El Ministerio Público de la Acusación (MPA) de Jujuy confirmó este miércoles la identificación de otras dos víctimas vinculadas a la causa que se sigue al presunto asesino serial Matías Jurado (37), por lo que ya son cuatro las personas muertas atribuidas al imputado.
Jurado está acusado de homicidio reiterado agravado por alevosía, ensañamiento y placer.
Las cuatro víctimas en Jujuy
A las víctimas iniciales —un hombre de 68 años y otro de 25— se sumaron Juan José Ponce (51) y Miguel Ángel Quispe (60), según los perfiles genéticos cotejados en el Laboratorio de Genética Forense del NOA, publicó el diario Clarín.
De acuerdo con la investigación, Quispe fue denunciado como desaparecido el 23 de junio. En el caso de Ponce, su entorno señaló que no lo veía desde el 10 de abril, aunque testigos aseguraron haberlo visto entre mayo y junio.
“Pudimos cotejar dos ADN y ahora detectamos dos más. Estos indicios se suman a que un celular impactó en la zona de la casa del imputado, hay filmaciones del detenido con las víctimas y rastros de sangre. Creemos que difícilmente encontremos un cuerpo”, señaló el fiscal Guillermo Beller en conferencia de prensa.
En el domicilio de Jurado, ubicado en el barrio Alto Comedero de San Salvador de Jujuy, se tomaron 61 muestras, 24 de ellas de sangre. De estas, se lograron obtener 21 perfiles genéticos, entre ellos los de los tres habitantes de la vivienda: el acusado, su sobrino y su padrastro.
El allanamiento realizado el 4 de agosto reveló restos óseos, armas blancas, manchas de sangre detectadas con reactivos, una vaina servida y prendas de vestir y cama, entre otros elementos.
El caso conmociona a la provincia, ya que los indicios sugieren la posible existencia de más víctimas, aunque los cuerpos no fueron hallados.
Jurado, apodado “El Gringo”, tiene antecedentes penales: estuvo preso por robo y amenazas con armas, y recuperó la libertad en 2020. Vivía en condiciones precarias junto a su sobrino adolescente y su padrastro. El joven de 16 años, que declaró ante la Justicia, describió una convivencia marcada por el miedo y la violencia.
El proceso judicial continúa mientras se analizan nuevas pruebas que podrían ampliar la cantidad de víctimas atribuidas al sospechoso.