La “sucesión” en el manejo de la barra brava de “los Piratas” del Club Atlético Belgrano llegó a Tribunales de Córdoba con imputaciones y pedidos de juicio para ocho hinchas de dos facciones que se disputan el poder dentro y fuera del Gigante de Alberdi.
Esto se remonta a setiembre de 2021, cuando el líder histórico de la barra de fanáticos celestes Roberto “el Loco Tito” Ponce (65) anunció su retiro y comenzó a realizar movimientos en ese sentido. La disputa por controlar los movimientos de quienes manejan la parcialidad en la tribuna, en los viajes y en diferentes situaciones y eventos, comenzó a tornarse muy violenta.
Algunos barras opuestos comenzaron a amenazar al “Loco Tito” en su casa de barrio Alberdi, en la Capital cordobesa, involucrando a su familia.
Según la acusación del fiscal de instrucción Guillermo González, Ponce y su esposa, Olga Beatriz Montoya (62), habrían respondido a algunas de esas amenazas, también por vía telefónica.
De los celulares y las redes sociales, el conflicto tuvo una escalada con el correr de los meses y “saltó” a balaceras y agresiones graves.
Ponce y otros dos hinchas de Belgrano terminaron heridos en dos de esos episodios.
Luego de investigar durante varios meses, González “cerró” una parte de su investigación y envió a juicio a Ponce, su esposa y otros seis parciales de la barra brava pirata.
Les adjudica diversos cargos, según el caso, como amenazas, amenazas calificadas, abuso de arma calificado, lesiones graves agravadas y daño.
González reunió en esta etapa “ocho hechos” de agresiones mutuas entre ambas facciones de hinchas y envió a juicio a: “Loco Tito” Ponce, su esposa, Olga Montoya, y a Christian Alejandro “Coquito” Torres (38), Lucas Álvaro Luis Pavón (43), Cesar Fabián “Toro” Moyano Páez (36), Edgardo Javier “Barny” Guzmán (36), Paul Antonio Corvalán (32) y Pablo Alejandro Pino (42).
González envía a los ochos acusados a juicio, según las siguientes acusaciones: a “Loco Tito” Ponce, su esposa y Pino, por presuntas amenazas; a “Coquito” Torres, por supuestas amenazas reiteradas (dos hechos); a Guzmán, como presunto autor de abuso de arma; a Moyano Páez como supuesto partícipe necesario de abuso de arma; a Corvalán, lesiones graves agravadas por uso de arma de fuego y abuso de arma; y a Pavón, por supuesto daño.
Amenazas y atentados
La acusación del fiscal da por comenzados los enfrentamientos el 1° de setiembre de 2021 a las 18.47 cuando “Coquito” Torres envía un extenso audio de WhatsApp al “Loco Tito” y le responde que no le teme, lo acusa de hablar con la Policía y le anticipa que sabe dónde vive su madre y que puede mandarle una foto de la fachada de esa vivienda.
Más tarde, a las 19, “Coquito” le envió otro audio a Ponce: “¿A quién vas a hacer c..., viejo?”.
Luego, Torres le reprocha a Ponce, según la fiscalía, que puso cámaras en la puerta de su casa y que habla con la Policía.
Finalmente, le anuncia que va a balearlo, de acuerdo a la causa.
Siguiendo la línea de tiempo, corresponde ahora ubicarse en el “quinto hecho” de la acusación que describe un mensaje (de respuesta) de Olga de Ponce a “Coquito” vía telefónica.
En diciembre de 2021 ella le expresa al rival de su esposo: “Si querés entrar, entrá”, refiriéndose a la barra brava contraria.
Luego de insultarlo de muchas maneras, según el fiscal, la mujer le lanza una amenaza a Torres: “Yo te voy a verduguear tu casa, yo sé donde vivís, sé donde guardás el auto, sé los hijos que tenés, así que es así, ojo por ojo, diente por diente, y vos sabés que es así, gordito”.
Violencia entre barras
El 1° de marzo de 2022, otro hincha rival de los Ponce, Pablo Alejandro Pino, le escribe por Facebook a la hija del “Loco Tito”, Jésica Romina Ponce.
Siempre según la Justicia, ella le pide que termine con las agresiones porque su padre ya se había retirado.
“No se terminó nada, cuando el clan sea extinguido –haciendo alusión a la familia Ponce- ahí va a terminar”, fue la respuesta de Pino.
Luego, cronológicamente sigue un mensaje de Facebook al sitio “Los Piratas Celestes de Alberdi”, el 7 de marzo de 2022, donde “Coquito” escribe vía “Messenger” a la cuenta de Romina Ponce.
Luego de insultarla, le insiste que su padre salga a la puerta de su casa.
Allí, le dice: “Dale, decile a tu papá que salga”, “seguro la va a mandar a tu mamá que salga, si sale le meto un balazo a tu mamá”.
Luego, Torres no ahorra promesas de agresiones violentas con armas de fuego a las mujeres de la familia Ponce y también a los niños, de acuerdo a la instrucción del fiscal.
El 11 de marzo de 2022, “el Loco Tito” escribe al celular de “Coquito” y lo desafía a que vaya a la puerta de su casa, que él salía.
Ponce le dice: “Vení solo, porque yo no tengo banda, vení solo, vení que estoy en la puerta y nos cagamos a tiros mano a mano como hombres”.
Más adelante, le indica: “Vos donde te vas, te vas a sentir perseguido, adonde vos vas, vas a tener que caminar y si te hacés el vivo vas a ver lo que te va a pasar en la casita de tu mamá, porque si vos viniste a tirar tiros acá donde hay chicos discapacitados, aguantatela cuando yo te cague a tiros”, según la fiscalía.
También se describe otro episodio, al caer la tarde del 19 de junio de 2022, cuando “Toro” Moyano Páez y “Barny” Guzmán van en auto a un bar de Silvestre Remonda al 479.
A puro plomo
Allí, Barney baja y, a corta distancia, dispara seis veces un arma de fuego en contra de Marcos Martín Gerbaldo y José Ignacio Gorostiaga.
Este último recibió un balazo en el pie izquierdo.
A las 20.40 del 27 de setiembre de 2022, Paul Antonio Corvalán disparó una pistola 9 milímetros frente a la casa de los Ponce.
Allí estaban “el Loco Tito”, su esposa, su hija Romina, David Emiliano Zapata y Eduardo Javier Guzmán. Roberto Ponce y Zapata terminan con sendas heridas de bala en miembros inferiores.
El último hecho de esta acusación fue el 3 de febrero pasado, al mediodía, frente al club Belgrano, en calles Humberto Primero y Hualfin.
Allí, Sergio Martín “Gaita” Acosta, de la facción de Ponce, discutió con el imputado Lucas Álvaro Luis Pavón, actual dirigente barrabrava del club. Acosta extrajo un tubo de gas pimienta, roció en el rostro de Pavón y huyó, según el fiscal.
Luego, Pavón fue hasta donde se encontraba el VW Cross de Acosta y le provocó numerosos daños: rotura del vidrio de una ventanilla, un espejo retrovisor, dos puertas abolladas, raspones en la pintura y daños en el paragolpes.
