Luego de una larga jornada de deliberaciones, al caer la tarde de este miércoles, el jurado popular reunido en la Cámara 5ª del Crimen de Córdoba condenó por unanimidad a los tres acusados del crimen de Mario Oscar Albarenga y otros delitos ocurridos durante un violento escrache a una familia, en febrero de 2023, en barrio Parque Las Flores, en el extremo sudoeste de la ciudad de Córdoba.
El juicio analizó la agresión de un grupo de vecinos, amigos e integrantes de un clan familiar extendido que concurrió a escrachar la vivienda donde residía un hombre “señalado” como supuesto abusador sexual de una niña. En realidad, todo habría sido planificado desde la cárcel por un convicto resentido porque el señalado estaba en pareja con su ex.
La casa fue incendiada en su fachada con bombas molotov, en la vereda de esa vivienda fue baleado en una pierna el hermano del “denunciado” como abusador y en el interior de la morada recibieron disparos Valeria Mercedes Robles y su pareja Mario Albarenga. La mujer terminó con heridas en su abdomen, pero Albarenga no pudo reponerse del balazo en el tórax.
La hipótesis de una planificación trascendió en las audiencias de este juicio que sentó en el banquillo de los acusados a tres personas por un homicidio y una tentativa de homicidio, más otros delitos como amenazas, coacción, abuso de armas y daños.
Como resultado de la deliberación, de modo unánime se declaró la responsabilidad de “SEC”, quien tenía 16 años en el momento del hecho (hoy tiene 18). Un juez del fuero Penal Juvenil deberá analizar qué pena o tratamiento le impone por el crimen de Albarenga y la tentativa de homicidio de Robles.
Además, fueron condenados pero con distinta responsabilidad los otros dos acusados, dos medio hermanos. Mario Alejandro Murúa, recibió 20 años de prisión por abuso de arma y el homicidio agravado por el uso de arma y la participación de un menor, más la tentativa del homicidio doblemente agravada.
En cambio, Mario Sebastián Murúa, resultó más aliviado al hallarlo responsable de abuso de armas calificado, amenazas calificadas y daño, con pena de cinco años de prisión.
Habría otros partícipes
El tribunal técnico integrado por los vocales Alfredo Villegas, María Susana Blanc Gerzicich de Scapellato y Cristián Griffi dispuso en su resolución otras medidas, además de dictar las tres condenas. Ordenó investigar, entre otros, a dos hombres más por su presunta vinculación en la gestación de la pueblada que terminó en el crimen de Albarenga.
El primero de ellos es quien habría hecho la planificación desde la cárcel de Bouwer, Gabriel Sebastián “Chucky” Murúa, medio hermano de S.E.C., que cumple prisión perpetua por ejecutar de modo despiadado en 2020 al policía Pedro Ruiz.
Se deduce -según se escuchó en el juicio- que este convicto habría hecho el “armado” haciendo uso de celulares desde el presidio, tomando contacto con familiares y con amigos para inculpar de un abuso sexual a quien está en pareja con su ex, según la sospecha judicial.
El otro que el tribunal pide investigar es el padre de S.E.C. que habría sido señalado por testigos como uno de los participantes de la marcha violenta que terminó en el escrache fatal. Muchos se preguntaron por qué nunca fue citado o imputado por los mismos hechos que llegaron al juicio los medio-hermanos Murúa.
Por otra parte, se ordena investigar por falso testimonio a una mujer que declaró en la audiencia que SEC estaba con ella en su casa al momento del crimen.
Finalmente, entre otros puntos, el tribunal pide que se investigue la actuación del personal de la unidad judicial que no tomó la denuncia de Valeria Robles por amenazas previas cuando concurrió a la dependencia barrial por “anuncios” previos al asesinato que la autoridad no tuvo en cuenta.
“La punta del ovillo”
El fiscal de cámara Marcelo Fenoll se mostró satisfecho con el resultado del juicio, aunque expresó algunas reservas: “Si bien el veredicto satisface las expectativas que teníamos en el caso, de manera clara refleja que sólo llegó a juicio ‘la punta del ovillo’ y que deberán redoblarse los esfuerzos para llegar hasta el fondo del asunto”.
También el acusador en el debate mostró sus reparos con relación a la instrucción del caso: “Un panorama más completo y con la imputación y procesamiento de todos los intervinientes hubiera permitido un mejor despliegue acusatorio, llegando a aspectos del dolo sobre los que sólo pudimos conjeturar en base a retazos de prueba y que no le permitió al tribunal llegar a la certeza sobre la existencia de los elementos del concurso premeditado”.
El “concurso premeditado” era uno de los aspectos clave de este caso, teniendo en cuenta que era calificante del homicidio que no tuvo la suficiente solidez a la hora de reunir la prueba. La investigación no arribó mucha prueba sobre la planificación del escrache, como así tampoco de quiénes lo idearon y quiénes lo ejecutaron.
