De soldado de la Fuerza Aérea en la época de la Guerra de Malvinas a intento de contrabando de cocaína en España. El cordobés Julián Jorge Nasara (60) no resistió el impulso de ganar dinero con el contrabando de esa droga con destino a Europa, una maniobra cada vez más habitual.
El exmilitar fue parte del personal de la Fuerza Aérea. Sin un rango más elevado que el de soldado, cumplió actividades en la Zona de Despliegue Continental (ZDC). Se diferencia de aquellos que revistaron en el Teatro de Operaciones Malvinas (TOM) y en el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (Toas).
Sumido en conductas delictivas, Nasara fue detenido varias veces. Sin embargo, la última le costó una causa penal en Buenos Aires, donde acaba de ser condenado en un juicio abreviado.
La carpeta “blanca”
El 22 de junio de 2022, el exmilitar se presentó en la sede de la compañía de logística DHL en la localidad de Ramos Mejía para enviar una encomienda a España. Un inspector de la empresa de correos advirtió elementos sospechosos en el contenido del paquete cuando pasaron el escáner.
Aduanas lo revisó y halló una carpeta de plástico con la inscripción “Sociedad Argentina de Radiología, programa de educación médica continuada, cursos a distancia”, junto con tres folios transparentes con diversas impresiones. La inscripción del paquete llevaba al cordobés como remitente (“from: Nasara Julián Jorge” con el remitente: “To: Spain contact: Juan Luis Soto Díaz”).
En la tapa de la carpeta, advirtieron que el peso y el grosor eran anormales. Le realizaron una incisión y encontraron un bulto plástico con una tela blanca. Cuando la sometieron al reactivo de cocaína, dio positivo. Ampliaron la revisión y hallaron otros cuatro bultos, cada uno con una tela similar, también impregnados con la misma droga. En total, detectaron 221,8 gramos (o 2.218 dosis umbrales).
Si bien Nasara se presentó en DHL con barbijo, los investigadores revisaron sus fotos en su perfil de Facebook, que llevaba su nombre. La prueba se complementó con el testimonio del empleado de la empresa postal, que describió su fisonomía.
“Me daba la sensación de que estaba haciendo el trámite para otra persona. Vino solo y me presentó un DNI original que, según la foto, parecía ser él. También le tomé sus datos personales para llenar en el sistema, que me fue diciendo sin verificar en ninguna parte. Era de tez blanca, de aproximadamente 50/60 años, pelado. Creo que tenía bigote, pero como tenía puesto el barbijo, no se veía bien. Mediría 1,70 o 1,80″, detalló.
Cámaras y zapatillas
Las cámaras del local tomaron el ingreso del hombre, pero otras externas mostraron que afuera de la sucursal lo esperaban otros dos sospechosos. Lo acompañaron hasta el local y lo aguardaron en la vereda de enfrente, hasta su salida. Luego, todos se fueron caminando juntos.
Nasara ya había sido detenido en dos ocasiones, por lo que en los registros de antecedentes de la Policía porteña contaban con sus datos. No sólo observaron coincidencias respecto de las características físicas, sino que cuando le tomaron las fotos en los arrestos anteriores, llevaba las mismas zapatillas que tenía el día que despachó la encomienda.
El cordobés reconoció todo en un acuerdo con la fiscalía, y el Tribunal Oral Penal Económico N° 3 lo condenó a dos años y tres meses de prisión (en suspenso) por tentativa de contrabando agravado (por tratarse de sustancia estupefaciente que, por su cantidad, se encontraba destinada inequívocamente a su comercialización).
