Un vuelo de American Airlines con destino a Miami tuvo que ser evacuado de emergencia este sábado en el Aeropuerto Internacional de Denver, después de que se reportara un incendio y humo provenientes de la parte trasera de la aeronave antes del despegue. Los 173 pasajeros y seis tripulantes a bordo del Boeing 737 MAX 8 lograron abandonar el avión por las rampas de emergencia sin incidentes graves.
El hecho ocurrió alrededor de las 14.45, hora local, cuando el vuelo 3023 de American Airlines aceleraba sobre la pista. Según la Administración Federal de Aviación (FAA), la tripulación reportó un posible problema con el tren de aterrizaje, lo que llevó a la activación de los frenos de emergencia durante la carrera de despegue.
Datos de FlightRadar24 indican que la aeronave alcanzó una velocidad máxima de 127 nudos (aproximadamente 240 kilómetros por hora) antes de que los pilotos detectaran la anomalía y detuvieran el avión de forma segura en la pista.
El Departamento de Bomberos de Denver confirmó que los pasajeros fueron desalojados debido a la presencia de humo y llamas. Mark Tsurkis, uno de los pasajeros, relató a CBS News haber escuchado un “fuerte estallido justo antes del despegue” y que, tras la parada, otros pasajeros notaron humo antes de que el comandante ordenara la evacuación. Imágenes compartidas en redes sociales muestran el humo blanco bajo la parte trasera del avión mientras los ocupantes utilizaban los toboganes de emergencia para alejarse.
Las autoridades informaron posteriormente que se extinguió un “incendio menor e independiente en los frenos”, una situación que fue atribuida a una falla mecánica vinculada con una llanta. American Airlines detalló que el vuelo “experimentó una falla de mantenimiento en una llanta antes del despegue” y agradeció la profesionalidad del equipo y los servicios de emergencia por actuar según los protocolos.
Como resultado del hecho, un pasajero fue trasladado a un hospital con heridas leves, mientras que otros cinco recibieron atención en el lugar sin necesidad de ser hospitalizados. Los ocupantes fueron trasladados en autobuses hasta la terminal aérea.
El suceso también tuvo un impacto significativo en las operaciones del aeropuerto. El Aeropuerto Internacional de Denver tuvo que cerrar temporalmente las operaciones de pista desde las 14 hasta poco después de las 15. Esto derivó en más de 300 vuelos retrasados, según registros de FlightAware y confirmaciones de la terminal. La normalidad en las actividades del aeropuerto regresó en la noche del sábado.
La FAA inició una investigación formal sobre el suceso. El Boeing 737 MAX 8 permanecerá fuera de operación para una inspección técnica completa, con el objetivo de determinar la causa precisa del daño en la llanta y en el sistema de frenos, así como evaluar posibles problemas de mantenimiento o diseño.