Un peligroso sicario de 21 años, investigado por un homicidio, narcotráfico y trata de personas, fue detenido en el conurbano bonaerense tras ser identificado por sus tatuajes en fotos que circulaban en redes sociales, donde era erróneamente presentado como una víctima de la inseguridad.
Ángel Daniel Franco Palacios, conocido como “El Rubio”, de nacionalidad paraguaya, había llegado herido de bala a un hospital en José C. Paz y, haciéndose pasar por asaltado, generó una “cadena solidaria” que, paradójicamente, selló su destino.
La falsa víctima que era buscada por la Justicia
Ángel Daniel Franco Palacios ingresó al Hospital Mercante de José C. Paz con una herida de bala en el pulmón, declarando a los médicos que había sido asaltado. Alguien le tomó fotografías mientras posaba en la cama del hospital, las cuales se viralizaron rápidamente con un mensaje que decía: “URGENTE – SE BUSCA FAMILIA DE FRANCO PALACIO. Fue encontrado herido de gravedad. Recibió un disparo en el pulmón, le robaron todo y no recuerda nada. Está internado en estado muy delicado y necesita que su familia lo ubique con urgencia. Por favor, si alguien conoce a Franco o a su familia, comuníquese de inmediato”. Este pedido de ayuda, que comenzó el jueves 7 de agosto y sigue circulando en redes, buscaba encontrar a su familia.

Sin embargo, esta misma campaña de buena voluntad se convirtió en la clave para su detención. Los tatuajes en su cara, específicamente una cruz en una mejilla y un nombre sobre la ceja, resultaron ser inconfundibles en las fotos difundidas, lo que permitió a las autoridades identificarlo. Palacios era intensamente buscado por el fiscal de Moreno, Ezequiel Freydier, quien ahora ha ordenado su custodia policial. Actualmente, permanece internado bajo vigilancia a la espera de ser trasladado a prisión por cargos de homicidio criminis causa y robo agravado.
Investigado por un homicidio y liderazgo en una red de trata de personas
“El Rubio” es investigado por un asesinato cometido para el control del territorio. Su nombre está directamente vinculado al crimen de Silvio Ramírez Martínez, un hombre de 41 años, también paraguayo, que fue acribillado el pasado miércoles cerca de las 20:30. La fiscalía sospecha que se trató de un ajuste de cuentas narco, una hipótesis que se fortalece por el hecho de que el suceso ocurrió frente a una propiedad marcada por la policía como un nuevo “búnker” de venta y acopio de drogas.
De acuerdo con la reconstrucción de la investigación, Palacios, junto a un cómplice aún no identificado, llegó a bordo de una moto oscura al cruce de las calles Sama y Huasi. Allí, se encontraron con Ramírez Martínez y otro hombre, quienes se trasladaban en un auto gris. La víctima se bajó del vehículo y se acercó a Palacios. En ese momento, Palacios abrió fuego con una pistola de 45 mm, desatando una feroz balacera. Varios plomos impactaron en el cuerpo de Ramírez Martínez, primordialmente en la cabeza, provocándole una falla cardíaca aguda y la muerte en forma inmediata, según la autopsia. Para deshacerse de la evidencia, Palacios y su acompañante robaron los celulares de la víctima antes de escapar de la escena a toda velocidad, cubriendo su huida con disparos.
La feroz banda de “El Rubio”
Más allá del homicidio, Palacios es considerado un eslabón importante de una “feroz banda narco” que opera en Moreno y José C. Paz. Esta organización se dedicaba a reclutar jóvenes paraguayos mediante engaños, ofreciéndoles falsas promesas de trabajo en la construcción para traerlos a Argentina. Una vez en el país, los sometían, les quitaban sus documentos y teléfonos, y los obligaban a vender drogas en localidades como Cuartel V.
La banda de “El Rubio” opera en la zona Oeste del conurbano bonaerense. Gran parte de su estructura fue desbaratada tras nueve allanamientos en los partidos de Moreno y José C. Paz, aunque algunos eslabones, como “El Rubio”, permanecían prófugos. La investigación, que incluyó meses de vigilancia, grabaciones y el aporte de vecinos, reveló una estructura criminal rígida, con roles diferenciados y el uso de la violencia como forma de control territorial.
La causa es investigada por la Unidad Funcional de Instrucción N°12 de Moreno-General Rodríguez, a cargo del fiscal Ezequiel Freydier, y el Juzgado de Garantías N°1, que conduce la jueza Adriana Julián.