Hasta el miércoles 23 de septiembre del año pasado, sobre Pablo Esser (48) cabían múltiples descripciones, entre las que sobresalían ser el presidente del popular club Sportivo Belgrano, de la ciudad de San Francisco, y un empresario dedicado al mundo de las finanzas, además de haber tenido un efímero paso como futbolista décadas atrás.
Al club había llegado de la mano del polémico empresario santacruceño Carlos Granero, vinculado al mercado del fútbol, al gerenciamiento de clubes (estuvo en Talleres a mediados de la primera década de 2000) y, sobre todo, a la política: siempre se jactó de haber proclamado en su restaurante de San Telmo a la fórmula de Néstor Kirchner y Daniel Scioli, ungida en 2003.
Su hermano, José Granero, también tuvo un paso de alto perfil por la política nacional: fue titular de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico de la Nación (Sedronar) durante los años en los que explotó el tráfico de efedrina en el país, por lo que terminó imputado y con un juicio aún pendiente, acusado de no haber controlado el ingreso de esta sustancia clave para la elaboración de drogas de diseño.
Bajo el ala de Carlos Granero, un joven Esser se asomó a la vida política de Sportivo Belgrano en 2003, cuando tenía sólo 29 años. Hasta 2007 fue presidente del club, momento en el que dejó el máximo sillón de la institución del este cordobés para colaborar con su mentor en su paso por Talleres.
En abril de 2019, regresó como presidente de Sportivo Belgrano, gestión que tuvo un abrupto e impensado final hace casi un año, el 23 de septiembre último, cuando la Policía Federal Argentina lo detuvo en medio de una investigación por narcotráfico en esa parte del mapa cordobés.
Ahora, en un fallo que se conoció en los últimos días, los jueces Eduardo Ávalos e Ignacio Vélez Funes, de la sala A de la Cámara Federal de Apelaciones, dictaminaron su procesamiento por lavado de dinero y otros delitos vinculado al tráfico de cocaína, en una causa que en total tiene a nueve imputados.
La investigación fue iniciada en 2018 por el entonces juez federal subrogante de San Francisco, Pablo Montesi, y quien era fiscal federal, Luis María Viaut (hoy procesado por supuesto tráfico de influencias), y terminada en esa primera etapa por el juez federal de Villa María, Roque Ramón Rebak, y la fiscal de esa jurisdicción María Marta Schianni. La resolución de la Cámara deja la causa a punto de ser enviada a juicio.
Según la acusación, un personaje central en toda esta trama es Braian Requena (26), líder de la barra brava Los Mismos de Siempre, que ocupaba, cuando había partidos con público, la tribuna principal del estadio de Sportivo Belgrano. Se lo sindica como el mentor de un verdadero imperio del tráfico y la venta de cocaína en esa zona de la provincia, negocio clandestino que le permitió amasar una fortuna en poco tiempo: casa de dos pisos con pileta, camioneta 4x4 flamante, campo con caballos (dos de ellos de carrera) y departamentos, entre otros bienes.
Requena, sostuvo el juez federal que pidió su procesamiento, viajaba seguido a Santa Fe en busca de la droga. Para ello, necesitaba dólares, ya que la cocaína al por mayor se paga en moneda verde. ¿Cómo se hacía de esos billetes extranjeros? Aquí aparece el rol fundamental de Esser y de su socio Juan Carlos Bossio, siempre según se lee en la acusación.
“Resultan partícipes necesarios de la comercialización de estupefacientes atribuida a los imputados, dado que habrían conocido los hechos ilícitos supuestamente cometidos, prestando una colaboración, sin la cual la comercialización en cuestión no habría podido perpetrarse”, se indicó en el procesamiento.
En ese sentido, el juez, ahora avalado por la Cámara, sostuvo que Esser y Bossio “habrían sido los encargados de efectuar el cambio del dinero de pesos argentinos a dólares americanos que obtenía Requena de la actividad ilícita”. Para ello, la acusación se sostiene en múltiples intervenciones telefónicas y en seguimientos personales en los que se comprobaron diferentes encuentros entre los tres.
“Los imputados Bossio y Esser no sólo conocían sobre tal actividad, sino también que el dinero que recibían a cambio de los dólares que le proveían a Requena era producto de la comercialización de estupefacientes. Parte de la operatoria de Esser y Bossio habría consistido en solicitarles a personas que crearan cuentas a los fines de poder comprar dólares (...) Es decir, recibirían dinero en efectivo de Requena a fin de insertarlo en el mercado, siendo una de estas operaciones la mentada compra de dólares que ellos mismos efectuarían a terceras personas y por medio de entidades bancarias, dándole así la apariencia de origen lícito”, se completa en la acusación.
En el fallo conocido en los últimos días, la Cámara no hizo caso al recurso presentado por los defensores de Esser, Yamila Moreno y Jorge Andrés Sánchez del Bianco, quienes sostuvieron que la prueba no era suficiente para sostener la acusación.
Además, se ordenó que continuara con prisión preventiva. “En función de la naturaleza de los hechos investigados, la cantidad de personas y el cuadro de responsabilidades involucradas, Esser podría contar con medios suficientes como para intentar eludir el accionar de la Justicia, obstaculizando la investigación que se sigue en su contra, logrando frustrar así los fines del proceso penal”, se destacó al momento de firmar que siguiera encarcelado.
