Sorprendente descubrimiento en Mar del Plata. El misterio de una pintura desaparecida desde la Segunda Guerra Mundial ha llegado a su fin con un hallazgo inesperado en Argentina. “Retrato de una dama” del artista italiano Giuseppe Ghislandi (1655-1743) fue ubicado colgando en el living de una vivienda en la Costa Atlántica. Este descubrimiento, revelado por el periódico neerlandés Algemeen Dagblad (AD), sitúa la obra en una casa del barrio Parque Luro, en Mar del Plata.
Cómo encontraron la pintura en Mar del Plata
El hallazgo se produjo por azar, cuando periodistas del AD, con el apoyo del investigador retirado Paul Post, detectaron la obra en fotografías publicadas en la web de la inmobiliaria marplatense Robles Casas & Campos.
En una imagen de la casa puesta a la venta, sobre un sillón verde o una chimenea, se distinguía claramente el cuadro. Fuentes del sector inmobiliario confirmaron que la propiedad estuvo publicada con esas imágenes a principios de este año, y un periodista aseguró que la pintura “seguía allí colgada por lo menos hasta el comienzo del mes”.
Expertos de la Agencia del Patrimonio Cultural de los Países Bajos, Annelies Kool y Perry Schrier, han señalado que las fotos coinciden con las descripciones de la obra desaparecida.
“No hay motivos para pensar que se trate de una copia. Las proporciones y los colores concuerdan con la información que tenemos”, afirmaron, sugiriendo que una verificación definitiva podría lograrse revisando el reverso del lienzo, donde suelen conservarse etiquetas o sellos.

La trágica historia de Jacques Goudstikker y el saqueo nazi
La obra “Retrato de una dama” (que se cree representa a la condesa Colleoni) formaba parte de la prestigiosa colección del comerciante de arte judío Jacques Goudstikker en Ámsterdam.
Antes de la guerra, Goudstikker era uno de los principales comerciantes de arte de los Países Bajos. Cuando la invasión alemana comenzó, Jacques huyó con su familia, pero falleció accidentalmente a bordo del barco en el que intentaban llegar a salvo a Estados Unidos. Su esposa y su hijo lograron arribar a EE. UU. llevando consigo un cuaderno que detallaba más de 1100 obras de su galería, información que fue clave para rastrear la colección años después.
Tras su muerte, la totalidad del inventario de Goudstikker fue adquirido a precios irrisorios por jerarcas nazis.
Entre los compradores figuró el mariscal Hermann Göring, uno de los grandes saqueadores de arte del Tercer Reich, quien convirtió la apropiación de la colección de Goudstikker en una de las operaciones más grandes del período. El caso se ha convertido, décadas más tarde, en un símbolo de la lucha por la restitución de bienes culturales robados.
Friedrich Kadgien: El “Mago de las finanzas Nazis” en Argentina
El cuadro hallado en Mar del Plata estaba colgado en la casa de una de las hijas de Friedrich Kadgien, un alto burócrata nazi.
Kadgien, nacido en Alemania en 1907, fue miembro de las SS desde 1935 y se afilió al partido nazi en 1932. Como colaborador cercano de Hermann Göring y enviado especial en la Oficina del Plan Cuatrienal, fue en parte responsable de los planes económicos que financiaron la maquinaria bélica alemana.

Conocido como “el mago de las finanzas nazis” por sus colegas, su talento era blanquear y mover activos ilegales, incluyendo el saqueo sistemático de valores, oro y obras de arte a judíos y opositores, a través de una compleja red de empresas pantalla en Suiza. Se estima que controlaba entre 1.000 y 3.000 millones de Reichsmark ocultos en Suiza.
Con la derrota inminente en 1945, Kadgien huyó hacia Suiza con dinero, piedras preciosas y al menos dos pinturas. Allí fue interrogado por militares estadounidenses, que lo describieron como “una serpiente de la peor calaña” y le atribuyeron una importante fortuna oculta. Nunca fue arrestado.
A principios de los años 50, Kadgien viajó a Brasil y luego se radicó en Argentina, aparentemente durante el segundo gobierno de Juan Domingo Perón, donde reconstruyó su vida y fundó una empresa. Falleció en Buenos Aires en 1978 y estaría enterrado en el cementerio alemán de la ciudad.
El complicado camino legal hacia la restitución
La nuera del galerista, Marei von Saher, lleva más de 25 años encabezando los reclamos legales para recuperar las obras de la colección Goudstikker. “Es el objetivo de mi familia recuperar cada pieza robada y restituir el legado de Jacques”, señaló a AD. Los herederos ya anunciaron que iniciarán acciones legales para obtener la restitución del cuadro de Ghislandi.
Sin embargo, el proceso podría ser arduo. El principal obstáculo es que la pieza se encuentra en manos privadas. Expertos en patrimonio explicaron que “cuando un propietario no accede voluntariamente a la restitución, el camino judicial se vuelve largo y difícil”. El periodista Peter Schouten, quien participó en la investigación, aseguró que la hija de Kadgien evitó dar explicaciones, bloqueándolo y negándose a responder.
Cabe destacar que en 2006, 202 pinturas de la colección Goudstikker fueron devueltas a Marei van Saher tras un largo litigio con el Estado neerlandés, luego de que en 1997 una comisión nacional de investigación dictaminara que “la venta de obras de arte por parte de particulares judíos a partir del 10 de mayo de 1940 debía considerarse, por definición, una venta forzosa”.
¿Una segunda pintura nazi desaparecida en Argentina?
El hallazgo del retrato de Ghislandi no fue el único indicio de arte nazi en posesión de la familia Kadgien. En las redes sociales de una de las hermanas Kadgien, apareció una fotografía publicada en 2012 que muestra lo que parece ser un bodegón floral del pintor neerlandés Abraham Mignon, del siglo XVII.
Esta obra también figura como desaparecida en los registros de la Agencia del Patrimonio Cultural. Su origen exacto aún no fue determinado, aunque hay hipótesis de que pudo haber llegado a Kadgien a través de intercambios entre coleccionistas nazis tras la muerte de Goudstikker. Seis de sus pinturas están expuestas en el Museo del Louvre.
El periodista que investigó el saqueo nazi
Uno de los principales periodistas que investigaron el expolio de obras de artes emprendido por los nazis fue Héctor Feliciano, quien publicó los resultados de sus pesquisas en un libro fundamental: El museo desparecido.
Editado en Francia a fines de 1995, el libro inició una corriente de reclamos judiciales y acuerdos que ya tuvieron como resultado la identificación y la devolución de más de mil de objetos artísticos y su influencia llega hasta nuestro días.
El museo desaparecido fue traducido al castellano en 2003. En ese momento, Feliciano habló sobre el tema con La Voz del Interior.
En uno de los pasaje de esa entrevista, afirmó: "La confiscación de obras de arte por parte de los nazis se integra al Holocausto. Es el aspecto cultural del Holocausto. De hecho, en el juicio de Nüremberg, uno de los cargos principales contra los criminales de guerra nazis fue la destrucción y el saqueo de obras de arte. Lo que me sorprendía cuando estaba escribiendo el libro era lo metódico, lo organizado que era todo este sistema de saqueo".