Dos meses han pasado y todavía no hay ninguna respuesta concreta, simple y precisa: ¿dónde está?
Nada se sabe por ahora sobre el paradero de Lian Gael Flores Soraire, el pequeño de 3 años quien desapareció en Ballesteros Sud, una población agrícola ubicada entre Villa María y Bell Ville, en el departamento Unión.
Lian, el quinto de seis hermanos y miembro de una familia boliviana dedicada a la fabricación de ladrillos, desapareció en la calurosa siesta del sábado 22 de febrero en la zona rural de aquella pequeña localidad.
No se ha hallado nada suyo. Ningún rastro. Ninguna prueba clave. No hay nada de nada.
La causa está siendo investigada, en paralelo, por las justicias provincial y federal. Ambas fiscalías trabajan por separado con investigadores y comparten información entre sí a través de un drive.
En el ámbito provincial, los fiscales de Bell Ville, Nicolás Gambini e Isabel Reyna, trabajan con sus equipos y con personal de la Dirección de Investigación Operativa (DIO) de la Policía Judicial, además de detectives de la Policía cordobesa.
En el ámbito federal, la fiscal federal Virginia Miguel Carmona trabaja con su equipo y pesquisas de Gendarmería.
El Gobierno de Córdoba, con ayuda de la Nación, ofreció una recompensa de 20 millones de pesos para quien pueda aportar datos concretos que permitan dar con la criatura. Si bien, ingresaron llamados, nada conducente.
“No hay nada de nada. No tenemos lamentablemente ninguna pista concreta sobre qué le pasó a Lian ni donde está... Es un absoluto misterio”, le dijo a La Voz el abogado Darío Baggini, quien representa como querellante a los padres del niño.

“Es muy preocupante lo que está pasando. Han pasado dos meses y no hay nada. Están trabajando dos fiscalías en paralelo, la federal y la provincial y es algo inédito lo que se está haciendo. Se llama comunidad probatoria: dos instancias trabajan en paralelo y comparten información, pero lamentablemente no se ha logrado nada todavía”, resaltó.
En las últimas horas, los padres de Lian volvieron a declarar y ratificaron que, días antes de la desaparición, vieron una Surán gris en la zona.
Eso ya lo habían dicho. Ese auto ya fue ubicado. El dueño ya declaró y explicó que andaba comprando ladrillos, según trascendió.
El sábado 22 de febrero, los padres de Lian dijeron que se acostaron a dormir la siesta y los nenes se quedaron jugando en la zona.
Cuando la pareja se despertó a las 17, Lian no estaba. El pequeño, según testimonios, no solía alejarse solo para jugar.
Elías Flores dijo en su momento: “Había una chata que había entrado al lugar. Eso es sospechoso. Yo lo conozco a mi hijo bien, no puede ir 200 o 100 metros más lejos con semejante calor”.
Los Flores viven junto a otras familias también bolivianas que se dedican a la fabricación de ladrillos en ese campo.

Tanto el hombre como su pareja, Plácida, ya declararon como testigos ante la Fiscalía de Bell Ville.
En el marco de la pesquisa se han secuestrado varios vehículos y celulares. Sus propietarios han declarado y han dado sus versiones de qué estaban haciendo ese día cuando pasó todo.
Reconstrucción y fotos con dron
Padre y madre han vuelto a declarar como testigos en las últimas horas.
Fue luego de que, por directivas del Juzgado Federal de Bell Ville, se dispusiera la reconstrucción de la desaparición.
A todas las personas cercanas a Lian se les pidió que estuvieran en el lugar preciso en que estuvieron aquel sábado cuando sucedió todo.
Esta acción fue registrada y fotografiada por un dron de Gendarmería, entre otras medidas.
“Fue una medida positiva que permite tener una idea acabada de donde estaba cada uno”, destacó el abogado Baggini.
En su momento, Baggini y los abogados que trabajan con él deslizaron la hipótesis que Lian podría haber sido atropellado por un vehículo que entró al campo aquel día y el cuerpo ocultado.

“Sí, planteamos esa posibilidad para que se investigue, porque no había que descartarla. Pero también solicitamos que se investiguen otras hipótesis. Quizá se esté en presencia de un caso de trata de personas. Alguien quizá vino y se llevó esa criatura”, añadió. “Pedimos y reclamamos que se investigue todo, desde la hipótesis más simple hasta la más compleja y por ahora no se ha dado con Lian”, añadió.
Análisis de camionetas y de celulares
En el marco de la investigación, se analizaron camionetas y se tomaron declaraciones a sus dueños. En principio, según trascendió, estas personas expresaron que pasaron por el campo pero que no tienen relación con lo sucedido, sino que andaban realizando averiguaciones para la compra de cereales o ladrillos.
Respecto a uno de estos vecinos, según trascendió, los abogados de los padres de Lian pidieron que los acusen por “falso testimonio” porque se olvidaron de decir que iban con dos ocupantes más en el rodado.
Sobre los celulares, decenas de aparatos han sido secuestrados y están siendo peritados por Gendarmería y la DIO, en paralelo. En el caso de la fuerza federal se está usando tecnología de última generación.
Además, se están analizando filmaciones de cámaras de seguridad.
“Hemos pedido que se utilice Inteligencia Artificial, pero no hemos tenido suerte”, sostuvo el abogado.
Rastrillajes en el terreno
En las primeras semanas, tras la desaparición, se realizaron intensos rastrillajes en el terreno por parte de policías, bomberos voluntarios y personal técnico capacitado con perros. También se usaron drones para detectar cuerpos.
Además se concretaron allanamientos, rastrillajes y hasta inspecciones -según remarcaron las autoridades- en viviendas, letrinas y hasta en los hornos de ladrillos.
“Yo pido que aparezca por favor. No sé si será alguna venganza o qué sé yo, pero que aparezca mi niño, porque es un niño tranquilo, el más tranquilo de la familia, inteligente, habla, camina, juega”, dijo el padre del niño en su momento.
En el marco de los operativos estuvieron presentes el ministro de Seguridad de Córdoba, Juan Pablo Quinteros, quien destacó la “inmediata reacción” policial a horas de haberse producido la denuncia sobre la desaparición del niño. Quinteros destacó además el intenso trabajo realizado por policías, bomberos y baqueanos.
En una oportunidad, llegó a estar junto al fiscal General de Córdoba, Juan Manuel Delgado, y hasta la fiscal adjunta, Betina Croppi, quienes destacaron, en su momento, las labores realizadas en su momento por las fiscalías de Bell Ville en torno al secuestro de celulares y de camionetas.
Dos meses han pasado y todavía no hay ninguna respuesta concreta, simple y precisa: ¿dónde está?