El Gran Río Cuarto no sale de la consternación tras la muerte del joven subteniente Matías Ezequiel Chirino (22), como consecuencia de los presuntos maltratos sufridos en un ritual de “bautismo” en la Unidad Grupo de Artillería Monte 3, en Corrientes.
La causa judicial tiene nueve imputados por “homicidio simple”, por supuestas acciones y omisiones que habrían determinado el deceso.
Su papá, Ezequiel Chirino, recuerda desde Holberg, municipio pegado a Río Cuarto, su último chat. “Te juro, viejo, que estoy cagado de miedo”, cuenta que le dijo el joven, con respecto al “ritual”, que tuvo lugar horas antes del Día del Padre.
Chirino y otros dos subtenientes debían presentarse el 20 de junio en Paso de los Libres, pero jefes y oficiales más antiguos los habrían instado a ir dos días antes para cumplir con la “tradicional” iniciación.
Según los sobrevivientes, Jorge Chaile y Rufino Meza, los “nuevos” habrían sido obligados a sumergirse en una pileta llena de agua sucia y helada, a tomar vino con sal o “hacer fondo blanco” con bebidas de alta graduación alcohólica, a comer fideos con la mano y correr y hacer flexiones (si se equivocaban cuando les ordenaban cantar).
La primera autopsia reveló que Chirino, oriundo de Santa Catalina–Holmberg, murió por una broncosaspiración. Fue hallado sin signos vitales tirado en un colchón en el suelo, sin abrigo, pese a las bajas temperaturas.
Para el fiscal federal interino de Paso de los Libres, Aníbal Fabián Martínez, el fallecimiento de Chirino “tiene relación de causalidad con los maltratos que le dispensaron” y que también afectaron a Meza y Chaile, en el marco de una reunión denominada “bienvenida ritual o bautismo de iniciación”.
“No pueden admitirse nunca más a personas sádicas en el Ejército democrático Argentino”, proclama el petitorio entregado por vecinos y familiares a las autoridades del Batallón de Arsenales de Santa Catalina Holmberg, tras una marcha realizada la semana anterior en la localidad.
Una ley Chirino
El riocuartense Enrique Novo, abogado de la familia de Chirino, dijo que los allegados a la víctima reclaman no sólo verdad y justicia sino “una ley Matías, para que cesen los abusos de poder en las Fuerzas Armadas”.
Piden que “de ahora en más se controle, cuando se asigne el mando militar a personas, para que no hagan abuso de esta potestad y que se precise que sólo puede utilizarse esa condición jerárquica, a efectos de la preparación, entrenamiento o actividades vinculadas a la defensa del país”.
Luciana Rodríguez, prima de Matías, agradeció a gente de distintos puntos del país que se ha solidarizado con la causa. Destacó que horas antes de la marcha se confirmó la imputación de nueve militares y la familia reclama su baja del Ejército.
La joven, que tiene la misma edad que Chirino puso de relieve que “lo que le hicieron a Matías no es algo nuevo en el Ejército, sino que siempre se obliga a los nuevos a guardar silencio y lastimosamente tuvo que haber una muerte para que se haga visible”.
“Queremos que se sancione una ley para que haya un control de la gente que está dentro del Ejército, que no haya más jefes sádicos. Matías era alegría pura, se había recibido de subteniente. A él le fascinaba la carrera militar, él estudió para defender a la patria, pero le quitaron el derecho a vivir”, planteó Luciana.
“Es imperioso para ellos que, aunque lleve tiempo, que el Congreso dicte una ley para que no sólo se terminen los bautismos dentro de las Fuerzas Armadas, sino que no haya más sádicos al mando, que se controle a quien se le da el poder”, resumió Novo.
Y agregó: “El mando debe ser ejercido solamente en situaciones de maniobras militares o en actividad de entrenamiento para el combate, y no en cuestiones diarias. No puede haber un sometimiento de una persona a otra con la excusa del mando militar, porque con personas sádicas puede terminar con cualquier consecuencia como pasó con Chirino”.
Maltratos e imputados
La resolución del fiscal Martínez acusa al subteniente Facundo Luis Acosta (27), oriundo de Corrientes, de “haber arbitrariamente instruido a Chirino de que arribara al Unidad el 18 de junio”, pese a que estaba citado por un segundo jefe dos días después.
Se presume que, en el marco de la denominada “bienvenida, bautismo y o ritual de iniciación”, maltrataron a Chirino “al ordenarle que ingiriera bebidas alcohólicas y que se sumergiera a la pileta con agua sucia y a bajas temperaturas, para finalmente cuando perdió el conocimiento, dejarlo en un colchón, colocado sobre el suelo de la habitación, destapado y sin ningún medio de calefacción”.
Los imputados son el subteniente Gerardo Sebastián Bautista (32), de Jujuy; el capitán Claudio Andrés Luna (35), nativo de Córdoba; el capitán Rubén Darío Ruiz (35), oriundo de Salta; el capitán Rubén Darío Ruiz (35), de Salta; el capitán Hugo Reclus Martínez Tarraga (34), de Salta, y el teniente primero Darío Emmanuel Martínez (31), de Salta.
También están acusados el teniente Exequiel Emmanuel Aguilar (32), de Corrientes; el teniente Franco Damián Grupico (26), de Corrientes; y la subteniente Claudia Daniela Cayata (33), de Corrientes.
La resolución del Ministerio Público Fiscal destaca que los imputados no pueden alegar desconocer el disvalor de sus conductas, porque se trata de personas con instrucción militar que tienen la capacidad de representarse qué acciones pueden causar daños en la salud de otra persona (dolo eventual).
El fiscal aceptó el pedido de la querella de realizar una segunda autopsia que está a cargo de la Morgue Judicial de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
