Mientras el cabo de policía que fue embestido el fin de semana en la Circunvalación de Córdoba se recupera y ya testificó en Tribunales II, el conductor que cometió la maniobra quedó preso en el Establecimiento Penitenciario Nº 9 (la Alcaidía) y no se descarta que pueda pasar a la Cárcel de Bouwer.
Pablo Medrano, de 40 años quedó imputado con serios cargos por parte del fiscal Raúl Garzón: lesiones dolosas calificadas por la condición del uniformado y, a la vez, privación ilegítima de la libertad (porque lo llevó arrastrando con la camioneta).
El fiscal, quien ya le tomó declaración al efectivo y quedó pasmado sobre la violencia del episodio de tránsito, no descarta que la acusación pueda agravarse aún más por la de una tentativa de homicidio.
Si resolviera de esa manera, sería algo inédito: un conductor preso por querer matar de manera intencional con un vehículo a otra persona.
Lo máximo que se acusó en Córdoba fue por dolo eventual.
Policías agredidos: el Ejecutivo pide más castigo
Mientras tanto, desde la Provincia se volvió a reclamar que los legisladores nacionales presenten o apoyen modificaciones al Código Penal (el artículo 40) para agravar penas contra todo aquel que cometa un delito en perjuicio de un uniformado.
Para que haya más pena, se tiene que cambiar la ley.
En ese sentido, el gobernador Martín Llaryora volvió a reclamar máximo castigo para quien ataque a un policía en Córdoba.
En consonancia, el ministro de Seguridad provincial, Juan Pablo Quinteros, se expresó de igual manera y fue incluso más allá: le sugirió a los fiscales que actúen con firmeza contra aquellos que agredan a uniformados. Señaló el funcionario que estos hechos y las agresiones a efectivos y bienes policiales están en aumento y representan –según consideró- “una vulneración al orden democrático” de la comunidad.
Por lo bajo, en algunos despachos judiciales reconocen que, si bien, es preocupante la seguidilla de ataques contra uniformados, entienden que todo tiene relación con una crisis social generalizada y no contra un sector determinado de la comunidad.
Más a fondo, algunos funcionarios judiciales y en algunos sectores ven con cierta inquietud que esta realidad pueda derivar en mayor mano dura por parte de la Policía.

Desde la Policía se indicó que entre 2024 y lo que va del corriente año ya son 16 los policías de la Caminera que han terminado lesionados tras ser chocados o arrollados por conductores de vehículos ya sea en fuga o por no frenar a tiempo en controles ruteros en la provincia.
En esa nómina no se cuentan los casos de efectivos de otras reparticiones que han terminado lesionados tras ser embestidos.
Desde el Ministerio de Seguridad y de la Jefatura de Policía misma se remarcó que el protocolo de la Caminera es “correcto” y que no será modificado, más allá de algunos “ajustes menores” que cada tanto se hacen por cuestiones vinculadas a lo operativo. Pero el protocolo no será cambiado a grandes rasgos.
Esto viene en relación a numerosas críticas que surgieron por parte de vecinos respecto a la forma en que se hacen los controles en rutas y autopistas con los conos, y el riesgo de uniformados que a veces se ponen delante de vehículos.

“Me sacó los dedos y aceleró”
El último episodio bajo análisis sucedió el pasado sábado a las 18.45 en la avenida de Circunvalación, entre Juan B. Justo y Alem, zona norte de la Capital cordobesa.
Por el lugar circulaba una Ford Ranger con al menos cuatro ocupantes en su interior. La 4x4 fue parada en un control porque, según se indicó, llevaba luces bajas apagadas.
Fue entonces que el cabo Aldo Lencina de la Caminera se acercó al conductor para pedirle la documentación para labrarle un acta.
Voceros de la causa señalaron que el agente Lencina detectó aliento a alcohol por parte del conductor, por lo que convocó a su par para que trajera el aparato para hacer el test.
Fue en ese momento que las cosas cambiaron de color y para peor.
Al parecer, el conductor se negó a entregar la documentación mientras habría comenzado a “jugar” con que “le daba o no” el carnet. Y arrancó.
Según pudo averiguar La Voz, el uniformado ya señaló en el expediente que jamás quiso sacarle la llave y que introdujo sus manos para sujetar el volante ya que la camioneta comenzaba a arrancar y necesitaba sujetarse de algo.
Arrastró a un policía en Córdoba: “Morite h… de p…”
Fue en esas circunstancias que, siempre según dijo el policía, el conductor le habría dicho: “Morite flaco, morite hijo de puta”, mientras le iba sacando los dedos del volante y aceleraba. La demencial secuencia bajo investigación duró algunos segundos.
El policía fue llevado a la rastra de la camioneta hasta que finalmente se soltó y cayó al pavimento.
La fortuna quiso que no terminara atropellado por otros vehículos. De todos modos, terminó con golpes.
La camioneta con todos sus ocupantes escapó y fue seguida por un remisero que fue testigo clave.
El rodado fue abandonado en villa La Tribu, pero su conductor recién se entregó ante la Justicia provincial más de 36 horas después.
Junto a su abogado, Medrano se presentó el lunes a la mañana en Tribunales II. El fiscal ordenó su detención y, tras los pasos de rigor que incluyeron el test de drogas (los resultados no están), dispuso que sea enviado a la alcaidía.
El fiscal Garzón, quien casualmente tiene asignadas desde hace tiempo las causas de agresiones contra policías, dispuso severas imputaciones contra el conductor de la 4x4. En ese marco, analiza ir más a fondo y podría imputar lo por tentativa de homicidio.
610 uniformados lesionados
El Ministerio de Seguridad de Córdoba informó que 610 policías han sido blanco de agresiones de distinto tipo en los últimos 17 meses en toda la provincia.
En el 82% de los casos fueron agresiones en intervenciones policiales, mientras que el 11% fueron lesiones durante el desarrollo de la actividad, al tiempo que en el 4% fueron agresiones en controles policiales y el 3% fueron efectivos embestidos en controles.