Pedro Sabo, el padre del quiosquero asesinado en Ramos Mejía, llegó a votar este domingo y dio un mensaje para los políticos: “Espero que, gane quien gane, cambie el sistema de seguridad”, dijo llorando.
A una semana del crimen de su hijo, Sabo se acercó a la mesa 245 de la Escuela N° 55 Martín Miguel de Güemes, en Morón, para emitir su voto junto a su mujer, Magdalena.
“Les pido a los delincuentes que cambien el chip. Si son pobres y no tienen dinero para comer, que vayan a un comedor. De esta manera, no vamos a salir adelante. Intenten cambiar porque lo que estamos viviendo es una locura”, pidió el hombre de 74 años.
Cuando le consultaron, Sabo dijo que ya tenía decidido su voto antes de lo que pasó con su hijo Roberto, crimen que puso la inseguridad en el centro de la agenda electoral. “Siempre votamos a los mismos”, sostuvo sin decir a quiénes para no romper la veda electoral.
Un policía de la bonaerense que custodiaba la escuela se acercó al hombre para darle sus condolencias y un apretón de manos. “Que cambie el sistema de seguridad”, repitió.
