“Ya me pidieron como 20 millones”. La conversación con un “cliente” fue una de las muchas pruebas que acorralaron y llevaron a la cárcel al diseñador gráfico Bruno Andrés Irico (38) por haber montado un “laboratorio” de falsificación de dólares y de pesos a gran escala desde su “oficina” de Río Cuarto.
En un juicio abreviado acordado con el fiscal General Maximiliano Hairabedian, el Tribunal Oral Federal N° 1 de Córdoba capital, a cargo de Julián Falcucci, homologó el acuerdo y lo sentenció a cuatro años de prisión por falsificación de moneda y circulación de moneda falsa.
Diseñador de billetes truchos
El diseñador quedó bajo sospecha de la Fiscalía Provincial N° 4 de Río Cuarto por un caso de supuesta violencia de género en contra de su novia. El Juzgado de Control ordenó allanar su casa en Baigorria 970, de esa localidad, y, por casualidad, terminó encontrando el “laboratorio” de billetes falsos.
La Justicia federal, a través del fiscal de Río Cuarto, Rodolfo Cabanillas, intervino ante la existencia de delitos nacionales (falsificación y circulación de moneda falsa).
En la vivienda, tenía un gran caudal de elementos utilizados habitualmente en la elaboración de monedas nacional y extranjera falsas. Hallaron 700 hojas tipo A4 con impresiones de billetes de $ 10 mil, una A4 con impresiones de billetes de U$S 100, dos recortes de billetes de U$S 100 y cuatro impresoras.

Tenía plantillas para la impresión de billetes de $ 2 mil y $ 10 mil apócrifos. También acumulaba archivos en un pen drive con los nombres de “cara frente.jpg”, “frente y dorso.jpg”, “2000 terminado sin línea de corte.cdr”, “2000 terminado.cdr”, entre otros, claros indicios de una parte de los procesos de falsificación.
También localizaron 10 rollos de papeles foil (dorado, plateado, morado y verde), dos latas de tintas serigráficas, múltiples cartuchos de tinta, una guillotina y shablones para serigrafía. Los investigadores comprobaron que había comprado a través de Mercado Libre muchos insumos típicos relacionados con la falsificación: reglas, láminas, tintas, etcétera, otro de los elementos que lo cercaron.
Los efectivos también hallaron una PC robada y una escopeta calibre 16 sin culata ni numeración visible. Pero a los pesquisas les llamaron la atención las láminas con la efigie de los billetes de U$S 100 “cara grande” o “blue”, por la característica azulada de la impresión. La sospecha es que Irico habría falsificado los billetes y los habría vendido a supuestos estafadores que se habrían encargado de usarlos para consumar defraudaciones.
Cuando analizaron el contenido de su celular, hallaron que había mantenido una conversación por el Messenger de Facebook con un hombre que le dijo: “Sí, sí, hay que hacer eso de los dólares”. Irico le respondió a través de un audio.
Los diálogos incriminatorios continuaron siempre en referencia al negocio vinculado a los dólares. “Ya me pidieron como 20 millones”, le dijo Irico a su asiduo contacto. Y no faltó a su palabra porque, según la investigación, falsificó la enorme cifra de $ 28.200.000.

El diseñador logró convertir la falsificación en un negocio “rentable” a la luz de sus contactos para tal fin, ya que en otra de las conversaciones le dijo a un “cliente que debía entregarle mercadería”. Tal “mercadería” no era otra que un billete de $ 10 mil y “una tanda gigante” que debía falsificar en 24 horas, su “especialidad” junto con billetes de U$S 100.
Además de los chats con los “clientes”, los archivos relacionados con la fabricación de billetes terminaron por probar su empresa criminal. “Irico había montado un laboratorio a los fines de la falsificación de moneda de curso legal y que tales elementos eran resguardados por aquel en el pen drive, a fin de servir y/o perfeccionar el diseño de billetes, a los fines de lograr una imitación idónea con facultad de circular como si fuera auténtica”, sostuvo el juez Falcucci al condenarlo.
Los pesquisas también confirmaron que Irico, lejos de cualquier trabajo formal, hacía desde 2013 que no registraba actividad lícita ante el fisco. “No surge de autos que aquel tuviera y/o desarrollara otra actividad que no fuera la falsificación y puesta en circulación de moneda falsa. Conforme lo informado por Arca, Irico no se encuentra registrado en actividad alguna, ni como monotributista ni como personal en relación de dependencia desde 2013, ni registra declaraciones juradas. No obstante, registra importantes acreditaciones bancarias por el período 2024 por $ 6.816.896, no existiendo actividad legal que lo justifique”, resaltó el magistrado.
“Irico completó su labor de falsificación en forma apropiada, atento que los billetes detectados eran aptos para inducir a engaño. Así, reprodujo en su modelo los signos distintivos de la moneda de curso legal, la que guarda rasgos similares a la original. A su vez, la gran cantidad de billetes falsos hallados, que, como se dijo, totalizan $ 28.200.000, así como la gran variedad y multiplicidad de insumos detectados no hacen más que confirmar que se dedicaba a la fabricación de la moneda a gran escala a los fines de su posterior distribución y puesta en circulación”, completó.
Esto se comprobó en otra causa paralela, tramitada también por el fiscal Cabanillas, en la que se hallaron $ 17 mil falsos fabricados por Irico.
Tras la detención del diseñador, bajó la cantidad de estafas con dólares falsos tanto en Río Cuarto como en localidades cercanas, lo cual no deja de ser sugestivo. “Había diversas estafas con dólares en varios lugares. No podíamos dar con la fuente de los dólares”, dijo un investigador.
























