Una simple pero atinada inquietud policial desencadenó una investigación por estafa en Córdoba. La Cámara Federal confirmó ahora el procesamiento de un hombre por presunto uso de documento falso, estafa y expendio de moneda extranjera apócrifa.
Pablo Eduardo Binia ya había sido procesado en octubre de 2020 por el juez federal N° 1, Ricardo Bustos Fierro, medida que fue avalada por la Sala A de la Cámara la última semana.
Los papeles truchos
El 17 de octubre de 2016, mientras realizaba un patrullaje por la calle Paso de Los Andes al 876, en barrio Observatorio, el cabo del Departamento Motocicletas observó un Peugeot 408 Feline, de color azul grisáceo, estacionado.
Le llamaron la atención las chapas patente. Al verificarlas, el sistema arrojó que pertenecían a un Peugeot 408 radicado en Santa Fe. Pero al corroborar el número de chasis, se detectó que tenía pedido de secuestro de hacía algunos meses y que las patentes que tenía colocadas eran de otro vehículo.
En momentos que continuaba con la inspección, una mujer se presentó como la pareja del dueño, exhibiendo la cédula de identificación del rodado –donde constaban el número de patente, el del motor y el del chasis–. La singularidad es que los datos de la cédula no eran concordantes con los reales (visibles) del vehículo.
La cédula también presentó otra suspicacia: la invalidez del código QR que llevaba impreso en el lomo.
El policía finalmente secuestró el auto, la cédula y las chapas, y el fiscal del Distrito Nº 3 Turno 7, Raúl Garzón, inició una investigación por el hurto del rodado.
El informe de la Dirección Nacional de los Registros Nacionales de la Propiedad del Automotor (DNRA) confirmó que el auto había sido robado por los datos que aparecían en el título cargado en el Sistema Único de Registración de Automotores (Sura).
Mientras el fiscal federal N° 1 de Córdoba, Enrique Senestrari, investigaba el caso, surgió otro elemento que estableció una conexión con una pesquisa que encabeza la entonces fiscal N° 3, Graciela López de Filoñuk, sobre la sustracción de 28 cédulas del automotor y 71 títulos de vehículos del Registro del Automotor Córdoba Nº 17.
Entre la documentación robada, figuraba la cédula y el título que la mujer del 408 presentó ante la Policía.
Asimismo, el informe de la Planta de Verificación Policial Nº 2 tampoco determinó que allí no se había realizado la verificación del 408 Feline, ya que no había registros del trámite. Algo que pareció cerrar el cuadro probatorio sobre la falsedad de los papeles del 408 fue el formulario 12 (donde figuran los datos del auto verificado), ya que tenía insertos sellos que no eran los utilizados por la Planta de Verificación y una firma del perito verificador que no era la real.
Más sospechas y los dólares falsos
El dueño del vehículo declaró que al auto se lo había vendido Binia, a quien había conocido por intermedio de un amigo en común. Declaró que en 2015 le había comprado a Binia una notebook y que el imputado le había comentado que tenía un martillero conocido que se dedicaba a la compra y venta de autos.
“Me preguntó si yo estaba interesado en vender el mío. El 31 de mayo de 2016, Pablo me ofertó un Peugeot 408. Yo tenía que entregar mi Peugeot 307, que me lo tomaba a 130 mil pesos más 50 mil pesos en efectivo y cuotas de cuatro mil, para lo cual no me pedía garantía. De esas cuotas nunca llegué a pagarle ninguna”, declaró el testigo.
Tras unos días, en 2016, cerraron el acuerdo en un shopping con la presencia de un conocido de Binia: “Vi los papeles del auto y yo les entregué los míos a ellos. Estaba todo bien e hice el pago”. A partir del secuestro del 408, robado en Santa Fe, el comprador terminó perjudicado patrimonialmente, según se desprende del expediente.
Su descripción física sobre Binia fue coincidente con la de otro presunto damnificado, en este caso, por un “negocio” con dólares hecho dos años antes, en 2014.
En noviembre de aquel año, Binia le habría vendido 1.500 dólares apócrifos en el Automóvil Club Argentino (ACA), ubicado en General Paz y Humberto Primero. Creyendo que eran dólares verdaderos, la víctima pagó 17.500 pesos por ellos.
Confirmación de la Cámara
Para el camarista Eduardo Ávalos, Binia engañó al comprador del 408 conociendo el origen ilícito del auto, como de su documentación, y recibiendo de contraprestación el 307. Su par, Graciela Montesi, adhirió a las consideraciones generales de su par y ambos confirmaron el procesamiento.
Le indicaron al juez que ordenara una junta médica para Binia, algo que la defensora oficial planteó. Según adujo, el hombre padece trastornos neurocognitivos y psicoterapéutico del espectro de la esquizofrenia no especificada por las grandes cantidades de cocaína que consumía.
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