“Gordo” recibió el llamado desde Córdoba. La orden directa de Humberto Rodolfo “Negro” Gómez habría sido pactar la compra de un cargamento de marihuana para luego trasladarlo hacia “la Docta” en narcovalijas. El plan se frustró cuando la Policía Federal (PFA) incautó los casi 80 kilos en el peaje de Toledo, en la autopista Rosario-Córdoba, y detuvo a nueve sospechosos.
El presunto líder de la banda, Gómez, fue imputado por el fiscal federal N° 2 de la ciudad de Córdoba, Carlos Casas Nóblega, como autor de organización de comercio, transporte y distribución de estupefacientes.
Asimismo, les achacó a Gómez, Romina Micaela Álvarez, Héctor Sebastián Caballero, Nilce Nair Paniagua, Kevin Alejandro Berón, Jennifer Carolina Báez y Gabriela Magalí Rodríguez la coautoría de transporte agravado de estupefacientes.
Yanina Elizabeth Vega y Braian Mauricio Vega fueron acusados, a su vez, por presunta tenencia de drogas con fines de venta.
La llamada a “Gordo” y el narcoviaje
En los primeros días de agosto, “Negro” Gómez (de barrio Las Violetas, en Córdoba capital) habría digitado la adquisición de la marihuana en Buenos Aires, para luego “bajarla” hacia territorio cordobés. De acuerdo con la investigación, Gómez encargó por teléfono la compra a “Gordo” (aún no identificado), afincado en la localidad de San Justo, en el partido de La Matanza, provincia de Buenos Aires.
Para consumar el traslado de la marihuana a Córdoba, Gómez habría comprado los pasajes en colectivo para ir a buscar el cargamento en compañía de Álvarez (de la ciudad de Villa Allende) y Caballero (de barrio Argüello, en la Capital). Los investigadores pudieron establecer que tomaron el interno 3733 de la empresa Urquiza, que partió a las 18.10 del 8 de agosto desde la Terminal de Córdoba rumbo a San Justo.
Al arribar a la localidad bonaerense el 9 de Agosto, los tres habrían mantenido una reunión con “Gordo” para que les entregara la droga. A fin de facilitar el traslado e intentar disipar cualquier sospecha, Paniagua (de Laferrere, La Matanza), Berón (Ciudad Evita, La Matanza), Báez (Isidro Casanova, La Matanza) y Rodríguez (González Catán, La Matanza) habrían participado en el traslado.
El plan, según se presume, habría sido cerrar la compra y orquestar el traslado el mismo día, el miércoles 9, para evitar dilaciones y consumar el transporte a la provincia de Córdoba. Los siete sospechosos tomaron el interno 3735 de Urquiza en la Terminal de San Justo, con seis valijas en la bodega.
Lo que no sospechaban era que en el pasaje viajaba un efectivo de la División Operaciones Federales de la PFA siguiendo todos los movimientos y en comunicación permanente con el móvil no identificable que realizaba el seguimiento del colectivo, varios metros detrás.
Alrededor de las 7 del jueves 10, y por orden del juez federal de Córdoba N° 3, Miguel Hugo Vaca Narvaja, los efectivos revisaron el ómnibus en el peaje de Toledo, en la autopista Rosario-Córdoba, donde todo el cargamento fue decomisado.
En San Justo, Paniagua despachó dos valijas a su nombre. En una llevaba casi 24 kilos de marihuana (acondicionados en 14 “ladrillos”); en la otra, poco más de ocho kilos (en otros tantos “panes”). En la maleta de Berón encontraron 14 “ladrillos”, por más de 13 kilos; en la valija de Báez hallaron casi 13 kilos (en 14 “panes”) y en las de Rodríguez, nueve kilos (en igual cantidad de “ladrillos”) y 11,5 kilos (en 12 “panes”).
Al momento de la requisa, Paniagua viajaba junto a Rodríguez a mitad del colectivo, mientras que Berón lo hacía con Báez hacia el final. En total, fueron secuestrados 78,5 kilos y todos los involucrados fueron detenidos.
Por la tarde, el mismo 10 de agosto, el juez allanó la casa de Yanina y Braian Vega en barrio Quintas de San Jorge, en Córdoba capital. Los investigadores encontraron 138 pastillas de éxtasis en una mochila (Braian reconoció que el bolso era suyo).
En la mesa de la cocina, también localizaron 12 envoltorios con cocaína (con 1,1 gramos en total), 411.521 pesos, dos balanzas de precisión, tres pendrives, una tarjeta microSD, dos municiones (calibre 38 y 38 especial) y un cuaderno con anotaciones.
Por el momento, no se descartan nuevos implicados y ampliaciones a las acusaciones. Se presume que la droga iba a ser distribuida y comercializada a posibles revendedores, alimentando así el circuito habitual del narcomenudeo en distintas partes de Córdoba.
