Mientras aún resuenan los ecos de las marchas de justicia realizadas por familiares, amigos y allegados de Agustín Ávila (16), degollado y golpeado por una patota el pasado fin de semana en la ciudad de Jesús María, la Justicia y la Policía trabajan para identificar a todos los involucrados y determinar qué rol tuvo cada uno en el robo y posterior asesinato. Se investiga a varones y a chicas, tanto mayores como menores de edad.
Ya se detuvo a un sospechoso.
“U.” tiene 15 años y se encuentra acusado por homicidio simple y fue enviado al Complejo Esperanza, el centro de tratamiento para menores en conflicto con la ley penal y que depende de la Secretaría de Niñez Adolescencia y Familia (Senaf) de Córdoba.
El adolescente, por su edad, es inimputable. Es decir, no puede ser juzgado ni hallado culpable para que se le imponga una condena.
En sus redes sociales abunda una gran cantidad de fotos donde se lo ve fumando marihuana, solo y acompañado. En un mensaje posteado la semana pasada había escrito sobre intenciones de pelear con alguien en el marco del festival de Jesús María.
Su padre, en declaraciones periodísticas, dijo que el adolescente tenía serios problemas con las drogas, opinó que tanto él como los demás adolescentes deben “pagar” y pidió perdón a la familia de Agustín. Lo hizo entre llantos.
Horas antes, el exmagistrado Alberto Crucella, quien hizo gran parte de su carrera como juez de menores en la ciudad de Córdoba, volvió a criticar la política y ley de tratamiento con menores en conflicto con la ley. La calificó de fracaso, como ya lo hizo tantas veces en los últimos años. Crucella resaltó que a lo largo de su carrera como juez vio pasar por los pasillos de tribunales a chicos que luego se volvieron delincuentes y hasta asesinos. Además, insistió que se debe trazar y ejecutar una política en serio para con los jóvenes que delinquen y para que salgan delante de cara a su futuro.
El jovencito acusado de haber matado a Agustín en Jesús María ya está alojado en uno de los módulos del Complejo Esperanza, un centro donde hay celadores y maestros que trabajan como pueden para salvar y reeducar a esos adolescentes. La custodia externa la hacen guardiacárceles. Uniformados acostumbrados a ver cada tanto fugas o episodios de violencia internos que no trascienden.
Con “U.” ya son 14 los jóvenes menores de edad alojados en el Complejo Esperanza por haber matado en la provincia de Córdoba, según la sospecha de la Justicia.
El adolescente, de hecho, se convirtió en el séptimo menor detenido por homicidio en los últimos 12 meses en la Córdoba. Los otros seis cayeron por graves crímenes, ya sea en el marco de asaltos, ya sea por venganzas armadas.
El objetivo: resocialización
Ubicado en un amplio predio en la comuna de Bouwer, pocos kilómetros al sur de la Capital cordobesa, se encuentra emplazado el Complejo Esperanza.
La institución tiene como objetivo central alojar a esos jóvenes varones en conflicto con la ley penal, educarlos, enseñarles oficios para resocializarlos de cara a un futuro, siempre bajo control de la Justicia penal juvenil. Algunos, de acuerdo a los avances, pueden acceder a salidas. Otros, en cambio, no acceden a esos beneficios y tienen que permanecer allí alojados para reeducarse.
Según informes proporcionados por la Senaf, en la actualidad hay 68 jóvenes en total alojados en ese complejo.
Catorce se encuentran acusados por homicidio, ya sea simple, calificado y hasta criminis causae (cuando se mata para lograr la impunidad).
Los otros 54 jóvenes se encuentran alojados por una multiplicidad de delitos. De ese total, la mayoría está preso por delitos contra la propiedad: 29 pibes están por robo calificado y otros nueve por tentativa de robo.
En tanto, hay cuatro adolescentes alojados por abusos sexuales.
En Complejo Esperanza se abrió años atrás un expediente por abusos contra menores entre los que había acusados maestros.
Asimismo, hay tres jóvenes presos por lesiones graves y otros tres por amenazas calificadas.
La mayoría de los alojados en Esperanza tiene 17 años.
De acuerdo a los registros oficiales de la Senaf (ente que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Córdoba), entre los demás alojados hay un chico de 14 años y seis tienen 15 años, mientras que unos 14 ya cuentan con 16 años.
Como se dijo, todos son varones. Las mujeres menores son ubicadas en otro predio dependiente también de la Senaf.
No fue posible obtener precisiones sobre los tratamientos internos,
Es justo y necesario remarcar que la cantidad de adolescentes menores presos por delitos es históricamente baja en comparación con el número de presos mayores de edad que se encuentran procesados o condenados en penales de la provincia.
Graves asesinatos urbanos
Ya fue dicho: al menos siete jóvenes menores de edad fueron enviados en los últimos 12 meses a Complejo Esperanza acusados de graves asesinatos.
Dejando de lado el caso del chico acusado de haber degollado a Agustín Ávila el pasado fin de semana, hay otros serios episodios.
A fines de diciembre fue detenido por la Policía, y a instancias de la Justicia, un adolescente de 15 años acusado de haber matado por la espalda y de un balazo a un joven mayor de edad tras un partido de fútbol en barrio Villa Boedo. Según la causa, el jovencito (y no se descarta que haya habido mayores) fue a saldar cuentas tras un picado y mató al rival.
Asimismo, otro chico de 16 años fue detenido ese mismo diciembre acusado de haber matado de un balazo en la cabeza a Franchesca Ávila, una nena de 3 años. Sucedió en barrio San Alberto. Ese adolescente integraba una patota que, según la causa, fue a saldar cuentas contra una familia tras una denuncia por robo.
Por otro lado, tres jóvenes menores de 15, 16 y 17 fueron detenidos en octubre pasado por el asesinato del remisero Ramón Maldonado en James Craik. Fue un asalto. Los acusados cayeron en La Rioja, tras chocar con el auto robado.
A comienzos de año pasado había caído un joven de 17 años acusados de haber matado a otro en una pelea callejera en La Falda.
