La tranquilidad de una familia de Brasil que regresaba a casa de una fiesta se convirtió en una pesadilla de violencia vial, resultando en la trágica muerte de Layla Sofia Santos Menezes, una beba de apenas un año y 11 meses.
El incidente, que ha conmocionado a la comunidad, ocurrió la madrugada del martes en la localidad de Areia Branca, a tan solo una cuadra de la vivienda familiar. El presunto agresor, identificado como Alex de Oliveira Nunes, de 28 años, fue detenido horas después y ha declarado que “solo quería asustarlos”.
Una discusión de tránsito con desenlace fatal
La tragedia se desató en medio de una disputa de tránsito. Según el relato de los padres de Layla, el conflicto se originó cuando el padre de la pequeña tocó bocina para pedirle paso a una camioneta conducida por Alex de Oliveira Nunes. Aunque Nunes inicialmente cedió el paso al vehículo familiar, poco después los persiguió y, en un acto de extrema violencia, disparó contra el auto. El impacto de bala alcanzó directamente la cabeza de la beba, Layla Sofia Santos Menezes.
Valeria dos Santos, la madre de la víctima, relató con dolor los momentos de desesperación: “Nos detuvimos junto a una iglesia, bajé con ella en brazos pidiendo ayuda, ella ya suspiraba”, recordó. Layla fue trasladada de urgencia al hospital, pero las graves heridas resultaron fatales, y la pequeña no logró sobrevivir. Tanto el vehículo utilizado en el crimen como el arma fueron incautados por las autoridades.
Quien es Alexis de Oliveira Nunes
Alex de Oliveira Nunes, el hombre de 28 años señalado como el autor del disparo mortal, fue arrestado en su domicilio horas después de huir del lugar del crimen. Tras su detención, Nunes afirmó a la policía que su intención era únicamente “asustarlos”, una justificación que contrasta drásticamente con el desenlace fatal de sus acciones.
Las investigaciones policiales han revelado detalles preocupantes sobre el atacante. Según el Departamento de Seguridad Pública, Nunes ya estaba bajo investigación por un intento de homicidio previo, ocurrido en la misma ciudad de Areia Branca. Además, se ha confirmado que el sospechoso carece de licencia de conducir y no posee autorización para portar armas, lo que agrava aún más la irresponsabilidad de su accionar en este trágico episodio de violencia vial.
La noticia de la muerte de Layla Sofia ha generado una profunda indignación y un llamado generalizado a la justicia en Brasil. Este caso resalta la creciente preocupación por la violencia en las calles y la necesidad de abordar la imprudencia y la falta de control sobre el uso de armas y la conducción vehicular. La familia de Layla, destrozada por el dolor, busca respuestas y espera que se haga justicia para que la muerte de su hija no quede impune.