Comienza el juicio oral y público contra Franco Nicolás Cabrera Guevara, el joven que con 19 años hurtó una camioneta jeep Grand Cherokee del taller de cerrajería de su padre y mató en un siniestro vial a un motociclista en barrio General Bustos, en la zona nordeste de la ciudad de Córdoba.
La instancia quedó fijada para el día martes a las nueve de la mañana, momento en que el acusado enfrentará a la Cámara Primera del Crimen en un juicio oral y público.
El fiscal Andrés Godoy intervino en la pesquisa penal preparatoria que investigó el hecho y que determinó la detención del imputado y estableció su prisión preventiva. Fue quien elevó la causa a juicio.
Ahora, durante el debate en la Cámara Criminal, será el fiscal Gustavo Arocena el encargado de mantener la acusación y pedir penas.
El 8 de marzo de 2022, Cabrera Guevara atropelló al motociclista Gonzalo Uliana (29), quien acababa de descender de la vereda para transitar por la calle en la intersección de Julio Cortázar y Gino Galeotti.
Además embistió a otros autos con la Grand Cherokee que era de una clienta de su papá, de oficio cerrajero del automotor. Había salido desde el taller familiar, ubicado en barrio Ayacucho.
Uliana falleció. Cabrera Guevara, al ser abordado por la Policía de Córdoba, repitió en numerosas oportunidades que era perseguido por el Diablo. Fue imputado por homicidio simple con dolo eventual.
Para el abogado querellante, Carlos Nayi, el caso marca un precedente “muy importante”. El letrado representa a Rita Yuvich Robledo, la mamá de la víctima, Gonzalo Uliana.
“Fue un debate muy interesante el que nos trajo hasta esta instancia porque el acusado, luego de haber embestido a varios vehículos, se bajó diciendo que lo perseguía el Diablo. Dijo también que desde los 14 años tiene problemas de consumo de cocaína, de alcohol y de marihuana en exceso. Por eso se planteó varias veces su imputabilidad o su inimputabilidad. Finalmente, los peritajes de los expertos determinaron que la imputabilidad está disminuida, pero que eso no excluye la valoración de lo que estaba haciendo”, señaló Nayi.
La familia de Uliana espera con ansias la instancia judicial. Con el paso del tiempo, y habiendo estado en cuestión la condición de imputabilidad de Cabrera Guevara, hubo momentos muy difíciles que debieron aprender a sobrellevar.
La llegada de esta instancia, reconocieron, es “un comienzo para seguir creyendo en la Justicia”.
Una travesía sin respeto por la vida
Según consta en los expedientes judiciales, el 8 de marzo del año 2022, luego de haberse apoderado ilegítimamente de una camioneta Grand Cherokee, en un descuido de su padre, Cabrera Guevara causó un desastre en la ciudad.
El titular del taller donde estaba estacionado el vehículo había quitado un panel y se había retirado del lugar para comprar un repuesto. Al regresar, no habría encontrado a su hijo ni a la camioneta.
Siempre según lo investigado, el acusado condujo el vehículo que pertenecía a una clienta de su papá. Lo hizo a más de 200 kilómetros por hora por distintas arterias del barrio General Bustos. No esquivó el epicentro del populoso barrio.
Por momentos, anduvo a contramano por la avenida Juan B. Justo. A las 18, cuando se registra un tránsito elevado en la ciudad, terminó embistiendo a ocho vehículos.
El primer incidente, se produjo en calle República del Líbano, metros antes de Julián Rodríguez, donde chocó por detrás a un Renault 19 que circulaba en el mismo sentido pero a menor velocidad. Lejos de detenerse y auxiliar a quien había chocado, continuó su marcha y dobló por la calle Julián Cortázar. Usó la bocina en las esquinas, pero nunca aminoró la velocidad.
Al llegar a la avenida Juan B. Justo (continuación de la ruta 9 en el interior de la ciudad de Córdoba), giró hacia la derecha. Se trasladó a contramano otros 100 metros por una arteria muy transitada.
El expediente describe que los automovilistas que circulaban por la avenida debieron realizar maniobras riesgosas para evitar ser chocados.
Al llegar a la siguiente esquina, volvió a ingresar al barrio, esta vez por calle Juez Mármol, por donde continuó a gran velocidad. Pasó a escasos 40 centímetros de un hombre que se encontraba agachado en la calle cambiando una rueda delantera de un vehículo estacionado.
Algunos rastros del trayecto son desconocidos. Pero, al llegar por Julio Cortázar a la esquina con Gino Galeotti, atropelló a la motocicleta marca Titán conducida por Uliana, quien acababa de descender de la vereda para transitar por la calle.
Fue arrastrado varios metros. “Terminó ocasionándole la muerte. Llega detenido por homicidio simple con dolo eventual, una figura resistida en la Justicia criminal de Córdoba”, remarcó Nayi.
Uliana murió, en forma instantánea, por politraumatismos y por traumatismo de cráneo severo. Su cuerpo quedó a 25 metros de la moto, que se incrustó contra una camioneta Ford F100.
En ese mismo lugar, el jeep que conducía Cabrera también impactó a un Volkswagen Gol, que provocó un choque en cadena con un Chevrolet Celta, con un Peugeot 208 y con un Fiat 147.
También chocó lateralmente con un Renault 9 y con un Chevrolet Classic que estaban estacionados en el lugar.
El jeep quedó unos metros más adelante, con el frente destruido, sin el capó y con el velocímetro clavado en 220 kilómetros por hora.
