Volvían de bailar de una disco y regresaban a Córdoba Capital por una autopista sin controles. En el pequeño auto, su conductor iba alcoholizado, fuerte y sin saber manejar. De pronto, en plena autopista Justiniano Allende Posse y a la altura de San Nicolás, el joven perdió el control del volante, chocó de atrás a otro vehículo y comenzó a dar tumbos.
El siniestro no pudo ser peor: tres jóvenes (dos chicas y un varón) murieron; otros tres se salvaron y quedaron con secuelas, sobre todo psicológicas. Matías Castro (22), el conductor, quedó detenido.
La tragedia del Ford Ka ocurrió el 3 de marzo de 2007.
Aquel desastre vial enrostró a toda la sociedad lo mal que se hacían las cosas: la venta de alcohol indiscriminada en boliches y locales nocturnos, la falta de control municipal y policial, la velocidad al volante y la temeridad ya sobre el pavimento.
En 2011, Castro fue condenado a 4 años y 10 meses de prisión por homicidio culposo reiterado y lesiones culposas agravadas. Tres años estuvo preso. Nunca pidió perdón. Había llegado a juicio por dolo eventual, pero le rebajaron el delito.
La tragedia del Ford Ka hizo que la Provincia recreara la Policía Caminera. A su vez, el Estado provincial (la ciudadanía) fue condenada a indemnizar a las víctimas.
Diecisiete años y tres meses después, otra terrible tragedia automovilística con jóvenes que regresaban de bailar vuelve a registrarse prácticamente en el mismo lugar y a generar otra vez la misma discusión: la larga noche/madrugada, el alcohol, el descontrol y las altas velocidades en rutas y autopistas de Córdoba, en medio de maniobras demenciales.
El pasado sábado, al filo de las 8 de la mañana, cinco pibes que volvían de bailar protagonizaron un terrible siniestro vial en la autopista Allende Posse, a la altura de San Nicolás.
Volvían a la Capital desde Villa Carlos Paz, aparentemente.
El Chevrolet Prisma blanco volcó y murió Matías Antonio Juárez, quien tenía 22 años. Otros cuatro pibes se salvaron, aunque resultaron con lesiones. Entre ellos, el conductor: Juan Agustín Zapata, de 22 años.
Desde la Policía se indicó que manejaba alcoholizado.
Zapata permanece detenido por orden de la fiscal N° 3 de Villa Carlos Paz, Jorgelina Gómez, quien lo imputó por la gravosa figura de homicidio simple por dolo eventual y lesiones reiteradas. Nada de homicidio culposo, figura que gira en torno a la imprudencia y la negligencia.
La fiscal lo acusó con una figura mucho más seria: el dolo eventual.
En caso de una condena, la pena va de 8 a 25 años de cárcel.
La figura del dolo “eventual” gira en torno a este razonamiento: una persona maneja fuerte y de manera temeraria, y se representa mentalmente que, manejando así, puede causar una muerte. Sigue adelante y la provoca finalmente.
Para la fiscal, si bien la investigación recién comienza y resta una batería de pruebas, peritajes y testimonios, hay dos datos centrales: el joven manejaba con elevado alcohol en sangre, sabía que lo hacía y circulaba presuntamente a altísima velocidad. Esto lo demuestra las frenadas y la violencia del impacto.
Además, la fiscal espera saber qué pasó con la Policía Caminera y por qué ese auto no fue controlado.
“Podríamos tener cinco muertos hoy por ese choque...”, expresó una alta fuente judicial a La Voz.
Alcohol, velocidad y frenadas
Todo sucedió el sábado alrededor de las 8 en la autopista Allende Posse, en el sentido Villa Carlos Paz-Córdoba, a la altura de San Nicolás.
En un tramo recto, Juan Agustín Zapata perdió el control del volante de un Chevrolet Prisma (modelo 2019), dio contra un guardarrail y comenzó a dar tumbos.
Lo acompañaban: Matías Antonio Juárez (22), Tomás Ezequiel Arias (22), Renata Molina (20) y Marianela Rojas (19).
Cuando los primeros policías llegaron al lugar, Juárez ya estaba muerto. Un cuerpo médico de un servicio de emergencias se limitó a constatar su deceso. Los bomberos comenzaron a rescatar a las víctimas.
Respecto a los cuatro jóvenes sobrevivientes, se indicó que sufrieron distintos traumatismos y tres recibieron atención médica.
Fuentes policiales y judiciales confirmaron que el test de alcoholemia de Zapata dio positivo. La versión extraoficial es que marcó 1,4 de alcohol en sangre.
La fiscal Gómez, quien dispuso la detención del muchacho, espera los resultados de los dosajes definitivos.
Al dar positivo el test de alcohol, la funcionaria firmó la detención.
El muchacho quedó alojado en una dependencia policial y será llevado al Establecimiento Penitenciario N° 9 de Córdoba.
Preso y por dolo eventual
Con los primeros elementos de la investigación, la fiscal dispuso la detención del joven y su imputación por homicidio por dolo eventual.
Se basa en el alcohol en sangre, en las frenadas existentes sobre el pavimento que dan la pauta de la velocidad y por el estado del vehículo, además del resultado final, entre otros elementos ya recolectados.
De todos modos, la funcionaria ordenó una serie de peritajes técnicos, la búsqueda de testigos y la toma de testimonios a los sobrevivientes. La funcionaria quiere saber, entre otras cosas, de dónde venían, cuánto tomaron, cómo manejaba Zapata, determinar o descartar si participó otro auto y, no menos importante, saber qué sucedió con la Caminera.
Esta fuerza tiene un control fijo en autopista a la salida de Villa Carlos Paz, aunque no por la Variante Azul.
La funcionaria quiere saber qué pasó con el control y si el auto pasó por allí con los jóvenes.
Batalla judicial
Se vislumbra una batalla judicial en torno a esta causa. Resta esperar el avance de la pesquisa y las posturas que tomarán querellantes y la defensa del acusado.
La figura del dolo eventual cobró forma en Córdoba hace poco. Fue tras la tragedia de la Circunvalación (hubo dos muertos) en 2021.
Alan Amoedo, quien manejaba ebrio, fue condenado a 9 años de cárcel por dolo eventual. El Tribunal Superior de Justicia ratificó ese fallo.
Cómo fue la tragedia del Ford Ka y qué pasó
Qué pasó. Siete jóvenes que volvían de bailar de la comuna de San Roque protagonizaron un grave siniestro fatal el 3 de marzo de 2007 en la autopista Justiniano Allende Posse, a la altura de San Nicolás. Murieron tres.
Cómo fue. El Ford Ka era conducido por Matías Castro (17), un joven que manejaba ebrio, a alta velocidad y sin conocimientos de conducción. El auto impactó de atrás contra otro vehículo y dio tumbos en la autopista hasta caer en la banquina.
Condena por homicidio culposo. Matías Castro quedó detenido. En 2011, finalmente fue condenado a la pena de 4 años y 10 meses de prisión por el delito de homicidio culposo reiterado y lesiones culposas reiteradas. Había llegado a juicio por la figura de homicidio por dolo eventual. Estuvo preso durante tres años. En 2012, el TSJ ratificó la figura culposa y descartó el dolo eventual.
