Mientras la conmoción y la bronca se potencian entre los pobladores de Santa María de Punilla y zonas cercanas, en el valle de Punilla, la Justicia y la Policía trabajan para dar con los delincuentes que asaltaron con violencia a un comerciante, quien finalmente murió infartado.
La víctima fue Carlos Caballero, quien tenía 67 años.
El hombre era el propietario de la panadería “La Espiga”, un tradicional comercio de la zona.
Todo sucedió el miércoles pasado a las 21 cuando al menos dos delincuentes encapuchados y armados entraron al inmueble de Caballero en calles Dorrego y Santos Vega, en Santa María de Punilla, y redujeron con violencia a Caballero y a su esposa, María Maldonado (60).
Desde la propia familia relataron que los delincuentes tocaron el timbre de la casa. Cuando le abrieron la puerta, extrajeron armas y entraron. En segundos redujeron al matrimonio.
Pero fue Caballero quien llevó la peor parte. El hombre fue maniatado, amordazado y golpeado de la peor manera por los delincuentes que buscaban una fuerte suma de dinero.
Tras maltratar con fiereza al hombre y amenazar de muerte a su esposa, finalmente los delincuentes se hicieron de aproximadamente dos millones de pesos y unos 320 dólares, entre otros elementos, según fuentes oficiales.
Cuando se marchaban, uno de los delincuentes golpeó con el arma en la cabeza al comerciante. Producto del culatazo, la víctima sufrió una seria lesión.
La familia de la víctima relató que el hombre se descompensó apenas la banda escapó.
El hombre fue atendido rato después por una ambulancia de un servicio de emergencia que lo trasladó hasta el Hospital Regional Domingo Funes.
En las primeras horas del jueves, Caballero finalmente falleció.
El caso está siendo investigado por personal de Investigaciones de la Policiía local y se analizan filmaciones de cámaras de seguridad y se toman testimonios, al tiemo que se buscan testigos, bajo directivas de la fiscal de Cosquín, Paula Kelm.
“Las personas que hicieron esto no toman dimensión de lo que hicieron”, expresó Natalia, hija de la víctima. “No comprendo por qué se ensañaron tanto. Era una persona que luchó toda su vida, que le puso pasión a su trabajo y que siempre tuvo fe en el país”, sostuvo, en declaraciones a El Doce.
“Entregador”
La presunción es que los delincuentes son de la zona. Todo indica que la banda contaba con un entregador que habría aportado datos sobre el dinero al grupo.
El caso trae a la memoría el tremendo asalto sucedido hace pocas semanas en una estancia de las afueras de Malagueño, donde delincuentes terminaron asesinando de un balazo por la nuca a un casero en el marco de un asalto.
La víctima fue Julio Prudencio Toranzo, quien tenía 61 años.
Por ese asesinato, fueron detenidos cinco hombres. Cuatro están acusados de haber entrado a la vivienda a cometer el asalto y un quinto está señalado de haber actuado como “entregador”. Es el esposo de una curandera que solía frecuentar la casa de Toranzo y su esposa.
