Sanadores egipcios: “El proyecto de vida de mi padre era tener una secta”

Álvaro Aparicio Díaz (h) brindó una entrevista en las últimas horas en Córdoba desde España, el país en el que vive desde hace muchos años.

Su padre, Álvaro Aparicio Díaz, líder de Fundación Académica Seshen, está detenido e imputado. La fiscal de Cura Brochero, Analía Gallarato, dictó la prisión preventiva en la causa de los “sanadores egipcios” por asociación Ilícita, estafas reiteradas y ejercicio ilegal de la psicología. Además, acusó al presunto líder Álvaro Aparicio Díaz, “licenciado Sahú Ari Merek” por abuso sexual reiterado.

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“El proyecto de mi padre era tener una secta”, con esas palabras, Álvaro (h) relató a Telefe Córdoba el destrato y las humillaciones a las que fue sometido por su padre en su infancia y preadolescencia.

Según su relato, pudo alejarse, irse de Argentina y recomenzar su vida una vez que sus progenitores se separaron.

“Él tiene muchas caras. Es un clásico embaucador que te va a tratar de encandilar con un carisma inigualable y te va a mentir en la cara mil veces”, dijo el hombre, y agregó: “Lo que siempre hacía era abrirte las puertas como terapeuta, sin ningún tipo de formación académica que legitimara su rol. Él no es psicólogo. Es una persona autodidacta. Él no está colegiado”.

Testimonio en primera persona

Álvaro (h) dijo que durante su adolescencia, su padre se separó de su madre “afortunadamente”.

“A los 13 años empecé a crecer como persona. Me empecé a desarrollar como ser humano a partir que él se aleja de mí. Era un rey loco. Es imposible estar a la sombra de un narcisista tan grande. Él cumple todos los patrones de persona narcisista capaz de ir por encima de cualquiera para conseguir lo que quiere”, explicó a Telefe, y prosiguió: “Lo que ocurre cuando vives con él es que te manipula, te genera un sentimiento de inferioridad tremendo. Además, genera diagnóstico de las personas. A mí me llegó a decir que era esquizofrénico y autista”.

Córdoba. Álvaro Aparicio Díaz, el líder "sanadores egipcios" investigado por la Justicia (La Voz/Archivo).

Cómo calificaría a su padre

Desde España, Álvaro (h) dijo que su padre es el típico “manochanta”, un “milagrero”.

“Interceder como manochanta en todo esto hizo que tratamientos médicos de algunas personas se vean interrumpidos. Eso es grave. Primero es tu amigo, luego tu terapeuta y finalmente tu maestro que te capta para su secta”, dijo, y concluyó: “Él tenía complejo de faraón. Nos trataba a mí y a mis hermanos como al resto de la gente. Sin ningún tipo de inconvenientes. Los que cayeron con él seguramente fueron tratados como nosotros”.