Robaban en pareja, como los célebres Bonnie & Clyde. “El Clyde Barrow cordobés”, un hombre de 50 años que está acusado por el robo de vehículos de alta gama a los dueños de concesionarias y a titulares particulares de autos de igual porte, vio por última vez la luz de la libertad en la tardecita del pasado jueves.
Se encontraba en un domicilio del barrio Los Paraísos, en la zona norte de la ciudad de Córdoba, que habita junto con su “Bonnie Parker”, su pareja de 48 años. A diferencia de los dos criminales fugitivos de Estados Unidos, que se dedicaban al robo de bancos y de estaciones de servicio durante principios de la década del ‘30, estos dos cordobeses apelaban a las estafas para alzarse con rodados de gran valor de mercado.
Iban hasta una casa de venta de automóviles, se presentaban, pedían probar alguno de los rodados con precio más elevado y se mostraban a gusto con la experiencia. Devolvían la llave al vendedor y se retiraban.
Lo mismo hacían cuando encontraban a un ofertante privado: iban hasta el domicilio, conversaban con los dueños de casa, escuchaban sonar el motor, devolvían la llave y seguían su ruta.
Pero había una trampa: ellos se quedaban con las llaves originales en su poder y las que entregaban nuevamente eran falsas. Al cabo de un tiempo prudencial, siempre en horarios convenientes, volvían a pasar por el lugar indicado, aprovechaban un descuido, se subían al vehículo y se iban sin dejar rastros.
Por esta maniobra, era perseguido hacía un poco más de dos meses “el Clyde Barrow” local, Alberto Capelli. El jueves a las 19, el departamento Sustracción de Automotores de la Policía lo esperó fuera de la vivienda que compartía con su novia en barrio Los Paraísos y finalmente detuvo a ambos.
A la misma hora se realizó otro operativo en el barrio de Alto Alberdi, lugar donde vive la madre de Capelli, Carmen, quien, al igual que su hijo, registraba antecedentes penales por estafas.
En la casa de Capelli y de su pareja, había cuatro autos de alta gama: uno en proceso de desarme, dos completamente adulterados (con patentes cambiadas y números de registro falsos) y otro que también quedó relacionado con la investigación.
También hallaron numerosas piezas de automóviles y una cantidad abundante de llaves de vehículos, que ahora son objeto de investigación para saber a qué automóvil corresponde cada una.
Las patrullas aguardaron en un lugar próximo al domicilio para sorprender a la escurridiza pareja. Cuando todo dio a indicar que estaban adentro, la Policía golpeó y comenzó la redada.
En el otro domicilio, el de la madre del acusado, había un vehículo con pedido de secuestro.
Los operativos fueron ordenados por el fiscal Horacio Vázquez, quien tiene en sus manos una investigación que va creciendo a cada minuto.
Fuentes allegadas a la pesquisa reconocieron que en la última hora, y a raíz del resultado de los allanamientos, comenzaron a registrarse numerosas denuncias por robos con la modalidad investigada.
Cómo operaba la pareja acusada
“Los Bonnie y Clyde cordobeses” eran adorables en su trato con los vendedores de autos, según detallaron fuentes allegadas a la causa. Se presentaban ante las concesionarias o en las casas de familia aduciendo un interés por mejorar el confort de la vida de la pareja.
Las víctimas no encontraban elementos para dudar de ellos. “Ante los ojos de los vendedores, parecían una pareja consolidada, adulta, de profesionales. Sin disparar una sola bala, los embaucaban con la apariencia”, dijeron los pesquisas.
La maniobra de engaño, según las primeras pistas, se realizaba en pocos minutos y era crucial que Capelli pudiera tener la llave en sus manos. De acuerdo con los testigos, el hombre era el que le pasaba la llave a la novia y su novia le daba la otra falsa, que volvía a las manos del vendedor.
No está claro si anteriormente a los golpes alguien visitaba el punto de venta para investigar cómo era la llave. Se investiga el rol de la madre de Capelli en el mecanismo de estafa.
Los investigadores tampoco descartan que la pareja tenga vínculos con otras bandas del exterior.
Aprovechando algún descuido, volvían al lugar, se subían al auto y se iban. Luego los desarmaban y vendían sus piezas. También adulteraban los rodados y los introducían nuevamente al mercado.
El extenso prontuario del “Clyde Barrow cordobés”
Según la información brindada por fuentes allegadas a la causa, Capelli comenzó a robar autos bajo la misma modalidad hace 16 años.
Su actividad delictiva le valió sucesivas detenciones. En el año 2007, fue la primera, cuando lo acusaron por el robo de 15 automóviles cero kilómetros, entregando llaves falsas a los vendedores que le daban las verdaderas para que pudiera probar las prestaciones.
Ahora repitió la historia, a pesar de haber sido capturado por esta misma causa.
Sin embargo, en el medio se disfrazó de médico para robar televisores led que supuestamente iban a ser pagados por un hospital (por este hecho también fue aprehendido).
Luego hizo pasar a su madre por una jueza federal y engañó a un compañero de cárcel para que le pagara una abultada suma de dinero. Intentó quitarle un auto, pero la maniobra de engaño fue descubierta, por eso terminó otra vez tras las rejas.
Ahora involucró a su novia y se investigan vínculos suyos con otros presuntos cómplices. Cuando lo fueron a buscar, este maestro del engaño intentó hacerle creer a la Policía que no vivía allí, que esa no era su casa y que nada tenía que ver con la mujer. Sin embargo, acabó tras las rejas.
