya fue condenado por un crimen y recibió la pena de 27 años de prisión.
Fue por el asesinato del niño Facundo Novillo Cancinos, ocurrido en 2007 durante un tiroteo relacionado con disputas entre bandas narco en Colonia Lola.
El niño recibió un disparo de FAL en la cabeza.
En 2019, Grasso obtuvo el beneficio de la prisión domiciliaria, alegando problemas de salud. Fue alojado en el departamento de la calle Buenos Aires, donde presuntamente violó de manera reiterada las condiciones del arresto.
Según trascendió, recibía visitas frecuentes y salía sin autorización, lo que días atrás motivó que el beneficio le fuera revocado, semanas antes del hallazgo del cadáver.
Las condiciones del arresto domiciliario fueron objeto de críticas tras la aparición del cuerpo en el placar.