Para algunos habrá sido esperado el resultado, la confirmación de 10 de las 11 condenas en el juicio por el crimen, encubrimiento y otros delitos relacionados con la ejecución de Valentino Blas Correas (17) la madrugada del 6 de agosto de 2020 cuando se conducía en un Fiat Argo acompañado de cuatro amigos que se salvaron de manera providencial.
Lo llamativo de la resolución 397 del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) conocida a cinco años del crimen fue la confirmación del fallo de la Cámara 8ª del Crimen sin ningún tipo de fisuras y con total anuencia a los argumentos que esgrimieron los vocales al explicar los porqués de las condenas.
La resolución se conoció pasadas las 15 de este martes, cuando comenzaron a enviarse las notificaciones. La sorpresa fue mayúscula en los estudios jurídicos y hasta en Tribunales. Algunas fuentes habitualmente informadas no daban crédito a la consulta.
De modo invariable y ratificando los argumentos de los jueces Marcelo Jaime (presidente), Juan Manuel Ugarte (autor del voto en representación del jurado) y Mario Centeno, la Sala Penal del TSJ rechazó todos y cada uno de los recursos de casación interpuestos por 10 defensas en favor de sendos condenados.
El jurado popular se había pronunciado en ese tribunal el 31 de marzo de 2023 que terminó con las prisiones perpetuas para los dos principales acusados por perpetrar el crimen: los cabos primeros Lucas Damián Gómez (39) y Javier Catriel Alarcón (35).
Ambos dispararon hacia el vehículo en el que viajaban cinco jóvenes, una de ellos mujer.
En el centro del asiento trasero estaba sentado Blas, quien recibió por la espalda el disparo fatal de la pistola reglamentaria 9 milímetros de Gómez.
Fue uno de los proyectiles que ingresó en el habitáculo del automóvil, considerándose un milagro que otro de los chicos no resultara muerto o herido.
Los jóvenes intentaron auxilio médico en la clínica Aconcagua de barrio Nueva Córdoba, pero allí no les dieron asistencia. Cuando intentaron llegar al Hospital de Urgencias, fueron detenidos por otros policías que tampoco hicieron nada para salvar a Blas.
Arma plantada
A la par, en la escena de los disparos -frente al Complejo Pablo Pizzurno- comenzó a montarse un operativo de encubrimiento de los disparos policiales, que incluyó plantar un arma en la plaza de las Américas con el fin de involucrar a las víctimas como partícipes de un intercambio de disparos.
Hubo numerosos excesos policiales que llegaron a juicio y se condenaron.
Las condenas recayeron, además de Alarcón y Gómez, en la agente Wanda Esquivel (36) -3 años de prisión (domiciliaria)-, la oficial ayudante Yamila Martínez (27) -4 años y tres meses e inhabilitación especial de tres años-, Leando Alexis Quevedo (cuatro años), el cabo Ezequiel Vélez (27) -dos años y medio en suspenso-, el subcomisario Sergio González (46) -cuatro años y 10 meses-, el comisariio Walter Soria (47) -cuatro años y nueve meses-, el subcomisario Enzo Quiroga (38) -cuatro años y ocho meses de prisión-, El comisario inspector Jorge Galleguillo (48) -a cuatro años y ocho meses de prisión-, el comisario Juan Antonio Gatica (48) -cuatro años-, agente Juan Orlando Ramírez -un año en suspenso-, el cabo Leonardo Martínez (22) -absuelto- y el agente Rodrigo Toloza (31) -absuelto.
Las 10 casaciones
La sentencia fue recurrida por 10 de los imputados a través de sus defensores: Lucas Damián Gómez (asistido por la defensora pública Ana Inés Pagliano), Javier Catriel Alarcón (Carlos Hairabedián), Sergio Alejandro González (Rodrigo Álvarez), Enzo Gustavo Quiroga (Justiniano Martínez), Walter Eduardo Soria (defensor oficial Martín Cafure), Jorge Ariel Galleguillo (Benjamín Sonzini Astudillo), Leandro Alexis Quevedo (defensor público Juan Carlos Rodríguez), Ezequiel Agustín Vélez (Ezequiel Osvaldo Elettore y Facundo Rodríguez de la Torre) y Juan Antonio Gatica (Ricardo Moreno y Jorge Andrés Sánchez del Bianco).
También casó la sentencia Juan Orlando Ramírez (asistido por Paulo César Villarreal), quien recibió su condena de un año de prisión por un hecho “menor”, vejaciones a un ciudadano en un control vehicular en Río Segundo.
Fue incluido en este juicio -que duró meses- sólo porque en ese hecho también estaba acusado Alarcón, uno de los dos policías que estaban acusados de disparar al Fiat Argo y que terminó con prisión perpetua.
Las 10 casaciones fueron analizados por la Sala Penal del TSJ, integrada por Aída Tarditti (presidenta), Sebastián Cruz López Peña (autor del primer voto) y María Marta Cáceres de Bollati. La decisión fue unánime.
La resolución del TSJ
Respondieron a las preguntas iniciales respecto de si se había “fundado debidamente la condena dictada” o si se había “fundado arbitrariamente la pena” en contra de uno u otro imputado, los vocales superiores comenzaron su análisis.
Los tres supremos coincidieron en un todo y confirmaron a pleno la sentencia de cámara.
Ese aspecto llamativo -la confirmación in totum, sin fisuras de ningún tipo- es lo que dignifica la labor del tribunal en una causa que resultó por demás compleja en cuanto a prueba y por la tramitación del debate a lo largo de meses de audiencias.
Las partes tuvieron la posibilidad de expresar sus opiniones y los camaristas del crimen les brindaron todas las posibilidades de manifestar sus posturas.
De este modo, la sentencia adquiere el carácter de “doble conforme” (condena en cámara y confirmación del TSJ), a un paso de adquirir firmeza.
Tras estos dos pronunciamientos judiciales en un mismo sentido sólo queda la posibilidad de pedir un recurso extraordinario ante la Corte Suprema, una vía que el TSJ no otorga salvo rarísimas excepciones. Ante ese rechazo, las sentencias quedan en condiciones de ejecutarse.