Todo se destapó de una manera absolutamente impensada: una pelea a las trompadas en una oficina. Sucedió en diciembre pasado en el estudio jurídico de una abogada en el Centro de Córdoba . Al lugar llegaron unos clientes a reclamar por el segundo pago de los intereses tras una inversión de dólares.
El primer pago lo habían recibido.
Unos policías tuvieron que llegar para frenar el violento episodio. Fue entonces que las víctimas abrieron la boca y contaron todo.
El incidente llegó a oídos de pesquisas de la División Delitos Económicos de la Policía y a la fiscalía de turno: la que conduce José Mana.
El dato era tremendo: había una “mafia de policías” estafando con el cuento de las inversiones piramidales a otros pares dentro de la fuerza.
Fue así que se inició una investigación cerrada para que no se filtren datos: no es fácil investigar a policías y más cuando están en actividad.
Un dato llevó a otro y otro dato llevó a otro y la pesquisa se fue solidificando. Sobre todo, con las escuchas telefónicas a los sospechosos.
Sobre todo, cuando empezaron a aparecer más y más damnificados.
La causa avanzó y terminó en una bomba en el seno de la Policía de Córdoba: se destapó una supuesta organización delictiva que, con el ardid de inversiones piramidales, cometía estafas reiteradas a clientes.
Lo increíble es que detrás de todo había nada más y nada menos que policías de la Provincia.
Siete efectivos de la fuerza sobresalen entre las nueve personas detenidas en las últimas horas.
Los otros dos acusados son una abogada y un contador.
Entre los policías, algunos retirados, sobresale el comisario Juncos.
Todos quedaron imputados, por ahora, por los supuestos delitos de asociación ilícita y estafas reiteradas, según lo dispuso la fiscalía de Mana.
Mana es el mismo fiscal que el año pasado mandó a juicio a 13 policías, por el “gatillo fácil” de Blas Correas.
Respecto a esta nueva causa, la organización habría estafado a policías y a familiares de éstos ofreciéndoles e invitándoles a realizar inversiones en dólares y pesos a cambio de obtener, tras un plazo determinado, ganancias desproporcionadas.
Hay un personaje central. Es la abogada Eugenia Zulberti.
Supo trabajar en la Policía y la echaron años atrás.
Para la fiscalía, sería una de las cabecillas de la organización.
Hay 30 damnificados. Podrían llegar a 60. Los montos de la maniobra delictiva superan los $ 30 millones.
Córdoba , tierra de pirámides
La banda de los policías no tiene relación, en principio, con las otras dos grandes causas por supuestas estafas piramidales en Córdoba: Generación Zoe y Adhemar.
Las “inversiones piramidales” o el esquema Ponzi es considerado por la Justicia una maniobra de engaño para cometer estafas.
El esquema es simple: una persona figura como líder o jefe y convoca a otras dos para que depositen un dinero con la promesa de obtener una ganancia en un plazo.
A su vez, cada una de esas personas debe buscar a dos personas más, quienes también tendrán que hacer depósitos monetarios con la promesa de obtener suculentas ganancias.
El esquema se va repitiendo hacia “abajo” en una suerte de estructura piramidal. Mientras más adeptos haya, más dinero ingresa y va subiendo en la cadena de mandos.
Todo se viene abajo cuando los depositantes, en cadena, comienzan a pedir la devolución del dinero al mismo tiempo.
Hay un ardid que se repite casi siempre: la banda hace el primer pago a los depositantes. El segundo, se vuelve una utopía.
“Lo hacen para engañar. Te pagan la primera vez, vos entrás, creés que son serios, llamás a familiares, los invitás a participar y ya no ves más un mango”, confió un pesquisa.
Esto habría sucedido ahora, de acuerdo a la investigación.
De policía a policía
La banda piramidal funcionaba dentro de la Policía, obviamente sin autorización oficial, como “un círculo de inversiones”.
Había que ser policía para entrar, principalmente. De todos modos, los depositantes podían convocar a familiares directos (civiles). Pero debían ser bien cercanos.
Para “entrar” había que depositar dólares o pesos argentinos.
No había un monto fijo. Pero debía ser importante.
Un policía vendió su auto. Depositó el dinero y no lo vio más.
40 por ciento de interés
La “inversión” era un cuento, según la fiscalía. Es que los organizadores ofrecían un suculento interés que rondaba entre el 30 y hasta el 40 por ciento. Algo insólito.
Fue dicho: hay al menos 30 damnificados y podrían ser el doble. La maniobra delictiva superaba los 30 millones de pesos.
De los nueve detenidos, sobresalen la abogada Zulberti, el contador Moreno y el comisario Héctor Juncos.
Hay otros dos policías Juncos, familiares, también detenidos.
La fiscalía los acusa por supuesta asociación ilícita y estafas reiteradas.
Se sospecha, se cree, se palpita: habrá más policías detenidos.
