El juicio por el asesinato de Ever Fabián González (26) desde el comienzo pintó como un debate difícil por los actores que reproducían el ambiente “denso” del barrio en torno a la sala de audiencias. Quienes ingresaban a la sala y aquellos que rodeaban la escena conformaban un clima “pesado” que gracias a los operadores judiciales no afectó el trámite.
Están acusados: por el crimen, Tomás David Romero (22); y por amenazas, él, su hermano Tobías Lautaro Romero (21) y su madre Silvia Karina Romero (51).
En barrio Colón, en el sector del “fondo”, llamado General Urquiza, hay un agudo enfrentamiento entre las familias Romero y Gallo, estos últimos familiares de la víctima González. Los Gallo habrían sido quienes manejaban el territorio hasta que llegaron los Romero que se fueron de barrio Villa El Libertador tras quedar involucrados en un homicidio en el que alguno de sus integrantes (otro hijo de Karina, de apellido Piscitello) terminó condenado a prisión perpetua. La llegada de los Romero a Colón planteó un escenario de confrontación que culminó en el crimen de Ever González.
El sector es un bolsón delictivo en el que se manejan “volúmenes de cocaína” (según trascendió en el juicio) y los robos y “aprietes” son moneda corriente. Los jóvenes se drogan en la vía pública y muchos vecinos viven encerrados en su propia casa.
Pero los ataques y represalias en el barrio parecen estar trasladándose a Tribunales 2, primero entre los contendientes habituales, luego al fiscal, al abogado querellante y también a familiares de testigos.
El primer día del juicio, el lunes, hubo enfrentamientos entre las familias de los acusados y de la víctima en los pasillos de Tribunales 2. La intervención policial consiguió apaciguar los ánimos y dentro de la sala el acusador público, el fiscal de cámara Marcelo Fenoll, pidió que no hubiera manifestaciones ni remeras en reclamo de justicia, para que ese lugar se pareciera a un quirófano por su asepsia.

Pero al día siguiente, cuando algunos testimonios comprometieron a los acusados, Fenoll y el querellante (por familiares de la víctima) Nicolás Díaz sufrieron amenazas de parte de miembros de esa familia. También recibió apremios la madre de un adolescente que declaró y derrumbó la postura defensiva del principal acusado.
El juicio prosiguió durante la semana, ya sin incidentes y con testigos que comprometieron aún más a los Romero. Quedaron desvirtuados algunos testigos que “se dieron vuelta” sobre lo que habían dicho en la instrucción previa al juicio. Otros convocados ratificaron que el disparo fatal lo realizó Tomás Romero.
Acaso para no entorpecer el debate, Fenoll declinó formular declaraciones sobre estos episodios. Pero de inmediato el acusador público recibió el apoyo del fiscal general Juan Manuel Delgado que emitió un comunicado en el que el Ministerio Público Fiscal (MPF) expresa “su total apoyo” debido a que Fenoll “resultó víctima de insultos y acusaciones con el propósito de amedrentamiento” en el marco del juicio. También hubo apoyo y puesta a disposición de la presidente de la Asociación de Magistrados, Silvana Chiappero.
Este viernes, se conoció el comunicado de la Asociación de Argentina de Fiscales, que expresó su apoyo al fiscal, como así también al abogado Díaz y a los testigos y sus familias.
Uno de los testimonios más comprometedores para Tomás Romero fue el de un adolescente que había estado con él la noche del crimen. A pesar de dichos anteriores, el joven se desdijo y pretendió exculpar, contra todo lo que había declarado en la instrucción. Pero al marcársele un sinnúmero de contradicciones se quebró y llorando confesó que el acusado del crimen era el autor del disparo.
El juicio se ha convertido en una seguidilla de varios testigos que llegan desde la cárcel y “se dan vuelta” a lo que habían declarado antes. En Bouwer esos testigos comparten encierro con los acusados, familiares y allegados y llamativamente intentan cambiar lo que ya declararon.
Uno de esos testigos es Franco Mendoza, quien también está en Bouwer y “se dio vuelta”, pero pronto quedó desmentido con creces por otros que declararon.
Gente con antecedentes
El comunicado del MPF ayuda a comprender algo del contexto que envuelve a este debate. “A poco de comenzar el debate el fiscal advirtió que varios testigos podrían haber sido influenciados a declarar falsamente, ya fuera en favor o en contra de los acusados”, dice la nota.
Fenoll “avanzó en los interrogatorios hasta que los testigos se sinceraron y declararon conforme a lo que vieron y oyeron realmente”, lo que “comprometió gravemente” a Tomás Romero con el homicidio. Estas declaraciones eran seguidas por él y el resto en una sala espejo.
Ese martes, “apenas finalizó la audiencia, Silvia Karina Romero, Tobías Lautaro Romero y allegados que los acompañaban como público en el debate, se presentaron en el pasillo que da a la Fiscalía, interceptaron la marcha del abogado representante de la querellante particular, Nicolás Díaz, y comenzaron a increparlo impidiéndole la salida del lugar, debiendo, éste, resguardarse en la sala de audiencias”, dice el comunicado.

A su vez, “en ese mismo instante el fiscal Fenoll se retiraba de su despacho y fue objeto de insultos y acusaciones de actuación espuria por parte de Silvia Karina Romero”.
El escrito del MPF añade: “Más tarde, a través de un familiar directo de Fenoll se tomó conocimiento de que personas residentes en el barrio Colón de la ciudad de Córdoba (donde sucedieron los hechos y se domicilian los acusados), estaban realizando averiguaciones para obtener el número del teléfono celular del fiscal”.
La nota de Fiscalía General agrega que esa misma tarde, la madre del adolescente que declaró y comprometió a Tomás “recibió una amenaza calificada por el empleo de armas de parte de Joel Piscitello, en represalia por los términos de la declaración prestada por su hijo testigo”.
El comunicado oficial revela además: Joel Piscitello, así como el padre de los hermanos Romero (de apellido Flores) y pareja de Silvia Karina Romero, tienen antecedentes de condenas por homicidios".
Pausa en el debate
A raíz de las presiones y amenazas que se vivieron en estos días, se inició en la Fiscalía de Instrucción de Distrito 2, Turno 6, una investigación que derivó en un allanamiento en la casa de los Romero - Piscitello, donde residen Karina y sus hijos.
Esto, según argumentaron, habría afectado a la mujer y a los otros acusados, por lo que se pidió que se les haga un peritaje para dilucidar si están en condiciones de continuar el juicio.
Por esto, hay un impasse en el trámite del juicio hasta tanto se supere esta instancia.
Paralelamente, circuló por estos días un video publicado por un medio de comunicación en el que se aprecian incidentes en un juicio reciente. En la causa por el juicio a 10 policías (causa “Adavid”) por exceso en la legítima defensa, también con intervención de esta cámara y del fiscal Fenoll, se registraron incidentes. En las imágenes se ve que miembros del público provocan disturbios y se distingue la figura de Karina Romero.

Todo hace presumir que, más allá de estos trámites pendientes, el juicio a cargo del vocal Alfredo Villegas continuará sin mayores inconvenientes.
A pesar de las dificultades, las presiones y las amenazas, la prueba que incrimina a los tres acusados -de homicicio y de amenazas- goza de muy buena salud.