El dato que manejaban los investigadores disparó una nueva sospecha: ¿eran los “viejitos peruanos” no sólo “cuidadores” de drogas sino compradores y distribuidores en Córdoba y San Luis? Lo que se inició como una causa de narcotráfico derivó en la apertura de una nueva pesquisa en Córdoba con un tercer cómplice, “Colombiano”, y el secuestro de cuatro kilos de cocaína.
La Sala B de la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba confirmó el procesamiento del colombiano Francisco Alarcón Suárez (58) como partícipe necesario del transporte de estupefacientes agravado por la intervención de tres personas organizadas.
La causa que surgió de otra
Mientras los investigadores comandados por el fiscal federal N° 2, Carlos Casas Nóblega, analizaban datos en una causa de narcotráfico, advirtieron un dato llamativo a principios de 2024: la aparente vinculación de la peruana Andrea Calampa Torres (62) y el argentino Hugo Alberto Mansilla (69), sospechados por el almacenamiento de estupefacientes para una banda que los trasladaría del norte a Córdoba (no se concretó), con otras maniobras.
Los pesquisas establecieron que “los viejitos peruanos”, como afirmaron, paralelamente y por su cuenta, también intentaban adquirir y luego distribuir droga en Córdoba y en San Luis. A través de las intervenciones telefónicas, detectaron que el tercero en la operación era “el Colombiano” Alarcón Suárez.
Los tres frecuentemente viajaban desde la ciudad de Córdoba en un auto a distintos puntos del país (norte argentino y/o Buenos Aires) y sospechosamente por poco tiempo. Menos de una semana después, regresaban a Córdoba y diversas zonas de San Luis.
La finalidad de los viajes, según la hipótesis acusatoria, no habría sido otra que la compra de droga para luego “bajarla” hacia el centro del país.
Escuchas sobre reacondicionamientos de autos
Las escuchas fueron claves para comprobar el asiduo vínculo entre los imputados en la coordinación del tráfico. Mansilla y “Colombiano” mantuvieron varias conversaciones sobre el acondicionamiento de vehículos para realizar viajes, reunirse cerca de la medianoche y contactarse con personas del norte para coordinar el “manejo” de los tiempos.
A través de las antenas de telefonía, los investigadores trazaron el “itinerario” de los tres sospechosos a su paso por Buenos Aires y el viaje de “los viejitos peruanos” (aunque Mansilla es argentino) a Aguas Blancas. La localidad salteña es ampliamente conocida por ser un “colador” para el tráfico de cocaína desde Bolivia.
No pasó inadvertido que la mujer ya arrastraba una condena en Jujuy, de 2019, por transportar casi tres kilos de cocaína en un remis.
Así, las sospechas aumentaron en la causa de Córdoba por su presunta complicidad con Mansilla y “Colombiano”. Los tres habrían realizado un aporte común de fondos para la compra y habrían desempeñado un rol en la mecánica del traslado de la cocaína a Córdoba capital.
Incluso, Calampa Torres mantuvo contacto con una mujer presa en una cárcel de Salta para que intermediara con una tal “Gloria”, quien residiría en Buenos Aires y que habría sido la proveedora de la droga.
Habría sido con “Gloria” con quien Calampa Torres, Mansilla y “Colombiano” se habrían reunido para ultimar detalles del tráfico. Posteriormente, los tres primeros fueron vistos en el patio de comidas del Híper Libertad en barrio General Paz, de la Capital cordobesa, lo que encendió las alarmas sobre un posible nuevo viaje de los “viejitos” al norte.
Los investigadores detectaron que horas después de ese encuentro, la señal de la línea telefónica de Calampa Torres había impactado en Catamarca, lo que incrementó las suspicacias de que se dirigía con Mansilla hacia Salta.
Tres días después, el 25 de abril de 2024, los efectivos controlaron el Chevrolet Corsa en la localidad cordobesa de Sarmiento. Les hallaron cuatro “ladrillos” de cocaína por casi cuatro kilos con el sello del “delfín”, una clásica marca identificatoria del narcotráfico.
El juez federal N° 2, Alejandro Sánchez Freytes, procesó a los tres con prisión preventiva por transporte de estupefacientes.
“Colombiano” apeló y la Cámara confirmó el fallo de primera instancia. “De las intervenciones telefónicas, surge suficientemente acreditada la participación de Alarcón Suárez en su calidad de partícipe necesario de este emprendimiento ilícito y su vinculación con Mansilla y Calampa Torres, cuyo procesamiento como coautores se encuentra firme”, indicó el vocal Eduardo Ávalos.