El 25 de noviembre del 2006 marcó un antes y un después en la historia criminal cordobesa. Nora Dalmasso (51) fue encontrada muerta en su casa de la coqueta Villa Golf de Río Cuarto. Estaba desnuda y semitapada, estrangulada con el cinto de su bata de toalla.
Durante casi dos décadas, nadie se perdió detalle de los vaivenes de la investigación del caso Dalmasso, su inusitado impacto político y mediático, cinco infundadas imputaciones y el juicio que declaró inocente al viudo Marcelo Macarrón, en el año 2022.
La Justicia reconoció a Nora Dalmasso como “víctima de violencia de género” y por ese motivo la investigación continúa, como un juicio por la verdad.
Facundo Macarrón tenía 19 años cuando mataron a su mamá. Estuvo acusado por el crimen durante cinco años. Hoy es abogado y diplomático de carrera. Y se constituyó como querellante en la causa con la abogada Mariángeles Mussolini. Ahora sumaron formalmente al equipo al letrado cordobés José D´Antona.
“Los juicios por la verdad si bien nacieron técnicamente para cuestiones prescriptas, de lesa humanidad, dan la posibilidad, independientemente de que no pueda haber un castigo para el autor, de dar a la familia una certeza. Eso en términos personales, psicológicos, para cerrar el duelo, está científicamente comprobado, es importante”, dijo D´Antona.
Pero además aclaró: “Si mañana se descubriera al autor, en caso de que tenga un antecedente de cualquier tipo de delito: por estafa, robo, lo que sea, existiría la posibilidad de juzgarlo en la causa Dalmasso, porque esas son causales interruptivas de la prescripción”. “Son chances que se pueden dar. No se puede descartar nada”, sostuvo.
Sobre las sospechas de los hijos en torno a un empresario, se limitó a expresar: “Más allá de la lógica de su desconfianza o no, ellos quieren saber quién mató a la madre”. “En este momento estamos en mucha sintonía con la fiscalía”, agregó.
“No descansaremos hasta encontrar al asesino”
Para Valentina y Facundo Macarrón es “fundamental” que se siga buscando la verdad. Sienten que “es la primera vez” que son escuchados.
“Pasaron 18 años donde no se encontró nada. La Justicia se dejó llevar por prejuicios y la causa prescribió. Ahora, aunque pasen 18 años más, vamos a seguir buscando quién es el asesino. No vamos a descansar hasta encontrarlo”, expresaron los hermanos a este diario.
“Es imposible seguir sin saber la verdad. No podemos como familia ni como sociedad dar vuelta la página y pretender que no pasó nada. De esta causa hay mucho para aprender (…) Sabemos que lamentablemente la causa está prescripta pero hay determinados factores que pueden cambiar esa condición. Y no perdemos las esperanzas”, afirmaron.
“El hecho de que la Justicia haya reconocido a mamá como víctima de violencia de género significa que no todo es lo mismo y pone en evidencia la violencia que sufrió, no sólo por la forma en que la mataron sino por el tratamiento posterior de la justicia y los medios”, precisó Facundo.
Y agregó: “Esperamos que en los tiempos que vivimos y con la perspectiva de lo que pasó hace tantos años atrás, podamos reflexionar sobre el horrendo crimen que sufrió una mujer, sobre las barbaridades que después tuvo que soportar la familia y sobre todo, los prejuicios que llevaron a que se investigara y se comunicara todo tan mal”.
Valentina tenía 16 años cuando se produjo el homicidio. Cuando terminó el juicio a su padre, los hermanos revelaron sus sospechas y pidieron apoyo social.
Ambos consideran a la actual investigación como “una oportunidad”. “Es la primera vez en que se nos da la posibilidad, como familia, después de 18 años, de tener una participación activa, una escucha y comprensión por parte de quienes tienen la responsabilidad de buscar al asesino. No hay que olvidar que nosotros siempre fuimos señalados”, subrayaron.
“Si la Justicia hubiera actuado sin guiarse sólo por prejuicios, y basándose en pruebas, quizá hoy no estaríamos acá todavía buscando la verdad, y rogándole a la sociedad que nos acompañe”, concluyeron.
Habla el fiscal: “Estamos estrujando las piedras”
Pablo Jávega es fiscal de Instrucción del primer turno en Río Cuarto pero, además, desde hace dos años, está al frente de la causa Dalmasso. En el juicio a Macarrón la genetista, Nidia Modesti, aseguró que, en el cinto de la bata con que estrangularon a la víctima hay un ADN masculino desconocido. “Ese es el asesino”, expresó el fiscal Julio Rivero.
Según pudo saberse, a partir de la relectura de la causa y nuevos testimonios recibidos, los investigadores hicieron “un barrido” y determinaron unos 200 posibles cotejos de ADN. La mayoría corresponde a personas que pasaron por la casa y/o tuvieron contacto con la víctima. Pero no se descarta que entre ellas esté el asesino. Hasta ahora, procesaron 44 muestras y dieron negativo.
Además, la Fiscalía tomó contacto con Jacks Ballantyne, el titular del laboratorio asociado al FBI que determinó los ADN en la evidencia. “La gestión es con el doctor Ballantyne es para verificar cuestiones vinculadas al procesamiento que él hizo, el informe que remitió y la interpretación del mismo. Si habría algún material remanente de lo que procesó, en qué cantidad y calidad, y si sería susceptible de reprocesamiento, teniendo en cuenta el tiempo transcurrido y las condiciones en las que se ha conservado”, dijo Jávega.
En términos simples, el fiscal resumió: “Básicamente estamos intentando estrujar las piedras para ver si sacamos agua, profundizamos en cada punta que nos ofrece la causa, entre ellas, la genética”.
