A casi dos años del descubrimiento de unos 300 kilos de marihuana y maniobras de lavado mediante una concesionaria de autos de lujo en Carlos Paz, la causa del presunto narcotraficante Eugenio Andrés Cavas fue elevada a juicio por liderar y financiar una organización narco y traficar drogas.
El juez subrogante del Juzgado Federal N° 1, Sergio Pinto, elevó el expediente contra Cavas y otros imputados de forma parcial (y no total), ya que el fiscal N° 3, Maximiliano Hairabedian, aún investiga los demás hechos.
Cavas, quien se hacía pasar falsamente por “Javier Cañete”, habría utilizado la concesionaria de autos de alta gama como fachada para operar en las sombras y blanquear, asimismo, millones de pesos del narcotráfico.
Sin embargo, ese tramo de la causa (lavado) continúa en instrucción (están procesados también los presuntos testaferros de la concesionaria Gastón Ignacio Quevedo y Enrique Adalberto Struck –un abogado y exempleado de Epec–, Fernando Jorge Peralta, Mario Alberto Medina, Darío Jesús Diale, Ramón Eduardo Barrionuevo y Mariela Rosa Couly).
El juez envió a juicio a Cavas por la supuesta organización y financiación de estupefacientes para su venta, transporte de estupefacientes agravado, tenencia con fines de comercialización, violación de medidas sanitarias, uso de documento público falso (destinado a acreditar la identidad de las personas) y uso de documento ideológicamente falso.
En la nómina de imputados, también elevó a debate a su mano “derecha”, Peralta; los supuestos financistas de Cava, Barrionuevo y su esposa Couly, y Fernando Daniel Cainzo, presunto “empleado” de Cavas, todos por supuesta organización y financiación de la droga. A Cainzo se le endilgó además el transporte agravado y la tenencia para comercialización.
Por organización y financiación de estupefacientes, además fueron a juicio el presunto subordinado de Barrionuevo, Tomás Sarmiento, y Lucas Luciano Agüero (se le agregó transporte agravado). Finalmente, Facundo Adrián Ríos deberá responder por supuestos robo y transporte.
La causa del “Sr. Cañete”
La causa comenzó en noviembre de 2020 como un desglose de otra en la que Gendarmería había detectado escuchas entre Barrionuevo y su pareja, Couly. Eso derivó en otra investigación. El posterior descubrimiento fortuito en Villa Páez (el 25 de junio de 2021) de 294 kilos de marihuana en un camión (valuados en U$S 294 mil) permitió entrelazar nombres, fechas y hechos de la causa.
Los investigadores (que tenían noción del camión) establecieron que Cainzo, por orden de Cavas, cargó la droga en el Volkswagen en Carlos Paz y la trasladó a Villa Páez, custodiado por Agüero en otro vehículo.
Dos días después de la incautación, Cavas sufrió un gravísimo siniestro en la autopista Córdoba–Rosario a bordo de un Mercedes Benz GLC300 (sin autorización para hacerlo en pandemia) y acompañado por Ramón Antonio “el Zurdo” Asís, quien falleció. Asís se hizo conocido por integrar una banda dedicada a importantes robos en la acomodada zona de Nordelta, en Tigre.
Cavas exhibió a la Policía un DNI y licencia falsos a nombre de “Javier Cañete” (arrastraba un pedido de captura internacional ordenado por la Justicia de Buenos Aires por otra causa) y con el que había adquirido una casa en el Carlos Paz Golf Country.
Este último dato surgió pocas horas después del siniestro, cuando se allanó su vivienda y se encontró el boleto de compraventa con ese nombre, cocaína, $ 476 mil y U$S 1.700.
Esa noche también allanó los domicilios de Barrionuevo y de Couly (tenían cocaína y marihuana, $ 918 mil, 5 mil pesos chilenos y U$S 1.350), del subordinado de Barrionuevo, Sarmiento (le incautaron drogas), y de Peralta (acumulaba U$S 2.200 falsos).
Barrionuevo y Couly habrían sido los financistas de Cavas y, a la vez, sus “clientes”. Incluso hasta habrían coordinado el tráfico de drogas en Córdoba y en Catamarca.
Cavas habría provisto estupefacientes a diversos revendedores de la ciudad de Córdoba; y Barrionuevo, a Buenos Aires y a Mendoza. Así, aprovechando el traslado de los vehículos presuntamente vendidos a otras localidades en un camión, Cavas habría ocultado la droga en los autos, y junto con Peralta y Cainzo se habrían encargado de realizar las cobranzas de la distribución y la venta.
Tras recibir los estupefacientes, Barrionuevo los habría revendido en los barrios Maldonado y Müller (Córdoba), en zonas aledañas a Carlos Paz y a Parque Siquiman, y en Catamarca. Su “empleado” Sarmiento habría trasladado los cargamentos a diferentes lugares para su almacenamiento, distribución y ventas con otras personas (no identificadas).
A su vez, Peralta, Cainzo y Agüero habrían sido los receptores de la droga enviada desde Salta a Carlos Paz a través de sospechosos de nacionalidad boliviana (no identificados), por intermedio de Pedro Porfirio Pérez (bajo investigación aún).
Oposición, rechazo y a juicio
La defensa de Agüero se opuso a la elevación a juicio parcial y solicitó el sobreseimiento. Sostuvo que nunca organizó, ni financió o transportó estupefacientes de ninguna forma. Negó la existencia de cualquier prueba que implique a Agüero, imputado como presunto partícipe necesario de transporte y partícipe secundario de organización y financiamiento de la droga.
Sin embargo, el juez Pinto negó la oposición y sostuvo que “en virtud de las intervenciones telefónicas, seguimientos y averiguaciones practicadas (…) de Gendarmería, se determinó que la sustancia estupefaciente y el camión secuestrados (…) habrían pertenecido a Cavas y habría sido transportada desde Villa Carlos Paz hasta el lugar por Cainzo, auxiliado por Agüero, por cuenta y orden de Cavas”.
Un investigador de Gendarmería señaló que Agüero “le alquilaba un depósito o galpón, donde guardaban diferentes elementos, a Cavas y que tenía relación de trabajos circunstanciales con este”.
La referencia hace alusión al galpón ubicado en calle Brasil, Carlos Paz, que habría sido del padre de Agüero (fallecido durante la investigación), y que Cavas habría pagado con dinero y un vehículo. Ese lugar habría servido como “búnker” o espacio de almacenamiento para los estupefacientes, ya que se desprende de diversas escuchas realizadas a Cavas.
Para el juez, Cavas, Cainzo y Agüero habrían buscado “obtener un provecho económico” con el presunto manejo de la droga, cada uno de acuerdo con su rol. Por “la forma que se encontraba acondicionado el secuestro (del cargamento de la marihuana localizado en Villa Páez) y de acuerdo con las escuchas, se puede presumir que la droga secuestrada estaba destinada a entrar al circuito de la comercialización de estupefacientes”.
